Él no debió de haberse metido, Eleonor en ese momento se encontraba corriendo lejos de la casa de los Mars, en su mente seguía repitiéndose las escenas que habían pasado recientemente.Ella frente a Claire y Jareth, la forma en que él parecía querer deshacerse de ella, la forma egoísta que le exhorta a que olvidara lo que le había prometido. Ser la señora Mars. Ni siquiera le pedía amor. Ella siempre había sabido que él no la quería y a ella no le importaba, jamás le había pedido nada que él no quisiera darle.¿Pero qué hacía el muy imbécil? La dejaba de lado por una estúpida mujer que lo abandonó por no soportar que él no le hiciera caso, por una mujer dependiente y egoísta que le había escondido la existencia de sus hijos y que luego usó para retenerlo, y no solo una vez ahora pretendía volver a hacerlo de nuevo. Ella solo quería librarse de esa mujer, porque sin la presencia de Claire Jareth volvería a ella, estaba segura de que la mejor para Jareth Mars. Era ella, pero ahora no
—Vaya, el padre y el hijo son iguales — Murmuró ella dejándose caer en la cama.La puerta de su habitación fue tocada, por lo cual ella tuvo que volver a levantarse topándose con una joven de cabello rojizo que le sonrió suavemente.—La madame te envía esto— la joven apenas y tendría unos 18 años o menos, aun así su mirada ya denotaba malicia.Eleonor tomó la bandeja que llevaba y le sonrió a la joven, aunque claro, ahora tenía claro de quién es qué debía de cuidarse, en ese lugar.Esa joven vendería a su madre si con eso aseguraba un poco de tranquilidad.—Dime. ¿Trabajas aquí?— le preguntó Eleonor a la joven.—Sí, pero no con los clientes, en un mes la madame me enviará a los Estados Unidos a un sitio donde me empezarán a enseñar cómo atenderlos. Por cierto, mi nombre es Maryam. — Mucho gusto Maryam, mi nombre es Claire Owens — le respondió a la joven — bueno Maryam si me permites debo de comer lo que me has traído, pero te daré algo de dinero si me consigues un cargador para mi ce
Después de decir eso, Eros cortó la comunicación y centró su mirada en la mujer frente a él.Sabía lo que iba a decir, pero más le valía que se mantuviera callada. No le permitiría bajo ningún motivo decir algo ofensivo contra su hijo.— No me mires así, pienso hablar, si quiero soy tu mujer, no tu empleada.La mujer se llevó la copa de vino a los labios sin dejar de mirar a su esposo — tiene gracia que me obligaras a cortar toda conexión con mi hijo para que no volviera a ver a mi exmarido y ahora tu hijo se convierta en su amante, tal vez debería empezar a creer en el karma.—Si sabes lo que te conviene, dejaras de decir ese tipo de estupideces o lo próximo que haré con el karma, será acabar con él y con ello me refiero a tu maldito exmarido y a toda su maldita sangre.Eros observó a su mujer sin ningún tipo de duda, solo estaba esperando que alguien le diera una razón para matar a ese hombre y su hijo se la había dado y sin ningún tipo de excusa. Si Geraldine seguía llevándolo al l
—La pregunta que me surge ahora es. Será capaz de llevar a cabo tal osadía o dejará que le quiten el privilegio de amar a la persona que él realmente ama.El rey negro buscó con desesperación la boca de reina en un beso que no paró hasta que los dos sintieron la imperiosa necesidad de aire, y aun así, no reino ahí, fue tomar aire y nuevamente volver a besarse.Ambos reyes deseaban ver si esos dos tendrían las agallas para pelear contra el mundo, por lo que sentían, lo curioso era que pese a ser hombres malvados y crueles con sus enemigos, lo que motivaba sus ambiciones no era el dinero, sino la felicidad de la persona que en ese momento se encontraban besando.Vladímir te dejó llevar por los sentimientos que su rey le provocaba, tan solo se separó un instante para verse reflejado en nuestros ojos azules que deshacía el gris hielo de sus propios ojos.Pero jugar da lo único que motivaba a los reyes. Vladímir, que día como líder de sus futuros socios al más fuerte de los D’Alturi, querí
