Sin tomar ningún tipo de precaución para no ser detectado, Pablo se acercó a la entrada principal de Paty, pues a un costado, estaban unos zapátos azules que eran idénticos a los que llevaba puesto el motorizado que había roto el vidrio de Andrés.— ¿Y este mequetrefe qué es lo que se cree?— Decía a voz baja, mientras se le acercaba y agachaba la cabeza, para no ser vista por las ventanas.Al voltear, y ver que Blanca se aproximaba, Pablo empezó a hacerle señas con las manos para que se retirara, pero ella hizo todo lo contrario, asomándose junto a él por la venta de la casa de Paty.— ¿Quién es ese hombre que está con Paty? ¿Y por qué te quedas aquí parado viéndolos? ¡Camina, aparte de tonto, eres un entrometido!— Decía Blanca con un tono de voz sutil, en tanto le jalaba la oreja.Pablo, instantáneamente le tapó la boca con sus manos, mientras le explicaba al oído lo que ocurría.— Haz silencio Blanca, ese hombre es el motorizado y quiero saber qué es lo que hace aquí.Al saber esto,
Don Cheto y Andrés, al escuchar el bullicio que había formado el burro a las afuera de la casa, no tardaron en salir, e inevitablemente reían al ver a Don Juan lidiar con el inquieto animal, que segundos después terminó tumbándolo en la calle de tierra.— ¡Caramba Juan! ¿Y es que ahora te da flojera caminar hasta acá?— Preguntó Don Cheto mientras lo tomaba por los brazos para ayudarlo a ponerse de pie, junto a Andrés.— ¡Ay Cheto! Como deseara que fuera realmente ese el motivo de mi salida en burro.— Habló en tanto se apresuraba en sostener al animal, para que este no se escapara.Viendo lo decidido que estaba Don Juan en contar todo, Polizon (muy pensativo) decidió marcharse, no sin antes despedirse de Tamara, con un beso en la mano, llamando así la atención de Andrés, y él no tardó en acercarse a su madre para interrogarla sobre Polizon.— ¿Y este lambiscón de dónde salió? ¡Si lo viera mi padre dándote besos en la mano, ya no tendría ni apellido!— expresó su enojo a voz baja, mientr
Al estar advertidos por Josefa de lo que supuestamente estaba sucediendo, todos los vecinos más cercanos se acercaron al lugar, y al ver a Blanca y Doña Tilita portando el palo cochinero, pronto empezaron a reclamar, sin tener una verdadera noción de lo que había ocurrido.— ¡¿Qué le han hecho a la pobre Paty?! ¡Esa muchacha no se mete con nadie!— Exclamó una de las vecinas en tanto se acercaba a quitárselas de las manos junto a Josefa, quien lloraba desconsolada, por su amiga inseparable.Doña Tilita, indignada al ver que todos le reclamaban sin saber, alzó la voz para aclarar el asunto, pero al contar, nadie le creía, pues no habían visto ningún chico entrar a casa de Paty, nisiquiera la problemática y chismosa, Josefa.— ¡Ella está mintiendo! ¡Paty no tiene novio! ¡De ser así ya me lo hubiera contado!— Gritó Josefa mientras lloraba intentando despertarla (agitando su cabeza), pero Paty no reaccionaba.Aireadas y llenas de angustia, las vecinas se avalanzaron contra Blanca y Doña Ti
Mientras Don Juan corría a toda prisa, Andrés conducía detrás de él tocándole la bocina para que se detuviera, pero él se hacía de oídos sordos, y solo apresuraba el paso, pues quería asegurarse de que Blanca y Doña Tilita estuvieran bien, ya que era lo único que le importaba en ese momento.Pronto, uno de los vecinos llamado Bernardo (que trabajaba sembrando en sus propios terrenos) los vió pasar, mientras encendía su tractor, y al ver la escena no dudó en hacerle señas a su esposa, para que esta se asomara a observar también.— ¿Viste eso mujer?— ¡Sí viejo! Temprano, las vecinas estaban comentando que ese muchacho, el familiar de Don Cheto, era quien le había prestado el dinero a Don Juan para que comprara esas vacas nuevas que tanto pasea pretenciosamente; y segurito, lo está persiguiendo para obligarlo a pagar. ¡Vaya hombrecito!De repente, Don Juan decidió meterse entre las siembras y Andrés tuvo que frenar su carro, y esperar que saliera nuevamente.— Quisiera saber ¿qué es lo
