La garganta seguía ardiéndome, quería tomar agua, los latidos al fondo fue la confirmación de que mi bebé seguía aferrada a mí, eso implicaba que debía dejar la rabia a un lado y pensar en el acto de mi padre. No abrí mis ojos, era consciente de que Alejandro no tenía la culpa. Pero sentía mucha rabia, ¡esa maldita le quitó la vida a mi papá!, mi papá, mi papá, no tuve tiempo de reivindicarme por no estar los últimos siete años compartiendo con él, de eso solo yo era la culpable. Comencé a llorar.—Belleza… Virginia, mi amor. —anoche su voz era lo único que quería alcanzar, esa súplica en su canto. Sentí su caricia en mi cabello—. Perdóname, todos me dicen que no soy culpable de nada, pero yo siento que sí. —abrí mis ojos y ahí estaba.—¿Qué más debemos pasar Alejandro?—¿Qué significa esa pregunta? ¿Te quieres alejar de mí?—Yo quisiera, pero tu hija o hijo no me deja. No puedo alejar a Eros y no quiero alejarme de Ernesto. —Lo vi sonreír, acarició mi rostro—. Y no eres culpable, de
Salí de la clínica quince días después, mi bebé seguía bien, aunque debía cumplir mil recomendaciones, por unos meses hasta que pase el trimestre trabajaré desde la casa, Alejandro ya me miró como quien dice, debes hacer caso. De alguna manera el que estemos casados nos había unido mucho, y eso que no hemos consumado el matrimonio como me lo dice todas las noches. Nos prohibieron tener sexo en el primer trimestre del embarazo, el ginecólogo quiere que mi bebé se encuentre más grande, aunque ya ha demostrado ser un bebé muy fuerte al seguir aferrada a mi vientre y como padres debemos facilitarle las cosas.Cómo evitar las escaleras lo más que se pueda, por eso Alejo se trajo una mesa de dibujo y los computadores de la oficina. Así me mantengo ocupada en la comodidad de la casa, todo lo puso a un lado de nuestra espaciosa habitación, por lo menos ya tenía para trabajar. Debíamos entregar la primera fase, César hace una semana se encontraba en Cancún inspeccionando el terreno con Deacon
Debía aprender a sobrellevar esa carga.—Gracias, lo que pasó conmigo desencadenó el nacimiento prematuro de Maco.—¡No le digas así!, detesto ese diminutivo. —sonríe—. César, con esa obsesión de nombres mal compuesto, así no me guste, prefiero llamarla María Constanza.—Alejandro tampoco es partidario de ese nombre.—El nombre de María era regla, y era Constanza o Enriqueta, —solté una carcajada—. No te rías, no hubo manera de convencerlo y como mi madre lo secundaba, ¿te puedes imaginar?, se aprovecharon de mi convalecencia para registrarla. Menos mal, ya no vamos a tener más hijos, César se hizo la vasectomía. Ya descanso de que el nombre de Enriqueta sea el siguiente nombre.—Maju, ya me voy. —Santos se acercó a nosotras, se despidió. Era muy simpático el niño.—¡Ya sabes! —Maju lo señaló con un dedo—. Una queja más de tu hermana y Santos viajo a Bucaramanga solo a jalarte las orejas.—Sí, señora. Ya César también me habló y me quedó claro.—Más te vale, sabes que te quiero mucho.
