Christian dejó sus papeles de lado, ahora era a quien le tocaba prestar atención a lo que Claire tenía que decir.—Dime, ¿Qué es lo que el idiota de mi hijo te hizo?— el viejo Mars no tenía ningún tipo de contención al momento de llamar a su hijo así.No podía llamarle de otra manera cuando había dejado que el amor de su vida se le escapará de las manos, y no ir a recuperarla, hasta ahora, casi seis años después.—No permitiré que te lastime, así que dime qué hizo esta vez.No había duda que fuera lo que fuera, la culpa era de su hijo, e iba a decir más, cuando el escándalo de fuera llamó su atención haciendo que volteara a ver a Claire —¿Qué será lo que habrá ocurrido allá afuera?Claire se levantó exasperada, estaba claro que por mucho que hubiera querido que aquel lunes fuera distinto y dejar de odiar los lunes, no dejaba de ser su día maldito, el día en que si algo podía salir mal, salía aún peor. El maldito lunes, Murphy, era así como ella llamaba a todos sus lunes.Se levantó d
—Gracias Claire por aceptar acompañarme así tú y yo podemos hablar. Necesito hablar contigo y explicarte todo,Claire estaba muy molesta, pero también era cierto que no le había dejado explicarse, así que, ¿por qué no darle una oportunidad de hacerlo?Se abrochó el cinturón de seguridad y esperó a que su ex arrancara el coche antes de contestarle, no tanto porque no quisiera hacerlo, más porque necesitaba poner en orden sus pensamientos para ser capaz de hacérselos a entender con palabras.— Jareth, ¿amas a esa mujer?— preguntó ella entendiendo que debía de haber estado muchos años separados y que a pesar de que quizá tuviera sentimientos por ella, él ya había iniciado una vida en la que no tenía derecho a meterse.Jareth no entendía por qué Claire le preguntaba ese tipo de cosas. Bueno, sí que lo entendía, pero no quería pensar que ella tuviera ese tipo de dudas. No después de los días que habían pasado juntos y de decirle que la amaba.— Quizá solo nos confundimos después de tanto
El hijo de Christian arranco el auto sin dejar de tener la sonrisa en los labios, sin dejar de ver a la hermosa mujer a su lado y a la cual amaba con todo su corazón — lo has dicho bien, es mi ex prometida, porque yo no pienso casarme con ella, no hay nada que pueda hacer que yo me ate a Eleonor.Sin embargo, el cielo soleado improbable de Londres empezó a oscurecerse presagiando las tan normales tormentas; sin embargo, está en especial parecía ser una grande, tan grande que fuertes vientos empezaron a sentirse por toda la ciudad a pesar de los grandes edificios que había, aun así Jareth siguió conduciendo tomado de la mano de Claire hasta llegar al hospital.— Por favor, no me vayas a dejar ir solo a hablar con el médico — le dijo a Claire, inclinándose hacia ella antes de salir del auto — odio los hospitales, sobre todo odio a los doctores y las inyecciones.Ella suspiró y lo atrajo para besarlo, una última vez ese beso fue más suave y reposado. Él correspondió a ese beso, con la
En esos momentos Jareth se encontraba maldiciendo haberla traído, porque sabía lo que Claire haría y eso solo hacía que se llenara de rencor hacia Eleonor, quien era la víctima en ese caso, sobre todo por qué no se lo merecía, suficiente tenía con saber que pronto moriría.Tenía que sentarse y eso hizo, se sentó y llevó su cabeza hacia abajo en medio de sus piernas, pasándose las manos por detrás.El doctor tomó la palabra al ver a Jareth derrumbarse — lo mejor será que la señorita Richards esté con alguien bien cuidada y tranquila a partir de ahora.Jareth alzó su cabeza asintiendo.—Por ahora debe quedarse, es más, no debería estar parada, así que regrese a su habitación.Eleonor no hizo nada más que asentir a lo dicho por su médico, viendo a Jareth a los ojos.—Jareth, por favor…— le suplicó ella suavemente a él.Él solo asintió a esa súplica — anda, ve a descansar, luego hablaremosSu prometida ya no dijo nada volteando a ver a Claire al salir y marcharse a su habitación, aunque c
