Seis años atrás…Ezio a diario insistió en que debía decirle al padre de mi hijo de su existencia. Tal fue la su insistencia que, a mis siete meses, decidí excusarme con no poder por mi estado y ninguna aerolínea me aceptarían en los siete meses.—Virginia, ¿ese es tu problema?—¡No puedo viajar! —tomó el teléfono, llamó a su capitán.—En una hora llegará al hangar mi mano derecha, debe viajar a Bogotá, Colombia, por favor lleva a un médico ginecólogo y a una enfermera… perfecto. —¡detesto a los magnates! Todo lo solucionan con dinero—. Quita esa cara, ya mismo puedes viajar, solucionado.—No tengo para pagar ese vuelo exclusivo.—Es mi regalo de Navidad.Ezio me miraba con su cabello blanco muy bien peinado, su nariz prominente y esos ojos verdes llenos de sabiduría, al ver a Bastián su hijo me puedo hacer una idea de cómo fue mi jefe en su juventud.» No hagas esperar al capitán.Llegué a las nueve de la mañana, durante todo el viaje la pasé pensando en cómo me iba a presentar ante
Me demoré un poco en la clínica, no pude sacarme el maldito anillo de casados, hasta que no se deshinche la mano, el doctor dijo que podría tardarme más de una semana, tenía los cuatro nudillos fisurados y las falanges del dedo anular y el índice, al menos no era zurdo, los inmovilizaron con cabestrillo y me incapacitaron por veinte días.Debía darle a Jenaro un bono extra, él ha esperado, llevado y traído en todo el día, después de salir de la clínica me dejó en el apartamento. Acordé por celular con Carlos de encontrarnos temprano, por eso desayunaré en su casa mañana, debemos mirar varios temas antes de ir al bufete a esperar a Sandra para que firme los papeles.Se había comunicado con ella, Sandra le dijo que iba a entablar una demanda contra mí por agresiones personales. La vida me cobró bastante caro el causarle daño en su momento a Virginia, ni derecho tenía de rogar por su perdón. No lo veo de otra manera, tú haces daño y se te devuelve los malos actos. Aunque Sandra nunca sup
Me desperté muy temprano, era miércoles, lo que resta de semana la tengo muy ajetreada, sobre todo para prepararme. Por ahora, quedemos libre de la loca. Ingresé al baño, al salir tomé el traje color gris. Ernesto seguía dormido y… ¿Otra vez con la foto de Virginia? El corazón volvió a estremecerse. Le di un beso en su frente, en la cocina Mercedes preparaba el desayuno.—Buenos días, señor.—Buenos días, hoy no tengo tiempo para desayunar, solo un café, por favor, como me gusta.—Aquí tiene, señor. —Me lo tomé—. Es muy bonita la mujer que aparece en las fotos de su nueva habitación.—Virginia es una belleza, una mujer con porte de reina.—Espero que no la haya dejado a ella por la mujer con quien se casó.—Ese es mi máximo error, Mecha. —Su manera de mirarme fue una cachetada más a la gran lista que llevo a cuesta—. Mi madre viene hoy, ella se quedará unos días.—Entendido. Que le vaya muy bien, señor.—Gracias. Te encargo al niño.Raquel abrió la puerta en la casa de los Maldonado,
Mi madre siempre me había enseñado lo que era ser un hombre correcto, a pesar de todas las golpizas recibidas por mi padre hasta nuestro enfrentamiento. Ella siempre decía; que la abuela se lo advirtió, ahora debía sobrellevar y soportar su calvario, nunca comprendí esa decisión por parte de ella, alegaba que a pesar de todo lo amaba y por ello aguantó dieciséis años de maltrato.Los cuales trece fueron de golpes y psicología negativa, a mis casi catorce años le di dos fuertes golpes a ese señor. Para controlar la ira hacia mi progenitor, desde los doce comencé a practicar boxeo, deporte con el cual sigo sacando mis frustraciones. Gracias a un Dios, mi padre murió cuando tenía dieciséis años con su amante en un accidente. Mi herencia debía de recibirla una vez me graduara, de mi parte no había afán a esos de los veinticuatro, fue mamá quien comenzó a realizar los trámites para que me la entregaran y hablándolo con Virginia no la tomé.—Apuesto todo nuestro dinero a que la arpía de tu
