Acariciaba el vientre de Virginia, seguía dormida, hoy nos íbamos a la finca, le di un beso al vientre, y salí de la cama, anoche después de ese encontrón con Sandra, pasamos por el apartamento en busca de ropa para el fin de semana, en el fondo me sentía más seguro viviendo con ellos, así los protegía de ella. Debía hablar con Carlos para contarle lo ocurrido, no me gustó la actitud de esa mujer y menos que ande cerca de nosotros o los niños.Había demostrado lo vengativa y eso no era nada bueno. «Dios, ayúdame». Mira las ironías, ahora tenía más comunicación con el Creador. Salí de la ducha, desnudo, y me encontré con Virginia y su cepillo de dientes en la mano. Alzó su ceja al ver mi miembro que de la nada empezó a ponerse en forma. Esta situación era bastante irreal, el deseo era palpable, pero al mismo tiempo mi renuente restricción no cedía. Al ver que no hice nada más que secarme, salió del baño.Mechas nos tenía el desayuno preparado, Virginia llegó al comedor con los dos niño
—¿Todo lo que me dijiste fue mentira? —Le reclamó Virginia al extranjero.—Desperdiciaste tiempo para estar con mi papi, ¿mami?—Alejo y Virginia, déjame y hablo con Ducan un momento.—Eros en la casa hablamos. —Virginia miró al niño. Cuando nos habíamos alejado habló.—No tengo problemas porque me regañes, pero recuerda que este paseo era para que estuviéramos los cuatro en familia y tú nos has ignorado. —tomó la mano de su hermano y corrió con él en dirección a la piscina y ahí vimos a Blanca con su familia, A Fernanda con la suya, Majo sonriente compartiendo con su familia y era evidente que nosotros la habíamos embarrado. Al mirarla ella tenía los ojos húmedos.—Detesto cuando un niño de seis años me deja en ridículo con razón. En mi defensa. —Me miró—. Tú y yo no somos familia, todos ellos están casados y nosotros estamos apenas… —Se fue corriendo y en parte los dos tienen razón. Cerré mis ojos.—No tengo idea que hacer. —dije en voz baja.—Tomar las riendas como un hombre cabeza
—En un hotel.—Quédate en casa de mis padres. —El anciano la miró—. Mis papás quieren conocerte.—Acepto.Virginia llamó a sus padres que apenas supieron, corrieron a la clínica, yo les dije a mis amigos que no paraban de llamar y ya más calmados siguieron con el cumpleaños. Después de todo, no hemos almorzado y ya son las cinco de la tarde.—Virginia debes comer.—Ahora cuando vea que Eros está bien, que me hable de nuevo y ahí sí como, mientras tanto, no me pasa nada. —La abracé y la besé.Todo había salido bien, faltaba que entregaran los resultados de unos exámenes que se demoraban ocho días, dejamos la cita apartada de Eros para dentro de ocho días y las del control de Virginia, todo estaba bien, con mi bebita, aún no sé qué será, pero mi corazón dice que es niña por lo mimada que anda Virginia conmigo. Fue imposible que ella saliera de la clínica, fue más fácil pagar por una cama adicional para que ella estuviera cómoda, pero los dos días ella se quedó con nuestro hijo.Al llega
Llevamos una hora de juicio, Carlos se mantiene tranquilo, mientras que Elsa y yo nos estamos comiendo las uñas, hasta Alejandro lo veo algo nervioso por la pasividad de su abogado. Los testigos que han traído por parte de Sandra, nuestro representante no los ha querido interrogar. ¡Ay! ¡Por qué carajos no saca la grabación y asunto arreglado!—Su señoría veo que el abogado de la contraparte no vino preparado.Comentó Saúl, con un rostro de satisfacción, él va ganando cuando Carlos no ha querido desvirtuar a los testigos, Dios esto es peor que ver un partido de Colombia en la final de un campeonato, siento que el corazón se me va a salir de los nervios.—¿El abogado de la contraparte tiene algo que decir?—Si señoría. —habló Carlos—. Yo solo quiero hacerle algunas preguntas a la señora Sandra y tengo entendido que declarará. El resto de los personajes que han hablado ante el estrado no aportan nada a este juicio y mucho menos a mi defendido. —el rostro de Saúl se puso rojo.—¿Me estás
