Jareth sintió como se iba desprendiendo de su cuerpo, y como este era envuelto en una densa nube negra y la cual deseaba atraparlo a él también.“¡Escapa!” Escucho la voz de dos niños gritando. ¿Qué demonios hacían ahí dos niños?“¡Si dejas que los enviados de la muerte te atrapen, no podrás regresar!”Por supuesto que él no dejaría que lo atraparan, aunque no sabía a donde tenía que regresar.—¿Ustedes saben a dónde es que debo de regresar?— les pregunto tratando de ubicarse, o mejor dicho, de recordar cómo es que había llegado hasta ese lugar, tan oscuro donde se encontraba en ese momento.Los dos pequeños ángeles aparecieron frente a él sonriendo, como si lo conocieran y estuvieran felices de verle—¿Acaso les conozco?— les pregunto a ambos pequeños, quienes en ese momento empezaron a halar de él con fuerza. Sus sonrisas habían desaparecido y ahora era terror puro lo que mostraban en su carita, algo que no le gusto para nada que ellos tuvieran.“No hay tiempo, ellos ya vienen”Jar
Enzo tenía razón y Jareth tal vez esperaba sentir a Claire cerca para despertar.La luz que lo envolvió era cegadora y los movimientos espasmódicos de su cuerpo habían dejado de sentirlo por todo su cuerpo; sin embargo, seguía perdido.Ahora se encontraba afuera de una casa. Sabía que conocía esa casa ¿De dónde? Sus pasos lo guiaron al interior de la casa y entonces recordó dónde estaba, en casa de su padre.¿Pero la fachada de afuera era así como la veía? No recordaba eso.Todo parecía tranquilo, solo en el patio se veía una enorme tina con instrumentos de limpieza que parecían estar limpiando una gran.El cuerpo de Jareth empezó a sudar y a temblar al acercarse a esa mancha, por lo que se alejó de ella y entró a la casa.La dulce voz de una mujer, atrajo su atención. Le gustaba su voz, la forma en que parecía cantar una canción de cuna. Sus pasos se hicieron todavía más rápido y entrando a la habitación; sin embargo, no abrió la puerta. Solo apareció adentro y fue entonces cuando l
A ella se le ocurrió que tal vez si Jareth no sabía cómo volver, solo debía llevarlo al hospital para que se viera a sí mismo.Jareth se encontraba molesto, no lograba canalizar sus emociones, por lo que nuevamente se encontraba en un lugar oscuro, dónde las sombras parecían querer devorar la luz que todavía emanaba de él.Una luz que se le había extremadamente tentadora y demasiado apetecible cómo para dejarla pasar, estaban por alcanzarlo, cuando de nuevo escuchó las palabras de ella, y entonces se encontró de nuevo a su lado.Ella se estaba vistiendo, y murmuraba su nombre. Estaba pensando en él. Las sombras se retrajeron furiosas por no poder atraparlo, había algo más fuerte que la luz protegiéndolo y ese era el amor que la mujer sentía por él.Las palabras que ella le había dicho, llenaron de dudas el alma de Jareth. Porque hasta ese entonces él no sabía cómo es que él se llamaba o quién era realmente.Pero fue escuchar su nombre murmurado por los labios de Claire para que él emp
En algún momento dejo de escucharla o mejor dicho el sonido de la voz de Claire rebotaba en todos lados.Era un truco de las sombras, ahora estaban seguras de que no podía el alma de ese hombre escapar. Regresaría al lugar de donde no debió de escapar.Muchas veces surgían los llamados milagros, pero mientras para todos era una bendición, no para ellas, a quienes su ama la muerte castigaba.Jareth se encontraba perdido en medio de ese sitio, las sombras empezaban a acecharlo, una vez más, cada vez más cerca, y la voz de Claire ya no era suficiente.— Te amo tanto mi amor. — ella dejó un beso en su frente y luego volvió a sus labios para besarlo de nuevo, como la primera vez que entró.Ella estaba segura de que de estar en la situación de Jareth solo habría tres personas que podrían traerla a la realidad; sus hijos y Jareth y esperaba que para él fuera lo mismo y que se conformara solo con ella porque obviamente no podía llevar a dos niños de cinco años a ver en ese estado a su padre.
