Danielle y Henry se encontraban con los brazos cruzados y una expresión sería.Habían pasado varios días en los que ellos habían hablado con su madre, con su padre solo un momento, un par de días antes que les había dicho que no llegarían ese día, porque mami había pillado un dolor en el estómago que la mantenía en el baño y por eso no podía hablar con ellos.Pero ese día ambos niños tenían decidido que lo que querían era hablar con sus padres.—No, no iremos a la escuela, ni comeremos verduras, si mamá y papá no hablan con nosotros.La mayor incitadora era Danielle.Christian sonrió al ver a su nieta en la típica pose de su padre cuando se decía que se haría lo que él quería.Pobre de los que no se enteraban o no creían que se saldría con la suya.—Dada, ¿papá se ha robado a mamá?— preguntó de pronto Henry a su abuelo, quien en ese momento buscaba ayuda de alguien.Gracias a dios, en ese momento llegaba Enzo.—¿Por qué no dejan que hable con Enzo y después de una hora hablamos con su
—¡Mamá! —Exclamaron los niños felices, pero muy curiosos, sobre el porqué su mamá estaba vestida con una sábana.De inmediato Henry le encontró una explicación a ese motivo.—¿Mamá, vais a hacer una obra de teatro de dioses griegos?—Cierto, los dioses griegos usaban mantas para sus vestiduras— colaboró la pequeña Danielle.— Sí, eso es, hijos. Pero ya iba a cambiarme, quédense un momento con papá y ya vuelvo.La pequeña Danielle negó con la cabeza moviendo sus dos coletas y volvió a centrar su mirada en su madre, que parecía nerviosa buscando en el armario.—Mamá ¿Cuándo vienen? ¿Papá te ha robado para él?Jareth, quien ya se había puesto una camisa y su bóxer, tomó su celular al escuchar a su hija preguntar eso.—No, ¿por qué lo dices, hija?— preguntó Jareth dándole a Claire libertad para vestirse.— Es lo que dice Henry. Que nos has robado a mamá — dijo Danielle sonriente por verlos mientras Henry se mantenía con expresión de molestia.Claire aprovechó para salir del objetivo de l
El viaje había sido demasiado largo según la perspectiva de Jareth, y es que se moría de nervios, era la primera vez que se enfrenta a sus hijos.La primera vez que los tendría frente a frente y les diría que era su padre.—¿Me veo bien, crees que les agradara saber que soy su padre?— le preguntaba a Claire a quien en ese momento llevaba tomada de la mano hacia el auto que su padre había mandado al aeropuerto.— Ellos adoran saber que eres su padre, recuerda que ahora ellos ya lo saben porque un pajarito mentiroso se lo dijo, mentiroso para lo que quiere, porque para lo demás parece muy sincera tu ex.Claire suspiró, sabía que no era justo que culpara a su esposo de eso, pero las hormonas la tenían algo irascible.— No quise decir que fuera tu culpa, solo que ahora que sabemos que esa mujer fingía la quiero fuera de casa de tu padre o nos vamos a mi apartamento hasta que ella se marche. El chofer de Christian ya los estaba esperando para llevarlos sin demora del aeropuerto a la casa
Jareth sonrió a Claire y llevó sus dos manos hasta su rostro tapándose los ojos.—Ahora si pueden entrar.El interior de la habitación había cambiado casi en su totalidad, ya que la cama parecía más grande todavía, tal vez la habían cambiado, pero aquello no era lo que más destacaba, sino una estructura hecha con sábanas sobre la cama.Si sus hijos habían montado una enorme tienda de campaña con sábanas sobre su cama.—Ahora pueden abrir los ojos — mencionó Henry, feliz de lo que ellos dos habían ideado, para pasar ver películas con sus padres.— Si miren por dentro es mucho mejor — Aseguró la pequeña Danielle quién se quitó los zapatos y de un saltó una estaba sobre la cama abriendo la sábana que hacía de puerta para que vieran el interior.Un gran televisión estaba al final, clavado a la pared, un televisor que antes no está a allí y de los lados salían las sábanas que componían la estructura. Y estaban tapadas por arriba con otra sábana.— Y como no sabíamos que os apetecería comer