El italiano observaba a los hombres bajar del avión, odiaba aquella vida como desde muy joven. Su tierna adolescencia había tenido que presenciar muchas cosas y participar en muchas otras. Había estado instruido de las formas más duras, ser el hijo del Rey no la había protegido de eso. Todo lo contrario. Su entrenamiento fue tan duro que a los veinte años, cuando decidió abandonar esa vida y hacer la suya, estaba completamente preparado para sustituir a su padre si hacía falta, pero no solo a él, sino a cualquiera de sus matones de hacer cualquiera de esos trabajos que ellos hacían.Enzo caminó hasta donde ellos estaban y se acercó a Pietro extendiendo la mano para saludarlo.—Hemos llegado, solo debes decirnos qué es lo que pretendes hacer, te lo pregunto a ti, porque si me ciño a lo dicho por tu padre tendría que deshacerse de absolutamente todo y no creo que desees eso, así que Enzo me pongo a tu servicio para esto, no quiero tener problemas con el futuro rey de la mafia italiana,
— Si eres capaz de satisfacer a ese hombre, te buscaré más clientes VIP y podrás quedarte en esta habitación independiente, si no lo eres te meteré en una de las habitaciones compartidas y tratarás con clientes comunes, así que vamos ve a arreglarte, supongo que sabes hacerlo ¿O también usabas un estilista para peinarte y maquillarte? Tienes veinte minutos ni uno más.La madame se levantó de la cama y caminó hacia afuera, prepararía una de las mazmorras VIP y advertiría al cliente, como siempre, que no debía dejar señales permanentes en la chica, es decir, cicatrices y que esta mujer era muy fina tal y como le gustaban a él.Bueno, ni tan buena reflexiono Eleonor tras quedar a solas, la maldita mujer ni siquiera esperó a que ella le respondiera, estaba claro que la opción era trabajar, odiaba que la controlaran, pero no tenía opción.Era eso o enfrentar a las autoridades londinenses. Haría cualquier cosa antes de tener que tener la misma suerte de su bendito padre.Eleonor se vistió c
Los ojos de Jareth se abrieron haciendo que se sintieran muy incómodos, a causa de la luz se los frotó y apretó las dos manos que lo estaban sujetando, ni siquiera sabía quién era, no lo había podido confirmar mirándolos a causa de sus ojos los cuales todavía le escocían al abrirlos, pero era normal después de haber pasado tanto tiempo con ellos cerrados.Pero una de las manos era de su Claire, fina, delicada y que encajaba a la perfección con la suya, así que la otra mano solo podía ser de su padre, era una mano de hombre, pero al mismo tiempo la sentía cálida y familiar.Se relajó unos segundos más, escuchado el bonito y rápido latido del corazón de su bebé y apretó las manos que lo sujetaban para que ellos se dieran cuenta de que estaba despierto. No era consciente de cuánto tiempo había permanecido dormido, pero tenía todos los músculos agarrotados y no podía ni siquiera levantar sus brazos para sujetar los brazos a los auriculares y sacárselos para así poder hablar con su familia
—Tú jamás me haces daño cariño— murmuró Jareth rozando su nariz contra la suya, el dolor que pudiera sentir al tenerla de esa manera, era mínimo comparado con el dolor de no volver a tenerle así.Jareth no se resistió al deseo de probar los labios de su esposa, estaba seguro de que serían mucho más efectivos sus labios que cualquier sedante que en ese momento pudieran llegar a darle.Por lo que nada más fue tenerlos cerca y devorarlos, con ansias, liberando todo ese miedo que había sentido desde el momento en que había visto a Eleonor con el arma, apuntando a Claire y luego él sintiendo el dolor de la bala atravesándolo y esperando que se quedara ahí en su interior y no saliera de su cuerpo lastimando a su esposa.— Te amo…— Murmuró Claire contra su boca al darse cuenta de todo aquel amor que su esposo acababa de transmitirle con ese beso— date prisa que tienes que ponerte buen muy rápido para que celebremos esa boda, porque tu hijo parece estar tomando carrerilla para crecer.Claire