Sin miedo a ser descubierto, Andres salió y se puso de pie, para luego acercarse a Blanca y hablar con mucha tranquilidad.— Sí Doña Tilita, escuchó muy bien, el señor Bernardo me está buscando a mí.— Respondió Andrés, en tanto intentaba limpiar un poco la grasa que se había adherido a sus brazos.— ¿Pero qué está pasando aquí Blanca? ¿Por qué él estaba oculto?Justo en el momento en el que Blanca iba a hablar, el atrevido vecino Bernardo, no dudó en dar su opinión.— Yo soy el que le voy a decir que es lo que está pasando aquí Doña Tilita. Este chico que usted ve aquí parado, estaba persiguiendo a Don Juan, para cobrarle el dinero que le prestó, para que él comprara sus vacas. ¡Y me disculpa que me entrometa!, porque aunque a mí no me gusta el chisme, tampoco la injusticia. ¿No te da verguenza Juan?— Miraba a Don Juan de brazos cruzados, muy enfadado.Indignado, Don Juan se puso de pie y sacó a empujones a su vecino del establo, mientras que Doña Tilita, Blanca y Andrés no paraban de
Al estar nuevamente en casa junto a su esposo, Bernardo; Rosaura caminaba de un lado a otro sin saber como decirle que de alguna manera se habían vuelto complices de Doña Tilita y Blanca, pero antes de que soltara alguna palabra, él ya le notaba la intranquilidad. — ¿Qué te pasa Rosaura? Cuentame de una vez, ¿qué fue lo que sucedió?, porque no creo que estes así, por esta simple herida que me he hecho.— Habló en tanto se aplicaba un poco de alcohol.Tomando un respiro, se sentó a su lado, y soplando un poco la herida de su esposo (para que no le ardiera tanto), habló con mucha serenidad.— ¡Somos complices Bernardo! Blanca y Tilita lastimaron a Paty y ahora nos han involucrado. Por eso se ocultan en el viejo establo.Sorprendido, Bernardo terminó de curar la herida, y colocándose un poco de gasa, se puso de pie tomó el dinero que Andres le dió y salió inmediatamente por la puerta, mientras su esposa le pedía que regresara, pero el solo la ignoró.En tanto Andres, al estar en casa de
Apenas Andres se asomó a la calle, Bernardo sacó su mano del carro y se aproximó a él muy rápido, para colocarle el dinero nuevamente en sus manos. — ¡Tenga joven! Mi familia y yo somos gente honrada, no queremos dinero sucio.— Sin darle tiempo de responder, Bernardo le dió la espalda y se marchó a ver como seguía la pobre Paty, en tanto su esposa Rosalba, le contaba a todas las vecinas el lugar donde estaban escondidas Doña Tilita y Blanca, pues no querían ser vinculados con ninguna mala acción. Al observar esto, Don Cheto se acercó a preguntarle a Andres lo que sucedía. — ¿Qué le pasa al prepotente Bernardo? ¿Por qué te dió dinero, y de esa forma? — Ahora no tengo tiempo Cheto, hablamos luego.— Encendió el auto y no tardó en marcharse a toda velocidad, en busca de algún garrafón de agua y algo de comida, para llevarla a su bella, Blanca.. Mientras esto sucedía, en el hospital, ya Paty se había despertado, pero aún seguía bajo los efectos de los medicamentos, que por supuesto le
Aunque Blanca sentía un intenso amor por Andrés, no quería tomar una decisión apresurada y le pidió un poco de tiempo a Tamara para pensarlo; y es que este pueblo, y su familia era todo lo que ella conocía.— Me emociona mucho su propuesta Sra Tamara, solo le pido que me de un poco de tiempo para asimilarlo, por favor.— Respondió, pero su rostro no mostraba ningún tipo de emoción.— Está bien, como tu quieras Blanca, pero lo único que te aconsejo es que no desperdicies una oportunidad como esta, seamos honesta, en este pueblo no te espera un buen futuro, y estoy segura que si me dices que no, terminarás casándote con Pablo, encerrada en una casucha sucia, llena de goteras y criándole muchos hijos, ¿es eso lo que quieres para tí?— Puso su mano en el hombro de Blanca e inmediatamente salió de la cocina.Blanca, sacó una de las sillas y sentándose, pensaba que quizas esta era la forma en la que podía darse a conocer mejor con la familia de Andrés, antes de entrar a una relación más seria