(Seven White)
Hacia casi un año desde que ella se marchó, desde que me abandonó tras un mensaje de texto, y mi vida entera se quedó en pause después de eso. Las cosas no volvieron a ser las mismas, y a pesar de que el tiempo seguía su curso… los días, las semanas los meses seguían pasando, y yo aún seguía anclado en aquel día, el día en el que la perdía para siempre, y aún no sabía cuál era la razón, pues papá no quería soltar prenda.
Se limitó a decir que quizás ella no sintiese lo mismo que yo, y que dijo todo eso por miedo, nada más. Pero yo sabía que él tenía algo que ver, que había hecho algo para separarme de ella. Aun así, no podía demostrarlo, y la fusión seguía adelante, y con ello el matrimonio. Por suerte, celebraríamos primero la fusión, y posteriormente el matrimonio, eso me daría tiempo para pensar una solución.
Seguía buscándola. Había contratado a un investigador privado para que diese con su paradero, pues tras haber preguntado en la universidad por ella, a su amiga Kara, a su casero y a todos sus amigos, y no haber obtenido respuesta por ninguno de ellos, no me quedó de otra.
Mi investigador no sólo trataba de encontrarla, también investigaba sobre el pasado de nuestros padres, intentando encontrar algo más, la verdad sobre el pasado, algo que pudiese darme respuestas.
Pero por el momento no había tenido suerte, no tenía nada, y mi vida seguía estando incompleta.
Ella había desaparecido, ni siquiera volvió al club. No estaba en la rosa negra tampoco, el tal Pablo aseguró que rechazó el trabajo en el último momento.
Por lo consiguiente, cualquier lugar dónde podría haberla buscando, cualquier lugar que conociese de ella, no había rastro de Ana por ninguna parte.
Llegados a ese punto … ¿qué podía hacer?
Quizás lo mejor era aceptar el compromiso con la señorita Winston y olvidarme de lo que había vivido con ella. Había sido corto, sí, es cierto, pero su paso por mi vida había dejado huella en mí, y me veía incapaz de continuar mi vida si ella no estaba a mi lado.
Aquella noche estaba en el club, como cada noche, deseando encontrarla en alguna de las actuaciones del local, pero no había rastro de ella. Brad me miró, algo preocupado, quitándome la botella de ron, cansado de tener que andar de niñera conmigo.
Él lo sabía, lo sabía todo sobre Ana y yo, pues yo mismo se lo había confesado en innumerables ocasiones, después de estar borracho, como una cuba. Él guardó mi secreto, y prometió ayudarme, si yo la ayudaba a encontrar a su diosa del placer, la cual también había desaparecido. Ya no me quedaba ninguna duda de que se habían ido juntas, pues… ¿por qué si no habrían desaparecidos juntas?
La noche en la Selva Negra fue un desastre, no hallamos respuestas sobre nuestras chicas, así que terminamos juntos, en mi casa, pasando la mona que llevábamos encima.
***
El despertador me indicó que eran más de las diez, y que aún seguía en la misma posición, sobre la cama, mientras mi mejor amigo roncaba en el sofá.
Me levanté, desayuné algo, mientras Brad seguía en su quinto sueño, y me abrí una cerveza, mientras me marchaba al jardín. Abrí el capó de aquella chatarra que en el pasado fue un auto, lo había recogido del desguace, y tenía pensado arreglarlo yo mismo, pues me había apuntado a un curso de mecánica a distancia.
Me aburría mucho, lo sé, pero en aquel momento con tanto tiempo libre, pues ya no era el rector de la universidad nunca más, yo mismo lo dejé un par de meses atrás, dejándoselo todo a mi padre, cansado de ser un pelele en manos de este.
En aquel momento estaba en paro, así que tenía mucho tiempo libre.
Escuché un coche a mis espaldas, pero ni siquiera me inmuté, sabía que era la pesdada de Christin, como cada domingo, venía a hablar sobre los preparativos de la boda.