Él no debió de haberse metido, Eleonor en ese momento se encontraba corriendo lejos de la casa de los Mars, en su mente seguía repitiéndose las escenas que habían pasado recientemente.Ella frente a Claire y Jareth, la forma en que él parecía querer deshacerse de ella, la forma egoísta que le exhorta a que olvidara lo que le había prometido. Ser la señora Mars. Ni siquiera le pedía amor. Ella siempre había sabido que él no la quería y a ella no le importaba, jamás le había pedido nada que él no quisiera darle.¿Pero qué hacía el muy imbécil? La dejaba de lado por una estúpida mujer que lo abandonó por no soportar que él no le hiciera caso, por una mujer dependiente y egoísta que le había escondido la existencia de sus hijos y que luego usó para retenerlo, y no solo una vez ahora pretendía volver a hacerlo de nuevo. Ella solo quería librarse de esa mujer, porque sin la presencia de Claire Jareth volvería a ella, estaba segura de que la mejor para Jareth Mars. Era ella, pero ahora no
—Vaya, el padre y el hijo son iguales — Murmuró ella dejándose caer en la cama.La puerta de su habitación fue tocada, por lo cual ella tuvo que volver a levantarse topándose con una joven de cabello rojizo que le sonrió suavemente.—La madame te envía esto— la joven apenas y tendría unos 18 años o menos, aun así su mirada ya denotaba malicia.Eleonor tomó la bandeja que llevaba y le sonrió a la joven, aunque claro, ahora tenía claro de quién es qué debía de cuidarse, en ese lugar.Esa joven vendería a su madre si con eso aseguraba un poco de tranquilidad.—Dime. ¿Trabajas aquí?— le preguntó Eleonor a la joven.—Sí, pero no con los clientes, en un mes la madame me enviará a los Estados Unidos a un sitio donde me empezarán a enseñar cómo atenderlos. Por cierto, mi nombre es Maryam. — Mucho gusto Maryam, mi nombre es Claire Owens — le respondió a la joven — bueno Maryam si me permites debo de comer lo que me has traído, pero te daré algo de dinero si me consigues un cargador para mi ce
Después de decir eso, Eros cortó la comunicación y centró su mirada en la mujer frente a él.Sabía lo que iba a decir, pero más le valía que se mantuviera callada. No le permitiría bajo ningún motivo decir algo ofensivo contra su hijo.— No me mires así, pienso hablar, si quiero soy tu mujer, no tu empleada.La mujer se llevó la copa de vino a los labios sin dejar de mirar a su esposo — tiene gracia que me obligaras a cortar toda conexión con mi hijo para que no volviera a ver a mi exmarido y ahora tu hijo se convierta en su amante, tal vez debería empezar a creer en el karma.—Si sabes lo que te conviene, dejaras de decir ese tipo de estupideces o lo próximo que haré con el karma, será acabar con él y con ello me refiero a tu maldito exmarido y a toda su maldita sangre.Eros observó a su mujer sin ningún tipo de duda, solo estaba esperando que alguien le diera una razón para matar a ese hombre y su hijo se la había dado y sin ningún tipo de excusa. Si Geraldine seguía llevándolo al l
—La pregunta que me surge ahora es. Será capaz de llevar a cabo tal osadía o dejará que le quiten el privilegio de amar a la persona que él realmente ama.El rey negro buscó con desesperación la boca de reina en un beso que no paró hasta que los dos sintieron la imperiosa necesidad de aire, y aun así, no reino ahí, fue tomar aire y nuevamente volver a besarse.Ambos reyes deseaban ver si esos dos tendrían las agallas para pelear contra el mundo, por lo que sentían, lo curioso era que pese a ser hombres malvados y crueles con sus enemigos, lo que motivaba sus ambiciones no era el dinero, sino la felicidad de la persona que en ese momento se encontraban besando.Vladímir te dejó llevar por los sentimientos que su rey le provocaba, tan solo se separó un instante para verse reflejado en nuestros ojos azules que deshacía el gris hielo de sus propios ojos.Pero jugar da lo único que motivaba a los reyes. Vladímir, que día como líder de sus futuros socios al más fuerte de los D’Alturi, querí