«Si me preguntaran, ¿qué es lo que haría que me aferrara a esta vida? Mi respuesta sin dudarlo sería tu sonrisa, porque no hay nada en este mundo que me haga aferrarme tanto a la vida como tu sonrisa, Esa sonrisa que no solo me enamora, sino que hace a mi mundo brillar.Por ti encontraría la manera de volver una y mil veces a la vida. Por ti lucharía contra la muerte, vida y reencarnaría mil y una veces, Solo por el privilegio de volverte a amar y de hacerte sonreír.»—¡No!— el grito que surgió de sus labios apenas y fue un pequeño gorgojeo ante el ruido del arma al dispararse. Después de ese grito no recordaba nada más nada.Salvo que se encontraba tosiendo, tratando de no ahogarse, intentando hablar, y reconfortar, odiaba ver esa fea expresión de pánico en sus ojos.Claire no podía creerse todo lo que estaba sucediendo en unos segundos, Eleonor le había disparado, pero Jareth se había cruzado en su camino y puesto delante de ella para protegerla, la bala lo había alcanzado a él y ah
Las manos de Christian empezaron a temblar, con más fuerza, mientras el peso de sus pensamientos le llegaba de golpe con la fuerza de un tsunami.Él era el causante de la muerte de su hijo. El viejo Mars empezó a tambalearse, haciéndose hacia atrás antes de caminar hacia donde la ambulancia ya tenía a su hijo arriba.No, su hijo no podía morir, La ley natural de la vida, era que los hijos entierren a sus padres, no al revés.—Él, no puede, mi hijo no puede morir— se acercó a los paramédicos, ahora parecía haber pedido la razón, ya que tomó de la solapa del uniforme a uno de los paramédicos.—Ustedes deben de hacer algo, pero no pueden dejar que mi hijo muera, ustedes no pueden dejarlo morir.—Por favor, señor, contrólese, haremos lo que podamos. Solo déjenos hacer nuestro trabajo y no puedo permitir que se suba así de alterado a la ambulancia y alguien debe de hacerlo, un familiar debe de ir con nosotros y consentir que realizamos maniobras con el fin de que su hijo pueda salir de est
Jareth sintió como se iba desprendiendo de su cuerpo, y como este era envuelto en una densa nube negra y la cual deseaba atraparlo a él también.“¡Escapa!” Escucho la voz de dos niños gritando. ¿Qué demonios hacían ahí dos niños?“¡Si dejas que los enviados de la muerte te atrapen, no podrás regresar!”Por supuesto que él no dejaría que lo atraparan, aunque no sabía a donde tenía que regresar.—¿Ustedes saben a dónde es que debo de regresar?— les pregunto tratando de ubicarse, o mejor dicho, de recordar cómo es que había llegado hasta ese lugar, tan oscuro donde se encontraba en ese momento.Los dos pequeños ángeles aparecieron frente a él sonriendo, como si lo conocieran y estuvieran felices de verle—¿Acaso les conozco?— les pregunto a ambos pequeños, quienes en ese momento empezaron a halar de él con fuerza. Sus sonrisas habían desaparecido y ahora era terror puro lo que mostraban en su carita, algo que no le gusto para nada que ellos tuvieran.“No hay tiempo, ellos ya vienen”Jar
Enzo tenía razón y Jareth tal vez esperaba sentir a Claire cerca para despertar.La luz que lo envolvió era cegadora y los movimientos espasmódicos de su cuerpo habían dejado de sentirlo por todo su cuerpo; sin embargo, seguía perdido.Ahora se encontraba afuera de una casa. Sabía que conocía esa casa ¿De dónde? Sus pasos lo guiaron al interior de la casa y entonces recordó dónde estaba, en casa de su padre.¿Pero la fachada de afuera era así como la veía? No recordaba eso.Todo parecía tranquilo, solo en el patio se veía una enorme tina con instrumentos de limpieza que parecían estar limpiando una gran.El cuerpo de Jareth empezó a sudar y a temblar al acercarse a esa mancha, por lo que se alejó de ella y entró a la casa.La dulce voz de una mujer, atrajo su atención. Le gustaba su voz, la forma en que parecía cantar una canción de cuna. Sus pasos se hicieron todavía más rápido y entrando a la habitación; sin embargo, no abrió la puerta. Solo apareció adentro y fue entonces cuando l
