Ya de regreso del cumpleaños del presidente la vida de todos vuelve a la normalidad, ahora se acercaba el casamiento de Antonella, a quien no le daba las horas del día entre la escuela y los aprontes de su boda. Ella quería una boda perfecta de la cual toda la ciudad lo recordara. Mientras Delfina continuaba con sus prácticas en la orquesta nacional, incluso tuvo que salir uno de esos días fuera de la ciudad para una presentación y se presentaba una posibilidad en el exterior del país. Santino continuaba con sus prácticas y ya había elegido una universidad bastante lejos de la ciudad en la cual él residía, cuestión de no tener que venir muy seguido a su ciudad, lo sentía por su madre, pero quería alejarse lo más lejos posible de ese lugar, lejos de Antonella, y especialmente de Delfina quien tenía que lastimar para que sobrevivieran él y su familia. Luego de su regreso su madre le pregunta- ¿Tienes ropa para el casamiento de tú hermano? - ella la mira sonriente
Jazmín hablaba con su hija ese día sobre la boda de aquella chiquilla que ella amaba como que si fuera su propia hija y Antonella la quería a ella más que a su propia madre.- ¿Puedo ir contigo madre a ayudarte a para los preparativos de la boda de la señorita Antonella? -- ¡No es necesario! – j} Jazmín quería evitar que su hija fuera a la casa, la idea de la chica era rondar al señor Sotelo y lo único que deseaba Jazmín era tener problemas con la familia en un momento tan delicado para la familia como era el casamiento de su hija.- ¡Vamos madre, déjame ir? -- ¡No ya te dije que no era necesario, hay un ejército de empleados, limpiando, cortan do el césped, arreglando el jardín, limpian do la piscina y todo lo que haya que arreglar! - hace una pusa toma aliento - ¡yo simplemente ayudo a la señora Ruth en los quehaceres internos de la casa! - la mira un momento y luego contina- ¡Ya no vas a la escuela, que piensas hacer de u vida! - la observa mientras la chica se mueve de un la
Continuaron caminando, ella llevaba un tapado rojo, que la hacía más bella, había comenzado a hacer frío. El tapado la hacía aparentar menos edad de la que realmente tenía. Leonel se sentía orgulloso de caminar a su lado, soplaba el viento, que venía desde el mar por eso Delfina se colocó un gorro de varios colores que hacían a su rostro aún más bello e inocente.Se lo extrajo cuando entraron a la galería, caminaron en silencio, allí adentro el ambiente era más tibio, había una chica joven que era la guía e iba mostrando los cuadros y hablando sobre la temática. Delfina miraba y escuchaba todo con mucho interés. Hasta que al fin llegó el momento de presentar al amigo y creador de aquellas hermosas obras de arte, había uno de una mujer que parecía deformada, ella se detuvo frente a él, mientras Leonel quedó detenido frente a otro. Delfina estaba ensimismada observando el cuadro, cuando escucho la voz con un tono seguro de sí mismo que preguntaba- ¿Te gusta? - ella
Faltaban dos días para la boda Joaquín ya se encontraba en casa de su madre. Amelia y Delfina estaban felice de tener los niños en la casa y poder disfrutarlos, lo mismo que a Joaquín y Fernanda y su esposa.Desayunaban, y mientras lo hacían conversaban los pequeños tenían un gran bullicio con su tía y ella reía, los amaba, que tenerlos allí la hacía muy feliz.- ¡Entonces hermano, se te acaba la soltería! - río JoaquínMarcos sonrío antes de responder- ¡Así es, es hora de hacerlo, tú eres menor que yo y mira ya tienes dos hermosos pequeños que son nuestra mayor alegría! - luego se pone serio -papá estaría orgulloso de ti! -- ¿Y de ti también hiciste un gran trabajo junto con mamá con Defina y me ayudaste a mí en mis horas oscuras! -calló un segundo -por eso te deseo que seas muy feliz, te lo mereces! -- ¡Gracias, hermano! -- ¿Puedo hacerte una pregunta? -- ¡La que desees! - respondió Marcos, Joaquín suspiro, luego carraspeo y al final lanza la pregunta.- ¿Hiciste los arr