La abogada altiva, con ínfulas de haber ganado. No tengo idea que iba a mostrar Carlos. Pero verlo tan tranquilo apaciguaba un poco la ira en mi cuerpo, se dirigió hasta el proyector, puso una memoria. Beatriz se cercó.—Ahora, señor Alejandro, verá por qué al doctor Maldonado lo apodan el lobo en los medio jurídicos y penales.La imagen era la sala de mi casa, apagó las luces y desde los parlantes se escuchó toda mi discusión con Sandra, al mirarla, ella tenía los ojos desorbitados al verse descubierta, la abogada se puso muy seria y por momentos con lo que su cliente decía la miraba. En lo último, cuándo Sandra comenzó a gritar sin motivo aparente diciendo que yo le pegaba cuando nunca me le acerqué. Las luces se encendieron.—¡Él regresó a la medianoche a pegarme! —dijo.Era el colmo verla decir mentiras de modo tan fácil, en definitiva, Sandra tenía un gran daño mental y son duda quedó como una loca.—Las cámaras aún siguen funcionando, cuando lo desee puede verificar. Aunque anoc
Veinte horas, ese era el trayecto en horas para llegar a Cancún, por eso salí con el tiempo suficiente, no me gusta quedar sobre el tiempo, por eso llegaré el viernes en la noche al hotel en el cual hice la reserva. Por internet buscamos uno cerca del lugar donde era la reunión con los inversionistas.Vimos uno muy bonito y de hecho fue Eros quien escogió el lugar. Ya llevaba cinco horas en el avión con los nervios a mil. Mi hijo se sentía muy feliz porque a mi regreso festejaremos su cumpleaños y al día siguiente nos vamos a Colombia. Eso sí que me tenía asustada, entre más pasaban las horas, más se acerca el tiempo para enfrentar a mi familia, a mis amigas y sobre todo a Alejandro. Los días pasados solo me dediqué a estudiar el proyecto, a prepararme como si mi vida dependiera de ello. Al paso de las horas en el avión mi mente retrocedió tres años…—Mami, ¿me puedes poner esta foto de papá en un portarretrato? Por favor. Dijo Eros mientras veía el álbum que yo tenía con más de cien
No he podido dormir, desde las tres de la mañana desperté ansioso y con una extraña zozobra, los días posteriores a mi separación solo he sentido tranquilidad. Ayer mi madre me entregó la empresa, ahora ArquiDiseño era mía. Hoy tengo reunión en la oficina con el abogado de la familia Daza, firmaré todos los papeles correspondientes a la herencia de los bienes del señor Ramiro Orjuela.No es que me agrade mucho la idea, pero quién aguanta a la vieja Elsa. Ernesto desde su llegada no ha dormido ni en su cama, ni en la mía, ha pasado con abuelitis, y desde que contraté a Mercedes mi pequeño volvió a sonreír. Otro error por superar. En definitiva, solo la he cagado. Me levanté, ya no podré dormir de nuevo, anoche me acosté tarde ensayando la presentación del proyecto, debía ganar. Algo en mi alma, desde que Deacon habló del tema, se metió en el alma.Ingresé al baño, me quité el cabestrillo, la mano ha mermado en hinchazón, pero sigue morada, intenté quitarme el puto anillo y esa mierda d
Arrugué la frente ante la pregunta del sacerdote y sentí una punzada en el pecho, algo me decía que la conversación tomará un giro devastador para mi alma. Hice memoria y jamás… salvo las últimas semanas en las que le contestaba distante, porque no vino… Sin embargo, antes de ese enojo, la última vez que nos vimos como pareja hicimos el amor hasta el cansancio. No tuve más remedio que negar, él afirmó.—Entonces ante la perspectiva de tu ex, el noviazgo era perfecto y le soltaste la noticia de ya no te amo a quema ropa cuando terminaste con ella. —volví a mirar al sacerdote sintiendo una presión más fuerte en el pecho—. Nunca te pusiste en los zapatos de ella, ¿verdad?, tu cara lo dice todo.—Yo…—Tú te cegaste y te autoprogramaste para proteger tus sentimientos, pensaste que ella era demasiada mujer para ti y no le dabas la talla. Que una mujer tan bella e inteligente merecía tener a otro tipo de hombres. Tú preferiste buscar una mujer con quien te sentías cómodo, superior… ¿Me equiv