Lo único que le hacía falta, era algo que podría conseguir de manera rápida. Se alejó de la escena feliz, dejando de lado su escondite, dirigiéndose a la habitación que pronto tendría que desalojar y llamando por primera vez después de muchos días al abogado de su padre.—Eleonor ¿Eres tú, te encuentras bien?— fue lo primero que le preguntó el abogado de su padre una vez cogió su llamada —Ha pasado mucho desde la última llamada.—Sí, solo que no sé qué había pasado, que no tenía ningún tipo de señal…—Gracias a dios, tu padre temía que te hubieran secuestrado. Aunque no sabía que ya no eres la prometida de Jareth Mars. Ahora está casado con Claire MarsEscuchar eso de parte del abogado hizo que ella se enfureciera. Ya todos lo sabían, todos sabían que había sido abandonada por la estúpida de Claire.—Vaya, yo apenas me estoy enterando—¿Apenas? Pero si apenas hace unos días, apareció en cadena nacional que la habían secuestrado.—Pues la muy maldita tiene tanta suerte o jamás ocurrió,
«Si me preguntaran, ¿qué es lo que haría que me aferrara a esta vida? Mi respuesta sin dudarlo sería tu sonrisa, porque no hay nada en este mundo que me haga aferrarme tanto a la vida como tu sonrisa, Esa sonrisa que no solo me enamora, sino que hace a mi mundo brillar.Por ti encontraría la manera de volver una y mil veces a la vida. Por ti lucharía contra la muerte, vida y reencarnaría mil y una veces, Solo por el privilegio de volverte a amar y de hacerte sonreír.»—¡No!— el grito que surgió de sus labios apenas y fue un pequeño gorgojeo ante el ruido del arma al dispararse. Después de ese grito no recordaba nada más nada.Salvo que se encontraba tosiendo, tratando de no ahogarse, intentando hablar, y reconfortar, odiaba ver esa fea expresión de pánico en sus ojos.Claire no podía creerse todo lo que estaba sucediendo en unos segundos, Eleonor le había disparado, pero Jareth se había cruzado en su camino y puesto delante de ella para protegerla, la bala lo había alcanzado a él y ah
Las manos de Christian empezaron a temblar, con más fuerza, mientras el peso de sus pensamientos le llegaba de golpe con la fuerza de un tsunami.Él era el causante de la muerte de su hijo. El viejo Mars empezó a tambalearse, haciéndose hacia atrás antes de caminar hacia donde la ambulancia ya tenía a su hijo arriba.No, su hijo no podía morir, La ley natural de la vida, era que los hijos entierren a sus padres, no al revés.—Él, no puede, mi hijo no puede morir— se acercó a los paramédicos, ahora parecía haber pedido la razón, ya que tomó de la solapa del uniforme a uno de los paramédicos.—Ustedes deben de hacer algo, pero no pueden dejar que mi hijo muera, ustedes no pueden dejarlo morir.—Por favor, señor, contrólese, haremos lo que podamos. Solo déjenos hacer nuestro trabajo y no puedo permitir que se suba así de alterado a la ambulancia y alguien debe de hacerlo, un familiar debe de ir con nosotros y consentir que realizamos maniobras con el fin de que su hijo pueda salir de est
Jareth sintió como se iba desprendiendo de su cuerpo, y como este era envuelto en una densa nube negra y la cual deseaba atraparlo a él también.“¡Escapa!” Escucho la voz de dos niños gritando. ¿Qué demonios hacían ahí dos niños?“¡Si dejas que los enviados de la muerte te atrapen, no podrás regresar!”Por supuesto que él no dejaría que lo atraparan, aunque no sabía a donde tenía que regresar.—¿Ustedes saben a dónde es que debo de regresar?— les pregunto tratando de ubicarse, o mejor dicho, de recordar cómo es que había llegado hasta ese lugar, tan oscuro donde se encontraba en ese momento.Los dos pequeños ángeles aparecieron frente a él sonriendo, como si lo conocieran y estuvieran felices de verle—¿Acaso les conozco?— les pregunto a ambos pequeños, quienes en ese momento empezaron a halar de él con fuerza. Sus sonrisas habían desaparecido y ahora era terror puro lo que mostraban en su carita, algo que no le gusto para nada que ellos tuvieran.“No hay tiempo, ellos ya vienen”Jar