En su cuarto Delfina no podía creer, era como vivir con el mismo demonio en su propio infierno. Como pudo hacerle eso Marcos, como pudo no escucharla, se miró en el espejo de su cómoda y vio dos lágrimas correr por sus mejillas. Estaba tan pero tan decepcionada de Marcos que apenas podía sostenerse en pie. Comenzó a sentir que el cuarto le daba vueltas, un malestar en el estómago y un zumbido en sus oídos le impedían seguir pensando correctamente, así que se recostó en la cama, pero aun así no se sintió bien. Las ganas de vomitar se aceleraron e intentó llamar a su mamá, sintió que su presión arterial se elevaba, tomo su dispositivo y envió como pudo un mensaje a su madre, la vista se le nublaba, y el celular se le cayó de la mano, sentía el mareo sobrevenir, su corazón comenzó a latir con mayor rapidez y le comenzó a faltar el aire. Pensó en su padre cuando murió y en la oscuridad que la envolvió, lo que estaba sintiendo era similar a lo que sintió aquella vez siendo tan pe
Don Antonio hablaba con su hijo Marcelo- ¡Debemos tener cuidado de que no aparezcan nuestros enemigos en la boda de tu hermana queriendo vengarse por alguna situación! -- ¿Te parece padre? Respondió Marcelo un poco preocupado.- ¡Nunca se sabe de dónde puede saltar la liebre, así que debemos tener nuestras espaldas cubiertas! -- ¿Y cómo lo haremos para que nadie se dé cuenta de lo que está sucediendo? -- ¡Lo estuve pensando! - dijo Antonio mientras se acariciaba la barbilla en señal de preocupación – no podemos hacerlo al descubierto, porque eso haría sospechar a Mendieta y eso es lo que no quiero que suceda! - hace una pausa mientras da vueltas en la habitación, vuelve a dirigirse a su hijo - ¡estuve pensando en el zurdo! -- ¿En el zurdo, para qué? -- ¿Cómo para qué, has perdido las neuronas, Marcelo? - y en seguida -¿qué es lo único qué sabe hacer el zurdo? -- ¡Matar! -dijo Marcelo con tranquilidad- ¡Perfecto! - exclamó Don Antonio- ¿Y? - peguntó Marcelo, todavía sin e
- ¿Tu hermana no vino hoy? -¡No era necesario y necesita descansar! -¿¡Es nuestra boda! - se queja Antonella- ¡No lo es, sólo es una práctica que tú has impuesto para que todo salga como tú quieres! - Antonella lo mira con cierto rencor, pero al final termina aceptando que lo que dice Marcos es cierto. Así que olvida a su cuñada y se coloca en cumplir lo que tiene que hacer para que toda se realice tal cual como ella lo desea, eso es lo más importante para ella. Al otro día Antonella miraba las revistas y salta de alegría, bailaba sola en su habitación- ¡Estoy feliz! -El gran día llegó, todos los invitados extrajeron de sus roperos las mejores prendas que los hacían lucir como las verdaderas personas que eran una élite, una clase social de elegidos, que podían asistir a esa boda de privilegiados.Antonella se levantó más temprano que de costumbre y a quien telefoneo primero fue a Santino.- ¡Te quiero hoy en mi boda, no importa la hora! ¿me comprendes? - ordenó sin preá
LA BODAEn ese mismo momento Delfina y su madre llegaban a la iglesia para esperar a la novia, Delfina estaba un poco nerviosa por su encuentro con Santino en donde todo el mundo casi segur iban a tener la mirada sobre ellos. Ella volvió a vestir un vestido corto, esta vez era de finísima seda negra que más que vestirla parecía levitar encima de su cuerpo adolescente y escultural. Llevaba medias del mismo color y delineo sus ojos de un negro intensísimo y lo mismo hizo con sus pestañas. Y sus boca de niña se transformó en voluptuosa y llamativa con un color rojo que contrastaba con la llamativa y fina ropa negra que llevaba. Estaba elegante, fina, lejana a toda la situación que estaba viviendo. Sus compañeros de la filarmónica fueron invitados por Marcos, cuando vieron a Delfina no podían creer lo que había logrado con su vestimenta. Era toda una mujer. Amelia se veía muy elegante vestida con un hermoso traje de época pero que iba con la situaci