Jareth no podía seguir hostil, además lo que menos quería era verla enojada, jamás le había gustado verla, triste o enojada por su causa.
—¿Qué pasa Claire?— Rompiste mi taza ¿Te parece poco? Rompiste mi corazón hace años y no tienes suficiente que ahora también terminaste con mi taza favorita.Claire ni siquiera se molestó en terminar de explicarle nada, tenía que terminar el plano, se había esforzado mucho en crear un edificio casi autónomo, no solo aprovechaba la energía solar, sino que además tenía un circuito interno de agua que proporcionaba la electricidad que no abarcaban las placas solares.Prácticamente, no necesitaba ningún tipo de fuente de energía externa y estaba ultimando todos los detalles.— Y ahora ¿Puedes largarte, por favor? Tengo que terminar mi proyecto y tu presencia me pone de mal humor y cuando estoy de mal humor no soy nada creativa.En realidad, ella odiaba tener a ese hombre cerca, odiaba sentir cómoDespués de que la pequeña le sacara la lengua un par de veces, de removerse sobre el sillón, y de fulminarlo con la mirada. El hombre todavía se encontraba tranquilo.Fue hasta que por último empezó a saltar sobre el sofá que Jareth se desesperó y le habló fuerte.— ¿Quieres parar? Tu madre te estaba buscando y no creo que saltar sobre el sofá de uno de los directivos de la empresa donde trabaja sea algo que debas hacer ¿No te han educado en tu casa o qué?— ¿Yo soy la maleducada? ¡Ja!— se dejó caer sentada de nuevo sobre el sofá, rebotando levemente al caer — Usted si es mal educado, ya que ni siquiera se ha presentado o preguntado cómo me llamo.— ¿Y por qué debería? Para empezar este no es lugar para una niña.— Mi Dada dice que puedo jugar donde yo quiera y saltar en su sofá siempre que quiera, y tú no mandas más que él— la niña volvió a sacarle la lengua y se cruzó nuevamente de brazos — No pienso hablarte más hasta que me preguntes mi no
—Lo que tengas que expresar, solo tienes que hacerlo, Claire— le animó Jareth ante la irritación de verla no decir ni una sola palabra.En un principio se encontraba ansioso, ahora su lado impulsivo e impaciente era el que le estaba ganando y no había nada más molesto que un Jareth Mars lleno de impaciencia.Ese hombre se convertía en un pequeño niño que no hacía nada más que apurar todo para que todo marchara a su ritmo a su tiempo.¿Por qué le está costando tanto hablar?No podía ser tan difícil, ¿o sí? —Claire me estoy preocupando… Ella lo observaba lleno de impaciencia mientras intentaba batallar con el nudo de su garganta y que no la dejaba explicar lo sucedido.—Cuando yo me marché hace ya casi seis años, debí contarte algo que en ese instante no quise que supieras, pero ahora.El teléfono móvil de Jareth empezó a sonar haciendo que Claire dejara de hablar y lo observara.— ¿No piensas contestar
— Claire, Claire ¿Qué sucedió? — preguntó Christian, quién llevaba un buen rato espiando a lo lejos esperando que su hijo y su exnuera a quien consideraba como una hija, también se reconciliaran o al menos salieran de ese despacho con una decisión favorable para todos sobre todo en lo referente a sus hijos.Pero a diferencia de aquello, el mayor de los Mars lo que vio fue a la madre de sus nietos saliendo a toda prisa mientras se limpiaba las lágrimas.— Claire — él la tomó del antebrazo y la detuvo atrayéndola contra su pecho para abrazarla.Aún recordaba el día, seis años atrás, que apareció en su puerta, mojada por la lluvia tan habitual en Londres y que le ayudó a disimular sus lágrimas al principio, era apenas una niña de veinti pocos años.— No puedo llegar a mi casa y decirles que deje a mi esposo después de esto, me obligarán a volver con él y de verdad que no quiero, no puedo— le entregó el informe de su embarazo y Christian Mars la hizo entrar rápidamente antes de que se enf
Desde la llegada del hijo del director adjunto Mars, era normal que hubiera por la mañana algún tipo de cuchicheo y es que por mucho que Jareth y Claire quisieran no dar material para el chismorreo en la oficina, les resultaba imposible no darlo.Sobre todo hoy, que era el día en que el equipo de Art Life de la constructora de Estados Unidos Y el equipo estrella por parte de Claire, presentarían formalmente sus trabajos ante los socios de la firma de arquitectura de Londres y uno de los dos tendría que aceptar la decisión del comité sobre que trabajó se presentaría. Todos estaban a la espera de que uno de los dos jefes de equipo o ambos dijera algo que molestara al otro e hiciera estallar una guerra en la oficina.Parecían niños a la espera del postre o de su sorpresa favorita. Antes de la llegada de los americanos, la firma era una un lugar tranquilo, donde lo único emocionante eran los hijos de Claire Mars correteando de un lado a otro. Ellos hacían que los días no fueran monótonos
