«Un estruendo se escucha, llevo la mirada de un lugar a otro, no observo a nadie, no sé porque, pero me encuentro corriendo a toda prisa, de repente unos cuantos disparos hacen que me detenga, llevó la mirada atrás y ahí se encuentra él, Valentino Santos completamente ensangrentado camina directo a mí estira sus brazos y me quiere tomar de la ropa, por más que intento alejarme de él no lo consigo».Hanna despertó completamente asustada luego de aquella terrible pesadilla, trató de moverse pero no lo consiguió, inclinó la cabeza tratando de quitar la venda de sus ojos para observar en que sitio se encontraba, era imposible. Hanna se encontraba atada a una silla, en los intentos para tratar de retirar la venda de sus ojos lo único que conseguía era lastimar sus manos, aplicó fuerza para conseguir liberarse, pero claramente era imposible, tenía demasiada sed y bastante mareo.—Ayuda, ayuda... —gritaba con fuerza Hanna.La puerta se abrió, Hanna tan solo podía escuchar los pasos de algui
Mientras que Hanna se encontraba entre la espalda y la pared, Enzo sostenía en la mano un vaso con whisky, no podía dejar de pensar en la jugada que le había hecho Hanna, había sido burlado y de la peor manera, por su cabeza pasaban cientos de cosas, por supuesto ninguna de ellas era buena. Sentado en el sofá, Enzo dejaba ver que se encontraba al borde de estallar de la furia, había pasado tanto tiempo buscando lo que era suyo, que había quitado la mirada de las personas que se encontraban a su alrededor, en Hanna especialmente.No quedaba duda alguna que Enzo era una persona fría y capaz de cometer cualquier barbaridad a quien se metía con él, pero acabar con la vida de los padres de Hannah no se encontraba dentro de sus posibilidades para hacer que Hanna regresara. Directamente él sabía que había sido culpable por haber confiado en ella, porque de lo contrario los hombres que se encontraban a cargo de cuidar de ella en estos momentos estarían sin vida. El teléfono móvil de Enzo s
En el momento en que Hanna escuchó aquel primer disparo quedó congelada, ella ya se encontraba libre de las ataduras, pero con el corazón destrozado ya que no había tenido de otra salida más que tomar el maletín que había sobre sus piernas y salir huyendo, tal y como aquel hombre le había exigido para mantener a salvo las vidas de sus padres.—¡Mierda, nos han descubierto las autoridades! —exclamó aquel hombre preparándose para abrir fuego y poder lograr escapar—. Espero que tomes el pu.to maletín y desaparezcas ahora mismo, porque de lo contrario ya sabes que sucederá, y pobre de ti si abres la boca con las autoridades —le dijo el hombre que la había secuestrado y luego dio inicio con su huida. Enzo al ingresar y observar que ella se encontraba sola, estiró el brazo y tomó aquel maletín, lo abrió y observó el dinero que se encontraba en su interior, apretó los labios y luego exhaló con fuerza, lo lanzó en contra de su cuerpo. —Muy bien, ha llegado la hora de hablar tú y yo con la v
Hanna regreso junto con Enzo a casa, se ubicó en la sala, tomó asiento mientras que se encontraba completamente distraída, sin importar el ruido que provocaba Enzo con sus gritos al discutir con sus hombres ella lo ignoraba de por completo, no era para menos, aquel hombre le había asegurado atacar a sus padres si no hacía lo que él quería.Pero ya no había vuelta atrás, lo poco que había descubierto de Enzo era que él era bastante terco y ella estaba más que segura que no le iba a permitir salir del país, de cierta manera se sentía segura porque él le había prometido cuidar a sus padres, pero al mismo tiempo no confiaba en él.En el pecho de Hanna había un enorme vacío, se encontraba sola, triste y desesperada, eso sin importar que a su alrededor hubieran tantas personas como nunca antes, Hanna había pasado de ser una aburrida esposa que permanecía en casa a una mujer que llevaba al extremo su día a día. Hanna inclinó la cabeza, fijó la mirada en sus manos notando que se encontraban
