Muchas gracias a todas las que se me siguen en esta nueva novela. Espero la historia de Alejo y Virginia les robe el corazón. Un abrazo enorme.
Eros se encontraba en compañía de Liza, su nana y profesora a la vez; como Eros era un niño tan exigente, requería de mucha atención. Por eso me vi en la obligación de contratar personal muy capacitado en diferentes áreas para que le enseñara algo más. Cuando tenía tres años, lo tenía en varios cursos porque en mi escaso entendimiento me estaba volviendo loca.Por eso Ezio me recomendó contratar a una mujer calificada en varias artes para que le enseñara, en este país había mucha demanda. Liza era francesa, con cuarenta y cinco años, viuda con un hijo, vive con nosotros hace casi tres años. Licenciada en pedagogía infantil con énfasis en pintura y manualidades, aparte era quien lo llevaba a los diferentes cursos.Le ha enseñado varios idiomas. Eros se encariñó mucho con ella, era mi mano derecha para con mi bebé y lo adoraba, que era lo importante.Ha sido una gran aliada en la batalla de criar a un genio. Cuando no llegaba la empleada, y si llegaba temprano, yo cocinaba o ella lo hac
Seis años atrás…Tenía una semana encerrada en el cuarto después de la ruptura con Alejandro, solo lloraba y dormía. Fernanda y Maju me visitaban a diario, pero no había nada que me sacara de la depresión. Me era imposible creer que todo hubiera acabado. Hasta que Fernanda salió con sus célebres discursos.—¡Ya me tienes mamada Virginia con esa actitud perdedora! ¿Qué mierda lloras? ¡Mírate en un espejo! Acaso no ves lo hermosa que eres… Mándalo a comer mierda y restriégale otro por la cara.—No jodas…—¡Voy a joderte hasta que saques ese culo de la cama y encares a uno de mis mejores amigos!, a ese idiota el cual parece haber perdido el cerebro.—¡Él ya no me ama!—¿Y?, al menos encáralo, pídele una verdadera razón para que dejes de rebanarte la cabeza pensando en; fue culpa mía. —hizo una mala imitación de mi voz. Fue a mi closet, tiró un par de ropas a la cama.—No voy a ir a ninguna parte.—¡Ah!, ¿no?Salió de la habitación, a los veinte minutos regresó, me sacó de la cama a punta
Seis años atrás…Ezio a diario insistió en que debía decirle al padre de mi hijo de su existencia. Tal fue la su insistencia que, a mis siete meses, decidí excusarme con no poder por mi estado y ninguna aerolínea me aceptarían en los siete meses.—Virginia, ¿ese es tu problema?—¡No puedo viajar! —tomó el teléfono, llamó a su capitán.—En una hora llegará al hangar mi mano derecha, debe viajar a Bogotá, Colombia, por favor lleva a un médico ginecólogo y a una enfermera… perfecto. —¡detesto a los magnates! Todo lo solucionan con dinero—. Quita esa cara, ya mismo puedes viajar, solucionado.—No tengo para pagar ese vuelo exclusivo.—Es mi regalo de Navidad.Ezio me miraba con su cabello blanco muy bien peinado, su nariz prominente y esos ojos verdes llenos de sabiduría, al ver a Bastián su hijo me puedo hacer una idea de cómo fue mi jefe en su juventud.» No hagas esperar al capitán.Llegué a las nueve de la mañana, durante todo el viaje la pasé pensando en cómo me iba a presentar ante
Me demoré un poco en la clínica, no pude sacarme el maldito anillo de casados, hasta que no se deshinche la mano, el doctor dijo que podría tardarme más de una semana, tenía los cuatro nudillos fisurados y las falanges del dedo anular y el índice, al menos no era zurdo, los inmovilizaron con cabestrillo y me incapacitaron por veinte días.Debía darle a Jenaro un bono extra, él ha esperado, llevado y traído en todo el día, después de salir de la clínica me dejó en el apartamento. Acordé por celular con Carlos de encontrarnos temprano, por eso desayunaré en su casa mañana, debemos mirar varios temas antes de ir al bufete a esperar a Sandra para que firme los papeles.Se había comunicado con ella, Sandra le dijo que iba a entablar una demanda contra mí por agresiones personales. La vida me cobró bastante caro el causarle daño en su momento a Virginia, ni derecho tenía de rogar por su perdón. No lo veo de otra manera, tú haces daño y se te devuelve los malos actos. Aunque Sandra nunca sup