(Anastasia Clarck)Había pasado casi un año desde que desaparecí de la faz de la tierra, desde que ni siquiera Kara sabía nada sobre mí. Pero era necesario para que él no me encontrase, pues sabía que lo primero que haría para encontrarme es buscarme en los lugares que solía frecuentar, así que ponerme en contacto con ese tipo de gente estaba totalmente descartado. En lugar de eso cree algo nuevo, me fui a vivir con mi amiga Nicky, dejé la casa en donde vivía antes, y me mudé definitivamente con ella, para luego comenzar a buscar trabajo. Por supuesto volver al club estaba descartado, eso me conectaba con el pasado, y sabía que sería el primer lugar en dónde él me buscaría. Tampoco podía dar clases como profesora de baile en la rosa negra, pues él también conocía ese sitio. As&iac
*Reacondicionando la obra, disculpen las molestias**Capítulo nuevo*(Brad Allen)En lo alto de un afamado edificio, en la azotea, me encontraba, cerrando un importante trato que haría ganar a la compañía millones. Había conseguido que uno de los mayores inversores del país apostase por nuestra empresa para que le llevase sus finanzas. Eso era lo mejor que podía pasarnos, y por supuesto, yo era el que había hecho todo el trabajo.Brindemos – le dije, con vaso en mano, allí sentado, disfrutando del espectáculo, una perfecta puesta de sol, un paisaje que sólo unos privilegiados podían presenciar.Cuento con Industrias Allen – brindó el tipo, mientras yo sonreía.¿Y qué es lo que toca después de un trabajo bien hecho? Pues… u
*Reacondicionando la obra, disculpen las molestias**El capítulo sigue igual, solo cambie el número :P*(Seven White)Leía el periódico, despreocupado, un nuevo artículo sobre la fusión salía en portada. Ya había fecha, no se demoraría mucho, todo estaría listo el próximo mes.El auto se detuvo en uno de los miles semáforos de la ciudad, de camino a casa, tras un largo día, muy agotador, dónde había asistido a la reunión en la que se habían discutido bastantes aspectos sobre la fusión. Al final lo habíamos conseguido, Christi y yo, que la cláusula de la separación apareciese en el contrato. Pronto estaríamos casados, pero ello no duraría más de 5 años.Debíamos ir a recoger a Lucy, de nuevo volvía a
(Anastasia Clark) A mediados de esa tarde, Jonathan apareció, con su adorable sobrina Esther, que venía con un tutú puesto y todo. Ambos entraron, y yo los atendí con una enorme sonrisa, pues teníamos cinco minutos de descanso en ese justo momento. ¿vengo en mal momento? – preguntó. Negué con la cabeza, en señal de que no era así – Esther estaba ansiosa – la saludé con la mano y ella me sonrió, agradecida de que lo hiciese. Hola – la saludé, reforzando mi saludo anterior, para luego agacharme frente a ella - ¿a qué tipo de baile quieres apuntarte? A ballet – aseguró, con su voz tímida, haciéndome sonreír. Estupendo, aún tenemos plazas para esa clase – aseguré, para luego levantarme y hacerles una señal para que se sentasen, sentándome yo al otro lado del escritorio – Mira, este es el horario de bal
(Brad Allen)Estaba agotado aquella maldita semana, tantas reuniones me estaban matando, tenía pensado salir de cacería, pero antes si quiera de haberlo organizado, recibí un inesperado mensaje de mi mejor amigo. Cosa rara en él, pues no solía ser el primero en dar el primer paso.Lo ojeé, despreocupado, dejando a un lado el balance de la semana, me estaba mareando con tanto número. Masajeé el tabique nasal y por poco no me ahogo con mi propia saliva cuando leí el nombre de aquella diosa.Sosainas:Tío, no te lo vas a creer, pero he descubierto dónde se esconde tu diosa del placer Nicky.Yo:¡Hijo de puta!¿Cómo coño has conseguido esa información antes que yo?Sosainas:<
(Anastasia Clark) Aquel día estaba feliz, pues el cupo de alumnos estaba lleno, era señal de que el negocio iba como la seda. Sonreí, de oreja a oreja, mientras preparaba mi clase de bachata, junto a Nicky. Deberíamos contratar a más personal, nosotras no vamos a dar abasto con todos los tipos de bailes – se quejaba, y la entendía perfectamente, pero de momento, al menos hasta el próximo mes tendríamos que bastar las dos – Por cierto - añadió, al darse cuenta de que me estaba tomando más tiempo del que debía en responder - ¿Qué tal te fue ayer con Jonathan? – preguntó, con cierto rintintín, como si quisiese emparejarme con él, de alguna forma – Me dijo Brenda que vino a recogerte y todo, ¿eh? Sólo se ofreció a llevarme a casa, ya que Brenda se iba con su marido y su hija, y tú te fuiste antes a esa cita de la que ni siquiera me quieres hablar – me quejé, haciéndola reír.
(Seven White) Me pasé toda la puta semana pensando en Anastasia Clark, atado de pies y manos, porque la señora Winston estudiaba mis movimientos. No sé, quizás se quería asegurar de que no metía la pata con la fusión, o de que no cancelase la boda en el último momento. Aunque, si es cierto que iba a verla todas las noches, a mirarla desde la ventana, sin ver apenas mucho. Si es cierto que la vi reír varias veces, mientras hablaba con Nicky. Brad, por supuesto, por poco no me hace alabanzas y se pone a rezarme como si fuese un puto dios, cuando le dije que sabía dónde se escondía su diosa del placer. Me aseguró que iría el fin de semana a buscarla, y le aseguré que le acompañaría. Pero cuando llegamos allí, aquel sábado por la tarde, no había nadie en casa, las persianas estaban bajadas y no había luz en el interior. ¿Dónde demonios se habían metido aquellas dos? Era imposible que estuviesen trabaja
(Seven White)Iba a matar a Brad, me había hecho venir a ver la puesta de sol al puerto, porque su “diosa del placer” le había citado en el puerto, junto a un montón de barcos. Justo iba a liársela cuando ocurrió, algo que podría cambiarlo todo.Mi mundo se detuvo en cuanto la vi, subida en un barco, atracando en el puerto, junto a ese tipo y su amiga Nicky. Ella sonreía, lucía feliz, su risa retumbó en el silencio de aquella tarde oscurecida, y por supuesto, no era yo el causante de ella.Nicky bajó del navío, visualizándonos en ese justo instante, caminando luego hacia nosotros, mientras yo la seguía con la mirada, a Anastasia, mi Ana, esa que tan desesperamente busqué durante semanas estaba allí, a escasos metros de mí, con una sudadera prestada, junto a un tipo que no dejaba de