Luego de aquella fuerte impresión que se ha llevado Enzo con la presencia de Hanna, ella solo apretó los labios y al mismo tiempo levantó las cejas. —Espero que esté cumpliendo con sus expectativas, porque soy Hanna Smith, la esposa del más poderoso y temible mafioso que ha existido —comentó ella en tono de burla, Enzo al escucharla tan solo bufó. —Si ya has terminado de reírte, espero que tomes las cosas con la seriedad que se merece, no vamos a un puto juego, tenemos asuntos importantes por resolver como para estar perdiendo el tiempo con cosas insignificantes como prestarte atención —Enzo se dio vuelta yendo directo a la salida.—Asuntos importantes, eso suena emocionante, algo me dice que hay que acabar con varias vidas, mover tu “mercancía” —comentó ella yendo atrás de él sin perder la oportunidad para tratar de burlarse de él.Enzo al instante se detuvo y se dio vuelta, ella levantó la mano y colocó su dedo índice sobre la boca, luego guiñó uno de sus ojos.—Ya no diré nada, n
Hanna luego de actuar como Enzo le sugirió, ingresó a la oficina, se sentía incómoda ya que no estaba acostumbrada a tratar de aquella manera a las demás personas, pero si lo debía hacer para estar a salvo y ayudar a sus padres no lo iba a dudar. —Siéntate y ponte tranquila, aún no le has disparado a nadie —comentó Enzo en tono de burla. —Me siento mal conmigo misma, Caroline no me ha hecho nada malo para que le hubiese hablado de aquella manera, lo mejor es que me disculpe —Enzo negó con la cabeza, colocó dos vasos sobre el escritorio y sirvió whisky en ellos. —Bebe un par de sorbos, no te hará sentir mejor, pero sí te ayudará a estar más tranquila —Hanna negó con su cabeza. —No puede pretender que de un momento a otro actúe como usted, ya es suficiente con que esté intentando ser arrogante, pero ir más allá no será nada fácil para mí —Enzo apretó los labios y negó con la cabeza.—Tú decides si quieres un cambio en tu vida o simplemente quieres continuar siendo la misma mujer déb
Luego de haber terminado la reunión todos salieron dejando ver en sus rostros que habían quedado sorprendidos luego del comunicado que hizo Enzo, Hanna se mostraba indignada, ella era una mujer decente y muy respetada, pero luego de haberse casado con el hermano de su difunto esposo dejaba mucho que hablar, y claramente nada bueno. —¿Por qué tuvo que decir esas cosas?, ahora sí vamos a estar hasta en la boca del personal que se encuentra a cargo de la limpieza, usted no logra entender como funcionan las cosas en esta sociedad hipócrita —Hanna se levantó de la silla completamente molesta.—El inútil contador ya se encontraba al tanto de nuestra relación, en este lugar algo sucede, da la impresión que todos traman algo en contra de nosotros, de nada servía seguir ocultando algo que claramente para todos es más que obvio.»Ese desgraciado tenía pensado utilizar aquella información en mi contra, pero para su mala suerte le salió el tiro por la culata, todos son sospechosos, no podría señ
Los minutos transcurrían, pero para Hanna eran horas, Enzo había dejado su teléfono móvil siendo imposible que se pudiera comunicar con el exterior, por unos cuantos instantes ella sentía que tus piernas fallaban, así que Enzo la tomó de la cintura sosteniendo el peso de su cuerpo. —¿Claustrofobia verdad? —ella respondió asintiendo con su cabeza, ya que un nudo se había apoderado de su garganta.»Verás, este momento me hace recordar una situación que viví en el pasado, eran tiempos difíciles, no todo siempre fue de la misma manera que se está viviendo ahora; me encontraba en guerra, los enemigos nos superaban en cantidad.»Los proyectiles pasaban demasiado cerca de nuestras cabezas, sin otra salida tuve que ingresar dentro de un pequeño agujero, porque de lo contrario sería un hombre muerto, solo éramos unos pocos los que nos encontrábamos tratando de buscar salvar nuestras vidas.»En ese entonces Adriano Bennett dirigía personalmente a sus sabuesos, sentía como la respiración era ca