Me desperté muy temprano, era miércoles, lo que resta de semana la tengo muy ajetreada, sobre todo para prepararme. Por ahora, quedemos libre de la loca. Ingresé al baño, al salir tomé el traje color gris. Ernesto seguía dormido y… ¿Otra vez con la foto de Virginia? El corazón volvió a estremecerse. Le di un beso en su frente, en la cocina Mercedes preparaba el desayuno.—Buenos días, señor.—Buenos días, hoy no tengo tiempo para desayunar, solo un café, por favor, como me gusta.—Aquí tiene, señor. —Me lo tomé—. Es muy bonita la mujer que aparece en las fotos de su nueva habitación.—Virginia es una belleza, una mujer con porte de reina.—Espero que no la haya dejado a ella por la mujer con quien se casó.—Ese es mi máximo error, Mecha. —Su manera de mirarme fue una cachetada más a la gran lista que llevo a cuesta—. Mi madre viene hoy, ella se quedará unos días.—Entendido. Que le vaya muy bien, señor.—Gracias. Te encargo al niño.Raquel abrió la puerta en la casa de los Maldonado,
Mi madre siempre me había enseñado lo que era ser un hombre correcto, a pesar de todas las golpizas recibidas por mi padre hasta nuestro enfrentamiento. Ella siempre decía; que la abuela se lo advirtió, ahora debía sobrellevar y soportar su calvario, nunca comprendí esa decisión por parte de ella, alegaba que a pesar de todo lo amaba y por ello aguantó dieciséis años de maltrato.Los cuales trece fueron de golpes y psicología negativa, a mis casi catorce años le di dos fuertes golpes a ese señor. Para controlar la ira hacia mi progenitor, desde los doce comencé a practicar boxeo, deporte con el cual sigo sacando mis frustraciones. Gracias a un Dios, mi padre murió cuando tenía dieciséis años con su amante en un accidente. Mi herencia debía de recibirla una vez me graduara, de mi parte no había afán a esos de los veinticuatro, fue mamá quien comenzó a realizar los trámites para que me la entregaran y hablándolo con Virginia no la tomé.—Apuesto todo nuestro dinero a que la arpía de tu
La abogada altiva, con ínfulas de haber ganado. No tengo idea que iba a mostrar Carlos. Pero verlo tan tranquilo apaciguaba un poco la ira en mi cuerpo, se dirigió hasta el proyector, puso una memoria. Beatriz se cercó.—Ahora, señor Alejandro, verá por qué al doctor Maldonado lo apodan el lobo en los medio jurídicos y penales.La imagen era la sala de mi casa, apagó las luces y desde los parlantes se escuchó toda mi discusión con Sandra, al mirarla, ella tenía los ojos desorbitados al verse descubierta, la abogada se puso muy seria y por momentos con lo que su cliente decía la miraba. En lo último, cuándo Sandra comenzó a gritar sin motivo aparente diciendo que yo le pegaba cuando nunca me le acerqué. Las luces se encendieron.—¡Él regresó a la medianoche a pegarme! —dijo.Era el colmo verla decir mentiras de modo tan fácil, en definitiva, Sandra tenía un gran daño mental y son duda quedó como una loca.—Las cámaras aún siguen funcionando, cuando lo desee puede verificar. Aunque anoc
Veinte horas, ese era el trayecto en horas para llegar a Cancún, por eso salí con el tiempo suficiente, no me gusta quedar sobre el tiempo, por eso llegaré el viernes en la noche al hotel en el cual hice la reserva. Por internet buscamos uno cerca del lugar donde era la reunión con los inversionistas.Vimos uno muy bonito y de hecho fue Eros quien escogió el lugar. Ya llevaba cinco horas en el avión con los nervios a mil. Mi hijo se sentía muy feliz porque a mi regreso festejaremos su cumpleaños y al día siguiente nos vamos a Colombia. Eso sí que me tenía asustada, entre más pasaban las horas, más se acerca el tiempo para enfrentar a mi familia, a mis amigas y sobre todo a Alejandro. Los días pasados solo me dediqué a estudiar el proyecto, a prepararme como si mi vida dependiera de ello. Al paso de las horas en el avión mi mente retrocedió tres años…—Mami, ¿me puedes poner esta foto de papá en un portarretrato? Por favor. Dijo Eros mientras veía el álbum que yo tenía con más de cien