Raphael se encontraba ese día de mejor humor, por lo que tras levantar a Claire con cuidado y darle de desayunar, sacó su móvil y le sonrió, indicándole que posará para él, pasándole un periódico de ese día y que había conseguido ese día por la mañana al ir por el desayuno.— Bien, ahora sonríe y sujeta ese periódico muy bien para que se vea bien la fecha — Bastille puso el test de embarazo en la mano de la señora Mars y el periódico en la otra mientras le echa a un par de fotografías y las enviaba al teléfono de Jareth Mars.— Muy bien preciosa pronto saldrás de aquí.Fue lo último que dijo el secuestrador antes de salir de la habitación y cerrar nuevamente con llave, por supuesto que no era idiota, había hecho todo para que no pidieran rastrear su llamada. Su teléfono se encontraba encriptado y pasaba por varios teléfonos antes de mandárselo al número que él había escrito, así que sería difícil que consiguieran su localización.En un principio había pensado en seguir hablando con el
—No, los reyes no lo saben— fue la respuesta de Christian.— Voy a decirte algo Christian Enzo tomó el rostro de su amante entre sus manos antes de empezar a hablar — he hecho algo que no habría hecho bajo ninguna circunstancia, he tenido que sufrir escasez económica durante años, he vivido en lugares inimaginables y he trabajado duro por un salario que no llegaba ni para la renta cuando solo tenía que coger el teléfono y pedir dinero a mi padre. Pero sabía el alto precio que eso tenía. Perder mi libertad.Tal vez todo eso no era culpa de Christian, pero quería que él entendiera su punto —¿Y ahora me estás diciendo que tu hijo se atreve a ocultar información cuando yo hipotequé el resto de mi vida para salvar a su esposa?Las palabras de Enzo sorprendieron al patriarca Mars porque no sabía el precio de todo el sacrificio que había hecho su amante para él.En ese momento las dudas que había estado teniendo respecto a Enzo al saber la verdad sobre quién era, se disiparon y es que había
Inquieto era así como se encontraba Jareth, esperando la llamada del secuestrador de su esposa, pero no solo seguía teniendo miedo.También la ansiedad provenía de saber que ella se encontraba embarazada. Por fin se haría realidad su deseo de verla con pancita, de poder estar con ella mientras sus hijos iban, haciendo que su cuerpo cambiará. Lidiar con los cambios de humor por las hormonas, Jareth estaba seguro de que si Claire se volvería aún más mandona y eso no le importaba.Estaba extremadamente feliz y adiós que estaba feliz por sufrir por conseguir a media noche los antojos que ella tuviera a causa del embarazo, poder disfrutar de lo que pudo hacer con los gemelos.No sabía cómo podía amar aún más a Claire, pero lo hacía, la amaba cada vez más y su ausencia lo mataba.Había podido sobrevivir sin ella, pero era porque no se había permitido saber lo que se sentía vivir a su lado, pero lo había vivido, lo había experimentado y descubrió que era lo más maravilloso que él podía vivi
Maldita sea, Enzo se estremecía con el toque de Christian.Estaba seguro de que Eros jamás hubiera permitido que Enzo lo ayudara si hubiera mencionado su nombre, la única razón por la cual el viejo D’Alturi lo había permitido, había sido por qué ese hombre sabía que él tenía un hijo, más no una hija, así que perfectamente creyó que estaba ayudando a alguien más.Enzo jamás había cedido el control, quizá no era el típico activo cliché que se veía superdominante, hasta era tierno y cariñoso, sensible con sus parejas e incluso con puntos infantiles, pero en la intimidad jamás se había sentido cómodo con la idea de ser penetrado, lo intentó una vez y aquello se sintió doloroso sin llegar siquiera a ser penetrado del todo a penas unos dedos por lo que estuvo todavía más seguro de que ser el pasivo no era lo suyo.— Espera… espera Christian, yo no quiero … No me gusta ser el que…— pero no pudo seguir hablando porque Christian se apoderó de su boca en un beso demandante.Sus manos llegaron h
