Era su luna de miel, mientras volaba en el avión privado de Marcos, Antonella iba pensativa, recreando los últimos acontecimientos que pasaron en su vida. De algo estaba segura, se sentía feliz. Marcos se acercó a ella y besándole un costado de la mejilla- ¿En qué piensa mi princesa? - ella no dice toda la verdad de sus pensamientos- ¡En los feliz que estoy! - y da vuelta su rostro hacía él y se entregan en un largo y apasionado beso.Se oye la voz del pilotoLegaron cerca del mediodía, el sol estaba alto peo había calor, la región estaba en pleno caribe.- ¡Pronto aterrizaremos! - así que ellos se ajustan los cinturones luego se toman de la mano, hasta que descienden y una limusina los estaba aguardando para llevarlos al lugar donde pasarían su luna de miel. Antonella observó todo a su alrededor, era bellísimo, paradisíaco, al fondo se extendían unas larga cadena de montañas, no muy altas de donde yacía un río que corría por la ladera de la montaña y finalizaba en una pequeñ
Los días transcurrieron con tranquilidad, Antonella adquirió un color tostado en su piel de por sí muy blanca que enloquecía a Marcos. Ese día se metieron juntos al shacusy y allí Marcos masajeo sus pies, sus muslos para relajarla, ella hizo lo mismo con él. Luego ella se acerca a él, totalmente desnuda y tostada por el sol caribeño y hacen el amor hasta sentirse agotados. En la cena conversan, Marcos inicia la conversación- ¿Estás feliz? - Antonella responde más con la sonrisa que con las palabras, se la veía radiante, estallaba en felicidad por toda su piel, así que entre risas exclama- ¡Claro, que lo estoy, he pasado los mejores momentos de mi vida, espero que se repitan! -- ¡Así será! - respondió Marcos entre risas. Antonella se pone seria y lanza su pregunta- ¿Cuándo regresamos? -- ¡Pasado mañana! - dice con tono serio y alude -¡Mi amigo me reclama, ya está esperando por mí, está agobiado de trabajo! - sonríe. ¡Está bien! - dice Antonella, y luego con un tono com
Delfina hablaba con su mamá acerca de la llegada de su hermano, la habitación de los recién casados estaba ubicado en el segundo piso de la mansión con un gran ventanal hacía el jardín y un balcón de donde colgaban hermosas flores que el jardinero trataba de cuidar con sumo cuidado a pedido de Amelia. Ahora se había esmerado mucho más, había quedado hermosamente arreglado, las flores, las macetas, todo lucía con gran esplendor. Los muebles de la habitación eran completamente nuevos, y con un gran estilo “nuveau”. El baño era muy grande y se instaló un yacusi en el período que Marcos estuvo fuera de la casa. Todo diseñado como lo pidió Marcos y a su vez se lo había pedido Antonella, la cómoda, los roperos ya existentes en la pared fueron extraídos y colocados del color que ella deseaba, los espejos. Nada quedó fuera de los gustos caros y refinados de Antonella y también de Marcos.- ¿Ya se terminó todo lo que la señorita Antonella pidió? -- ¡Delfina! - exclamaba su madre haciend
Para la fiesta de graduación faltaba casi un mes, por lo tanto, Delfina pensaba en su cumpleaños abrirá las puertas de su casa a sus mejores amigos de la escuela y de la filarmónica, sus compañeros y compañeras de natación. Lo hablaba con su madre esa tarde, ésta le decía- ¿Qué piensas hacer hija para sa gran fecha que es tu cumpleaños? - mientras sonreía, estaban sentadas las dos en la sala comedor bebiendo un rico té.¡Invitaré a todos mis compañeros de la filarmónica y a los de mi clase los cuales me aprecian en general! -- ¡Bien hija, será como tú digas y se hará como lo desees! -Marcos y Antonella ya habían llegado a la casa se encontraban descansando, por suerte pensó Delfina no los vi, y si pudiera ser invisible para Antonella lo sería. Pero su cuñada iba a estar en su cumpleaños y de seguro iba a invitar a su familia, huy, Dios que rabia pensaba Delfina, pero trataba de estar bien porque quería disfrutar lo mejor que podía ese día. Faltaban dos días para su cumpleaño