Llegamos a la casa de mis padres, los niños estaban ahí por la incapacidad de Eros y su hermano que quería acompañarlo. Les contamos que ya nada nos va a separar, a pesar de que Ernesto sonreía noté que no entendía y era normal, pues era un bebé, lo tomé de la mano y me senté con él en la sala de estar.—Mi cielo, ¿comprendes lo que estamos celebrando? —Se quedó mirándome—. Mira papi está feliz porque ya nada te podrá separar de él, ¿te acuerdas las muchachas que te entrevistaron la semana pasada? —afirmó—. Ellas le dijeron al juez que tú eras muy feliz al lado de tu padre y no de tu madre.—¡Mamá no! —Se puso a temblar—No, ella jamás volverá a buscarte, nunca estarás con ella, sino con nosotros. Y ¿quieres que yo sea tu mamá de verdad? —afirmó con los ojos llenos de lágrimas.—Pues yo seré tu mamá por el resto de tu vida, si tú quieres que lo sea.—¿Y vas a pegarme?—Nunca sin una razón justificable. Si no me haces caso, te lanzaré una chancleta.—¿La misma que Eros dice que no le p
A las carreras llegamos al apartamento, se van a dar cuenta y más si mis padres ya estaban con los niños en la casa de Maju que nosotros estábamos de faena reconciliatoria, nos bañamos juntos de rapidez y mientras nos arreglábamos él no paraba de reír.—¿Ahora cuál es el chiste?—Yo con solo verte se me pone duro, pero con esas descargas que me diste, el pobre entro en rebeldía y míralo. —Como una tonta le sigo el juego inconsciente y sí, su miembro estaba escondido—. No parece mío. —En ese instante comprendí y le di un manotazo.—¡Tonto!, ¿te afecta que tu pipi se vea arrugado?Esa carcajada me hizo amarlo más. Terminamos de vestirnos, me puse un vestido y unos zapatos bajitos. No quería tacones, además ya me los prohibió Benjamín, me cepillé el cabello, ya estaba creciendo y por petición de mi futuro esposo lo dejaré crecer de nuevo. Mientras Alejo se aplicaba gomina en su perfecto cabello de caballero.—Pareces un modelo. —Era demasiado atractivo y para colmo se viste perfecto.—Te
Es el día más feliz de mi vida, estamos en el club, ya todos nuestros amigos están esperando a que llegue la novia. Mi madre y Anita hicieron un gran trabajo en cuatro días, aunque recibieron colaboración de Susana y Magdalena. El juez llegó hace unos minutos.—Papi mira la corbata de Ernesto.Eros señaló a su hermano, al mirarlo el niño se había desatado el nudo, lo miré serio, él mismo abogó en su defensa.—Papi esto aprieta.—Si no estás bien presentado, no podrás entregarle el anillo a tu mamá.—No, yo sí quiero, ¡pónmela otra vez! —me agaché, le hice el nudo, cuando terminé, llegaron a mi lado los padrinos.—La novia se está tomando en serio lo de llegar tarde. —Fue el comentario de César.—Es su día omnipotente.Todos sonrieron. Miré el reloj, y sí, ya había pasado más tiempo del esperado, además antes de salir de la casa estaba arreglada.—¿Cuándo nace la niña? —Le preguntó Carlos a César, vi que David ingresó de la mano de Socorro, su novia.—Llámala por su nombre. —Le dije a
—Los médicos lo saben.No dije nada más. Me senté en una de esas sillas aun con mis oídos tapados, tan solo anoche hacíamos el amor, estábamos felices por vivir en la casa que por años ha esperado por nosotros. No sé si el tiempo pasaba, Carlos regresó, mi celular timbraba y no contestaba, luego escuchaba a Fernanda o a Carlos decir que me veían calmado, qué este estado no les gustaba, porque no he explotado.José Eduardo se sentó a mi lado. Todos los adultos habían llegado, David, Blanca, los Abdala, los L’Charme, era una escena algo surrealista, todos vestidos para una reunión especial, encorbatados y vestidos elegantes los que se lucían en una sala de emergencia. Comencé a reír, reía por ratos y luego los labios temblaban, pero no dejaba que las lágrimas me salieran, las manos comenzaron a temblarme más fuerte.—Alejo…—José, yo me muero si se me muere Virginia.—Todo va a salir bien primo, tu mujer es fuerte.—Yo soy el culpable de esto, yo traje a Sandra a nuestras vidas. ¿Cómo v