— Bueno, iré a servirme café en mi nueva taza y a trabajar un poco, que luego mi exesposo se queja de que siempre llego tarde, como si yo tuviera que cumplir un horario como una empleada.Christian seguía aguantándose las ganas de soltar la carcajada y es que Claire no paraba de poner en jaque a su hijo.Jareth tenía que admitirlo, lo que le gustaba y aterraba de esa mujer era la forma que tenía para ponerlo sobre las cuerdas y a punto de ponerlo sobre la lona.—Si, si ya sé lo que me vas a decir…— respondió el viejo Mars— que no hable.Su hijo ya no le dijo nada, solo tomó de nuevo la taza e hizo el ademán de arrojarla a la basura.Pero por supuesto que no lo haría. Todo lo contrario, sus pasos eligieron el mismo camino que había tomado Claire.—Hablando de llegar tarde al trabajo. Hoy lo hiciste aún mucho más tarde que otras veces. Creo que la única vez que te he visto llegar a la hora es el día que nos cruzamos en la puerta el otro día.Llenó la taza que le había dado ella con café
James por fin despegó sus ojos de los planos que tenía frente a él, no había podido dejar de ver el diseño desde que encontró un pequeño error. Necesitaba mostrárselo a Jareth y ver si él lo aprobaba, por lo que no dudó en caminar hasta el despacho que le habían asignado a su amigo sin encontrarlo.—Señor Mars padre, pensé que se encontraría aquí Jareth.—Mi hijo salió hace como diez minutos por café. ¿No te lo topaste por el camino?James negó, aunque con lo concentrado que estaba no podía asegurar si había visto a Jareth hablando con algún compañero del equipo o con alguien de la firma.—¿Qué raro? — dijo el viejo Mars.Aunque para James sonó más como una insinuación que una duda en sí. Pero no había tiempo para, ponerse averiguar qué era lo que trataba de decirle el padre de su jefe, por lo que salió en su búsqueda.Todos contenían su respiración dentro de la pequeña sala de descanso, parecía que por fin las dos personas en su interior iban a darle a todos el fanservice que estaba
—Por favor… — indico Jareth a Claire, tras ver a James pasar en medio de ellos.Ella no respondió, pero si le sonrió al momento de caminar hacia el interior de la sala donde ya estaban todos esperando.—Bien, empecemos— hablo el socio encargado de fungir como el encargado de llevar la reunión ese día.Claire y su equipo fueron los primeros en pasar, la forma en la que ella se desenvolvió hizo más de una vez suspirar a Jareth, quien jamás la había visto desempeñarse de esa manera.Era una mujer no solo hermosa, también muy inteligente, que se ganaba no solo su atención, sino también los de cada uno de las personas presentes en la sala.Su proyecto era impecable, pensado en hacer que el futuro edificio no causará un gran impacto a largo plazo en la región.Todo estaba perfectamente bien explicado y detallado. Pero hacía falta algo, no solo Jareth lo creyó, también el jurado que estaba evaluando y escuchándola.No lograban saber que era lo que le hacía falta a ese diseño casi perfecto. A
—Dime ¿Qué es lo que te tiene molesto?— cuestionó James a su amigo.—¿Por qué crees que algo me molesta?— respondió Jareth a James.—Porque me acabas de responder con otra pregunta. Lo que significa que estás evitando hablar de un tema. ¿Así que dime qué te molesta?Jareth rodó sus ojos ante la aseveración de su amigo. Por supuesto que estaba molesto.Saber que Claire saldría temprano para estar con su prometido, le molestaba. Sobre todo el no tener el poder para interrumpirlos.—Si me dices, tal vez yo pueda ayudarte. Dos cabezas piensan mejor que una.—Claire…—Ah, así que tu molestia tiene que ver con Claire Mars. ¿Dime qué es lo que hizo ahora para molestarte?James podía asegurar, es más, estaba seguro de que no importaba lo que hiciera la expareja de su amigo. Él buscaría la manera de molestarse, es más, él mismo buscaría la manera de inventar excusas para estarlo.—Salir—Jareth, no te escucho ¿puedes hablar sin rodeos?Sí que era divertido, molestar a su amigo y jefe, por supu