—¡Claire!— le llamó Christian al verla salir de las puertas del ascensor.El padre de Jareth no dudo en abrir sus brazos al notar sus ojos rojos,—Pero mi niña, ¿qué ha pasado? ¿Por qué te encuentras en este estado?— le preguntó a la joven nada más la tuvo a un paso frente a él.Claire se lanzó a los brazos de Christian en cuanto lo vio, era como una niña pequeña que se ha estado conteniendo durante horas hasta encontrar a su persona segura, en este caso su persona segura era el abuelo de sus hijos.Quién se había convertido no solo en una figura paterna, sino en su mejor amigo.Ella no pudo más que echarse a llorar por lo sucedido, sintiendo que él la reconfortaba con el simple hecho de sostenerla como la hacía.Estaba segura de que en otra vida, si es que las reencarnaciones existían, ellos ya se habían encontrado. Porque Jareth podía ser el hombre al que amaba con toda su alma, pero Christian era como estar en casa, era su lugar seguro de un modo fraternal que no podía explicar.Cl
Se encontraba nervioso y no era para menos, se había citado con Enzo, Christian se sentía mal por hacerlo pese a lo que pasaba con su hijo y la madre de sus nietos- Pero tenía que hacerlo, tenía que ver a ese hombre que en el pasado había sido especial y que, maldita sea, todavía removía muchas cosas en su interior, las malditas mariposas que parecían incrementarse a medida que se acercaba a la pequeña y solitaria taberna donde esperaría al joven.El dueño de la taberna conocía a Christian, era un buen amigo el cual había conocido siendo su chofer y que luego con los años y hacerse igual de mayor que él le confío que adoraba ser su chofer, pero su verdadero sueño siempre fue poseer su propio negocio, por lo que Mars lo despidió con una buena compensación y de regalo por todos esos años le regaló el local que ahora era una discreta taberna exclusiva donde para entrar se necesita tener acceso vip era el lugar ideal para hacer cualquier tipo de encuentros.Bobby era así como se llamaba e
El gemido de Christian fue música para sus oídos, haciendo que deslizara los dientes por su cuello con suavidad, solo dejándole sentir el tacto de estos en la piel mientras se deshacía de su ropa y dejaba que él hiciera lo mismo con la suya.Aquel cuarto temático tenía un gran espacio para bailar, pero también una cama donde estar juntos cómodamente, pero la simple idea de alejarse de su piel, hacía que doliera perder esa cercanía.Una vez lo tuvo desnudo no dudó en girarlo poniéndolo de cara a la pared, no podía disfrutar de su rostro. Pero si de su espalda, de morderla y marcarla cuanto quisiera.Recordaba que en aquel barco Christian le había dicho que era raro que él fuera pasivo y la estrechez que encontró al enterrarse en él, Enzo jamás lo era ni siquiera con él lo había sido, por eso se agachó poniéndose de rodillas tras su amante y amasó sus nalgas para separarlas y pasar la lengua entre ellas, luego llegó dos dedos a su entrada, tanteando la estrechez para no hacerle daño enc
Christian había mandado a su ama de llaves hacer que la habitación de invitados se encontrará lo más cómoda y cálida posible.—La prometida del joven Jareth, ¿Vendrá a vivir aquí?— le pregunto la vieja ama de llaves a su jefe Christian Mars.—La señorita Eleonor Richards ya no es la prometida de Jareth— le informó a la vieja ama de llaves, posando su mirada severa en ella — más te vale no olvidarlo Cleotilde.Cleotilde no dijo nada, sabía que cuando su jefe se enojaba no era alguien fácil de tratar, sobre todo si involucraba a su familia y esa consideración no solo se extendía a su único hijo o nietos, también a la madre de los dos gemelos, Claire Mars.No era un secreto que el viejo Mars había estado por más de cinco años esperando que su hijo se diera cuenta de la estupidez que había cometido al dejar ir a una mujer como Claire y regresará por ella. Por lo que haría lo imposible por ayudar a ambos jóvenes a estar juntos y no importaba si eso incluía que él se hiciera cargo de la ex