Los ojos de Jareth se abrieron haciendo que se sintieran muy incómodos, a causa de la luz se los frotó y apretó las dos manos que lo estaban sujetando, ni siquiera sabía quién era, no lo había podido confirmar mirándolos a causa de sus ojos los cuales todavía le escocían al abrirlos, pero era normal después de haber pasado tanto tiempo con ellos cerrados.Pero una de las manos era de su Claire, fina, delicada y que encajaba a la perfección con la suya, así que la otra mano solo podía ser de su padre, era una mano de hombre, pero al mismo tiempo la sentía cálida y familiar.Se relajó unos segundos más, escuchado el bonito y rápido latido del corazón de su bebé y apretó las manos que lo sujetaban para que ellos se dieran cuenta de que estaba despierto. No era consciente de cuánto tiempo había permanecido dormido, pero tenía todos los músculos agarrotados y no podía ni siquiera levantar sus brazos para sujetar los brazos a los auriculares y sacárselos para así poder hablar con su familia
—Tú jamás me haces daño cariño— murmuró Jareth rozando su nariz contra la suya, el dolor que pudiera sentir al tenerla de esa manera, era mínimo comparado con el dolor de no volver a tenerle así.Jareth no se resistió al deseo de probar los labios de su esposa, estaba seguro de que serían mucho más efectivos sus labios que cualquier sedante que en ese momento pudieran llegar a darle.Por lo que nada más fue tenerlos cerca y devorarlos, con ansias, liberando todo ese miedo que había sentido desde el momento en que había visto a Eleonor con el arma, apuntando a Claire y luego él sintiendo el dolor de la bala atravesándolo y esperando que se quedara ahí en su interior y no saliera de su cuerpo lastimando a su esposa.— Te amo…— Murmuró Claire contra su boca al darse cuenta de todo aquel amor que su esposo acababa de transmitirle con ese beso— date prisa que tienes que ponerte buen muy rápido para que celebremos esa boda, porque tu hijo parece estar tomando carrerilla para crecer.Claire
— Entonces, por lo que me dice en el informe, usted no sabe exactamente de cuándo está embarazada.— No, en realidad, verá mis periodos siempre fueron muy irregulares, así que no llevo la cuenta, pero he podido escuchar su corazón con este aparatito — explicó ella sacando el ángel sound, mostrándole el pequeño el aparatito con el que se podía escuchar los latidos de los bebés sin necesidad de un ultrasonido — así que tal vez unos tres meses.— Si más o menos es desde el tercer mes en que esos aparatos son capaces de detectarlos elsonido de los nonatos. Bueno, señora Mars puede cambiarse detrás de la cortina y así poder empezar.Antes de que ella se atreviera a retirar la cortina, ya se escuchaban unos suaves cuchicheos tras esta. Cuando Claire corrió la cortina, Henry y Danielle sus dos mellizos aparecieron de repente.— ¡Papá!— gritaron los dos pequeños a la vez lanzándose sobre su padre.— Con cuidado, niños, papá todavía está algo delicado— les menciono Claire sonriendo al ver a l
Pero por sobre todas las cosas de lo que más estaba agradecido, era el poder volver a estar con la mujer que amaba como un maldito loco y que casi estuvo a punto de perder. Por idiota en el pasado, con su mirada y con su mano sujetando la suya, trataba de expresarle lo mucho que la amaba, odiando no poder estar parado y así poder beberse esas lágrimas de alegría y por el embarazo ella estaba derramando en ese momento.— Está muy formado ya así que sin duda pasa de las 12 semanas — empezó a explicar el hombre de bata blanca no solo a los padres, sino también a los dos niños — cuando termine de mostrarlo le tomaré las medidas y les diré exactamente cuánto tiempo tiene la señora.— Mira Danielle su cabecita.— Y sus ojitos Henry.Los niños empezaban a hablar mientras señalaban la pantalla con sus deditos y hacían que sus padres, a pesar de estar impaciente por ver el ultrasonido, disfrutaran de observarlos a ellos.— Bueno, ahora es momento de que papá y mamá vean también a bebé.Después