A ella se le ocurrió que tal vez si Jareth no sabía cómo volver, solo debía llevarlo al hospital para que se viera a sí mismo.Jareth se encontraba molesto, no lograba canalizar sus emociones, por lo que nuevamente se encontraba en un lugar oscuro, dónde las sombras parecían querer devorar la luz que todavía emanaba de él.Una luz que se le había extremadamente tentadora y demasiado apetecible cómo para dejarla pasar, estaban por alcanzarlo, cuando de nuevo escuchó las palabras de ella, y entonces se encontró de nuevo a su lado.Ella se estaba vistiendo, y murmuraba su nombre. Estaba pensando en él. Las sombras se retrajeron furiosas por no poder atraparlo, había algo más fuerte que la luz protegiéndolo y ese era el amor que la mujer sentía por él.Las palabras que ella le había dicho, llenaron de dudas el alma de Jareth. Porque hasta ese entonces él no sabía cómo es que él se llamaba o quién era realmente.Pero fue escuchar su nombre murmurado por los labios de Claire para que él emp
En algún momento dejo de escucharla o mejor dicho el sonido de la voz de Claire rebotaba en todos lados.Era un truco de las sombras, ahora estaban seguras de que no podía el alma de ese hombre escapar. Regresaría al lugar de donde no debió de escapar.Muchas veces surgían los llamados milagros, pero mientras para todos era una bendición, no para ellas, a quienes su ama la muerte castigaba.Jareth se encontraba perdido en medio de ese sitio, las sombras empezaban a acecharlo, una vez más, cada vez más cerca, y la voz de Claire ya no era suficiente.— Te amo tanto mi amor. — ella dejó un beso en su frente y luego volvió a sus labios para besarlo de nuevo, como la primera vez que entró.Ella estaba segura de que de estar en la situación de Jareth solo habría tres personas que podrían traerla a la realidad; sus hijos y Jareth y esperaba que para él fuera lo mismo y que se conformara solo con ella porque obviamente no podía llevar a dos niños de cinco años a ver en ese estado a su padre.
Él no debió de haberse metido, Eleonor en ese momento se encontraba corriendo lejos de la casa de los Mars, en su mente seguía repitiéndose las escenas que habían pasado recientemente.Ella frente a Claire y Jareth, la forma en que él parecía querer deshacerse de ella, la forma egoísta que le exhorta a que olvidara lo que le había prometido. Ser la señora Mars. Ni siquiera le pedía amor. Ella siempre había sabido que él no la quería y a ella no le importaba, jamás le había pedido nada que él no quisiera darle.¿Pero qué hacía el muy imbécil? La dejaba de lado por una estúpida mujer que lo abandonó por no soportar que él no le hiciera caso, por una mujer dependiente y egoísta que le había escondido la existencia de sus hijos y que luego usó para retenerlo, y no solo una vez ahora pretendía volver a hacerlo de nuevo. Ella solo quería librarse de esa mujer, porque sin la presencia de Claire Jareth volvería a ella, estaba segura de que la mejor para Jareth Mars. Era ella, pero ahora no
—Vaya, el padre y el hijo son iguales — Murmuró ella dejándose caer en la cama.La puerta de su habitación fue tocada, por lo cual ella tuvo que volver a levantarse topándose con una joven de cabello rojizo que le sonrió suavemente.—La madame te envía esto— la joven apenas y tendría unos 18 años o menos, aun así su mirada ya denotaba malicia.Eleonor tomó la bandeja que llevaba y le sonrió a la joven, aunque claro, ahora tenía claro de quién es qué debía de cuidarse, en ese lugar.Esa joven vendería a su madre si con eso aseguraba un poco de tranquilidad.—Dime. ¿Trabajas aquí?— le preguntó Eleonor a la joven.—Sí, pero no con los clientes, en un mes la madame me enviará a los Estados Unidos a un sitio donde me empezarán a enseñar cómo atenderlos. Por cierto, mi nombre es Maryam. — Mucho gusto Maryam, mi nombre es Claire Owens — le respondió a la joven — bueno Maryam si me permites debo de comer lo que me has traído, pero te daré algo de dinero si me consigues un cargador para mi ce