Justo en el momento que el joven ruso le regresaba, el teléfono de Jareth sonó-—Es el secuestrador, por lo que podrás saber el lugar y la hora. Si te quedas a escucharNo podía ya dudar de si le iban a ayudar o no. Tenía claro que había sido un ingenuo al creer que no necesitaba ayuda, era el momento de la verdad y de una vez por todas regresar a Claire a donde pertenecía—¿Ya tiene listo el dinero Mars?— le preguntó el secuestrador, nada más respondió su celular—Lo tengo— respondió Jareth al hombre sin dudarlo.—Entonces preste atención, le daré las coordenadas.El hombre le dio las coordenadas a Jareth era en una parte del desierto, en una zona de bodegas que estaba abandonada y que algunas veces usaba la mafia para hacer sus entregas y sus intercambios.—Debe estar ahí justo en dos horas, no debo de recordarle que debe de venir solo.—Estaré solo así que descuide, solo no dañes a Claire. —No se preocupé, su esposa se encuentra aquí, ¿quiere escucharla?Raphael Bastille le pasó e
Vladímir estaba completamente emocionado, tampoco se presentaba jamás como Vladímir, para todos era Vladik. El hombre de confianza de la reina negra, era tan apropiado y ocurrente, así se aseguraba que solo su círculo más estrecho conocía su verdadera identidad, ni siquiera sus hombres la conocían.— Cuando el dinero sea entregado entramos a por el secuestrador, no se les olvide disparar exclusivamente a los brazos y piernas. Solo en caso extremo entre ceja y ceja, no se les olvide que queremos a ese bastardo vivo por los jefes y al matrimonio a salvo — Aclaró Vladik a sus hombres.Todos sus hombres asintieron, ahora lo que le faltaba ver era si funcionaba el pequeño audífono en forma de chícharo que llevaba Jareth consigo.— ¿Me escuchas? — le preguntó Vladímir al audífono casi invisible que le había puesto al hombre, para probar la conexión, mientras observaba en su teléfono móvil si este se había encendido. Vladímir sonrió al ver que su móvil captaba la señal, antes se tenían que u
Jareth quería gritarle que él sabía eso, que era consciente del peligro que corría en ese momento. Pero eso no implicaba que odiara la situación en la que ese hombre lo ponía.Joder qué difícil era. Estar tan cerca y al mismo tiempo estar tan lejos.Raphael empujó levemente a la mujer hacia él enfrente al ver que ella parecía no entender lo que le había dicho.—No es tan difícil de entender mujer. Vas a ir y a volver trayendo contigo esos maletines, al menos dos, el tercero me lo va a traer tu esposo. Para que tú puedas irte y alejarte de aquí.Jareth no podía permanecer más tiempo al margen, por lo que se movió al ver a ese hombre empujar a Claire y hablarle a la espalda mientras la sostenía de la cintura.—¿Qué pasa? ¿Aquí tengo el dinero?Vladímir maldijo, porque por más que se hicieran planes, jamás se podía controlar el factor humano.Ese siempre era el que venía a joder todo, y comprendía la impaciencia de Jareth, porque también estaría igual o tal vez peor, si se tratara de Eth
Jareth Mars no paraba de golpear el rostro del sujeto que había secuestrado a su esposa tomándolo de sorpresa tras la entrega del dinero por la furgoneta negra.—¡Deténganlo, no dejen que lo mate!— escucho a lo lejos Jareth, que alguien gritó.Pero castigar a ese hombre era en lo único que pensaba.Raphael no esperaba el ataque por parte del marido de la mujer, quien lo sometio tras golpear su cabeza contra la puerta de su auto.Para cuándo lo quitaron de arriba del hombre su rostro se encontraba desfigurado y ni qué decir de los nudillos de Jarerh Mars, quien todavía peleaba y soltaba patadas a los hombres que se encargaron de quitarlo a la fuerza del hombre que se había llevado a su esposa.—¡Déjenme, no puedo dejarlo vivir!— gritaba mientras un par de hombres lo sujetaban por los brazos, arrastrándolo un par de metros lejos del hombre.Fue la intervención de Vladímir quien lo trajo de nuevo al presente al tomarlo del mentón y hacer que le prestará atención—Debes concentrarte, tu