La chica se movió nerviosa dentro de la habitación, que se reducía cada vez más a medida que aquel hombre se acercaba a Montserrat. Cada vez que el venía a buscarla para descargar sus asquerosos deseo en ella, Montserrat parecía morir un poco. Pero su afán por sobrevivir la hacían quedarse quieta y responder como podía a las caricias de este.- ¡Acércate! - pidió Marcelo con cierta mesura -¡No voy a hacerte daño, porque lo haría tu me gustas, y mucho! - ella se acercó- ¡Ahora si nos entendemos! - respondió él y comenzó a acariciar su mentón y de ahí bajó a sus pechos muy lentamente, ella a cada movimiento de sus dedos sentía unas ganas tremendas de gritar y salir corriendo de ahí. Pero fue valiente y se quedó, se tenía que quedar, porque si no las cosas podían ser peores para ella. Así que renunció a su cuerpo y se entregó al placer de aquel extraño hombre iba a aprender a jugar, como le enseño Lisa y quizás posiblemente no tuviera que pasar por tantas manos de hombre diferentes e
La fiesta, siguió su curso, Antonella se acostó temprano y desde su cuarto apenas se escuchaba el sonido de la música. Delfina estaba bellísima en una falda roja sumamente corta y una bluza negra que dejaba ver toda su espalda fuerte musculosa recta sensual, su perfume olia a atardecer. Santino llegó con un ramo de flores blancas y un regalo en su mano que ella lo abrió enseguida, era una cadena de plata con un corazón pequeño que abría en dos partes el corazón.- ¡Es para colocar nuestras fotos y para que siempre me sientas junto a tí, por más lejos que esté y pase lo que pase siempre te he de amar recuérdalo! - y le rozó los labios con un beso, en ese momento Marcos bajaba y los vio, sintió una ráfaga de celos recorrerle sus arterias. Pero era el destino, su hermana alguna vez tendría que enamorarse.- ¡Buenas! - dijo en un tono helado, Santino sintió lo lejano de su voz, Marcos se acercó y extendió su mano mientras decía sin emoción alguna en su voz-Bienvenido a la fiesta de
La fiesta finalizó, la madrugada atrapó a los que no se fueron antes, Delfina los invitó a pasar a la sala de estar donde estaba su piano y los iba a agasajar con una hermosa sinfonía. Todos se dirigieron allíDelfina se sentó frente al piano totalmente liberada incluso quedó descalza y luego tocó “” Carta a Elisa” lo hizo con vehemencia, como si fuera ella misma la que tuviera que marchar lejos de su amor, alejarse, por la razón que fuera, lo que significaba una sensación de soledad y de gran sufrimiento. Todo su cuerpo se balanceaba, sintiendo en su piel cada nota, silencio absoluto parecía que todos habían dejado de respirar allí; cuando finalizó parecía que despertaron de un hechizo y aplaudieron y la besaron impresionante composición.la mayoría se fueron muy contentos, Delfina tuvo innumerables regalos. Al despedirse de Santino en la vereda de su casa mientras éste esperaba un taxi se besaron apasionadamente.- ¡El chico la tomó suavemente por la cintura como si fue
Por fin llegó la gran noche de la fiesta de graduación en la casa de los Mendieta como la de los Sotelo no se hablaba de otra cosa. - ¡Hoy tenemos que estar presente en la fiesta de graduación de tu hija! - exclama Ruth a Don Antonio- ¡Lo sé mujer! - e iba de un lado a otro probándose la ropa que su mujer le alcanzaba- ¿Irá Damián? -- ¡Sí, lo hará, y también lo hará Marcelo! -¡Bien, bien! - dijo Don AntonioAntonella hablaba con Marcos en ese momento- ¡Hay dos oradoras, una es de las clases más bajas en donde se encuentra tu hermana y otra de nuestra clase! - hace una pausa mientras se prepara para tomar una ducha -la o el orador de las clases más bajas no se sabe quién es, de nuestro grupo es un joven de más o menos mi edad, muy brillante y que las universidades se disputan por él! - Marcos la escucha, mientras la observa, con sólo mirarla, sus deseos más íntimos se despiertan, se acerca a ella y la toma por la cintura, le besa el cuello, ella gime, él le acaricia los pe