Íbamos de camino a ver el sexo de mi bebé, ya tenía cinco meses y nada que se dejaba ver, eso tenía frustrado a Alejandro que estaba esperando, no veía la hora de decorar la habitación de su reina. Los niños iban en el puesto de atrás. Los escoltas en el carro que nos siguen a todos lados. Hoy era viernes, Elsa vino por ellos, se los llevará a Valledupar, se iban las dos abuelas y mi hermano.Mi madre pasará unos días con ellos, luego se pasaría a Montería a darle una vuelta a la finca unas semanas. La idea era reunirnos todos y regresar a estudiar. Ayer salieron los niños de vacaciones de mitad de año. Los escoltas de ellos en el colegio se tomarán un descanso y solo nos quedaremos con los que me cuidan a mí, la gente de David y Jenaro tienen vigilada a Sandra. Hasta ahora se mantiene trabajando en su boutique, no ha visitado a nadie que no sea clientes. Y tanta quietud no me agrada.Mientras estén de viaje no tendrán seguridad, los fines de semana tampoco y hemos bajado la guardia u
Tengo a mi mujer desnuda y su piel sudada, desde que llegamos de dejar a los niños nos encerramos y he pasado cobrando mi apuesta, era sábado. Hasta le dimos permiso a Mechas para que saliera, ella ingresaba mañana, las otras chicas solo trabajan de día y volverán el lunes.—Debo ingerir comida, —dije.—Yo también tengo hambre.—¿Te preparo o pedimos algo?—Pidamos, a ti todo se te quema, quiero lo de la otra vez.Por un momento me quedé mirándola, estos trees meses ya de matrimonio habían sido un renacer y poco a poco nos hemos curado el uno al otro.—Te amo, Belleza.Me puse el bóxer, el pantalón dominguero, ella también se puso ropa cómoda. Como me gustaba esa mujer y para colmo el embarazo la había vuelto una violadora.» Deja de mirarme de esa manera. Déjame tomar energías, te has puesto muy salvaje.Escucharla reír y al tiempo sonrojarse regocijaba mi alma. La tomé de la mano, nuestra nueva casa era inmensa. Virginia se quedó sentada en una de las sillas de la isla mientras yo b
En un par de horas cerrarán el almacén de cadena en el que ingresé con mi hermano hace casi dos horas. Las madres eran sabias, por lo menos la mía lo era, desde los cuatro años, cuando comencé a ir a las diferentes clases, mamá siempre me daba dinero por si acaso, como suele decir. Siempre decía: «si llegas a perderte, con calma tome un taxi y regresa a casa», por eso siempre cargo con dinero en la billetera.Pero hoy no podía regresar a la casa, ni a la de las abuelas, a esa menos, Sandra y esos tres hombres que se le acercaron esperan por nuestro regreso y sobre todo con este intento de secuestro podrán llevarla a la cárcel. Menos mal, Rintin se me escapó y por eso reconocí el rostro de Sandra, iban por mi hermano, dejé al perro y regresé por Ernesto. Cuando lo hice, vi cómo esa señora golpeaba a mi abuela.Mi hermanito también lo vio y comenzó a temblar, corrimos hasta el otro extremo del parque y tomé el primer taxi, le pedí que me dejara en el primer centro comercial. No sé si la
Papá llegó en la madrugada y escuché la conversación que sostuvo con mamá en la sala, tía Virginia estaba hospitalizada, la señora Elsa fuera de peligro, aunque con un gran golpe. También me enteré de que ya presentaron la demanda, entonces Eros sí tenía razón al decir que si se escondían por un par de días podrían encarcelar a la loca. Me había bañado muy temprano y en la ducha me acordé de que en ese baño no hay agua caliente, tocará que se bañen en el mío. Pero cuando mi papá se vaya, quedó de irse a primera hora. Salí en busca de Samuel.—Despierta. —Lo zarandeé—. Recuerda, tenemos la misión de llevar el desayuno.—Sí, ¿ya te bañaste?—Siempre lo hago, tú eres el cochino que no le gusta el agua.—¡Si me gusta!, pelo no templano.—Esas clases siguen sin servirte.—Ya solo me falta plonuncial la L—R, —le hice la imitación—. RRRRRRRRR, —alza la lengua. Vamos a jugar con nuestros amigos y tú, ¿lo harás en pijama?—Ya me baño.—Te espero en la mesa, recuerda que debemos camuflar comid
Virginia estaba deshecha, su sueño fue intermitente, después de que el capitán hiciera su trabajo, regresé a la clínica, Sofía gestionó el permiso y así poder quedarme con mi esposa. Me parte el alma verla consumida en el dolor, fue necesario sedarla y, aun así, fue evidente su angustia, no me atrevo a decirle nada.No he dejado de pedirle a Dios por protección para ellos, puede que Eros sea astuto y se mantenga a salvo con su hermano, pero eran niños después de todo. Lo que me tenía preocupado era el que no haya buscado a ninguno de sus tíos, si pienso como mi hijo me alejo de la casa de su abuela por temor a Sandra, también de nuestra casa, pero la de su amigo, yo iría hacia una casa segura y eso era lo que me hacía temer.Podría algún psicópata haberlos tomado, algún pedófilo o alguna red de tráficos de órganos, tal vez un traficante… De verdad, uno piensa mil cosas, Eros era muy consciente, y si no había buscado a su mamá podía ser porque algo malo les pasó, mi hijo no le haría pa