Christian esperaba a Enzo en el mismo bar donde lo había citado la primera vez, desde la última llamada realizada entre ambos desde el hospital donde él esperaba que su hijo despertara, desde esa última llamada no habían tenido más contacto, pese a que Enzo le aseguro ir a su casa por la noche ese día.No sé, tomó a mal el que no fuera, ya que podría estar haciendo aquello que le pidió o bien Enzo no había querido hablar del tema que iban a hablar mientras Jareth estuviera en coma.Pero ahora ya no estaba en coma su hijo, es más, estaba tan bien que le había mandado fotos de la primera ecografía del nuevo integrante de la familia, así que ya se habían acabado tanto los pretextos de él como los de Enzo para no verse.En ese momento Christian se volvía a encontrar nervioso como la primera vez que volvieron a verse, pese a que eran circunstancias diferentes.—Toma viejo amigo, no sé que te tiene tan inquieto, pero esto te ayudará a calmar un poco la ansiedad— le menciono Bobby, el dueño
— Ni siquiera dije nada todavía — respondió Enzo tomando la botella y llenando su vaso para beber todo el contenido de golpe, era tan difícil mirarlo a los ojos y saber que debía alejarse de él — pero sí, debo marcharme, volver a Italia, mañana debo estar allí ya.No quería apartarse de él, era lo que Enzo menos deseaba en el mundo, entrelazó los dedos con los de él y se contuvo de llorar porque sus ojos dolían demasiado en ese momento.Si todo había acabado del mismo modo en que había empezado de manera rápida, era muy poco el tiempo que ambos habían vuelto a compartir para el gusto de Christian, quien en ese momento entrelazaba sus dedos con los de Enzo.Joder esa despedida le dolía, tanto como el haber perdido casi a su hijo momentos antes.Aunque no eran iguales ambas situaciones, pero el dolor era casi el mismo. Dos golpes seguidos, Christian solo esperaba que su corazón no decidiera joder también al detenerse, al menos no frente a Enzo lo único que no deseaba era imponerle aún m
Ella jamás había creído que después de la muerte las almas de los muertos irían al infierno, pero justo en ese momento. Prefería que fuera de esa manera que seguir en el infierno que se había convertido su vida, si bien en su momento supuso que esconderse en un lugar como ese era buena idea, la verdad es que no era así.No desde que ese hombre apareció en su vida, su cuerpo, antes impoluto, ahora se encontraba lleno de cardenales que no podían curarse y no se curarían, porque la mayoría de los hombres con los que trataban era una copia barata de su primer cliente.Eleonor aún se estremecía ante el recuerdo de ese primer cliente y eso que apenas tendría casi las 72 horas en ese sitio.La forma en la que la trato y subyugo a su voluntad era algo que no podía quitarse de la mente con facilidad y pese a que los que clientes que le siguieron no eran tan sádicos como él, sí que le hacían querer huir. Si tan solo pudiera, pero Regina, quien había visto el potencial que tenía y la cantidad de
Mientras caminaba por el burdel, el sonido de las habitaciones llegaban hasta él. Los sonidos provenientes de las habitaciones no solo se trataban de placer. Algunos de esos sonidos eran de dolor, acompañados del sonido de uno que otro azote con la mano abierta o algún tipo de pala u otros objetos, junto al inconfundible sonido fuerte de un látigo al ser empleado y que terminaría en la piel de alguna de las mujeres o de alguno de los hombres.Porque por lo que pudo entrever a través de las puertas entreabiertas de algunas de las habitaciones no solo había mujeres jóvenes trabajando o atendiendo a hombres ricos o de clase media. También hombres, y por lo que veía, la única excepción que se les conduce a dichos hombres era la de no dejar ningún tipo de huellas visibles en ellos.Definitivamente, la mujer había caído en un maldito vertedero, es más, podría decirse que el matarla era salvarla del maldito infierno en el que ella misma se había metido. Un infierno en la tierra era el burd