~•⊰ Sandy ⊱•~Todo esto era abrumador. Si bien, había salido con unos cuantos chicos antes de conocer a William, todos habían tenido algo en común: eran chicos guapos, simpáticos o habían sido alguna aventura pasajera, pero cada uno de ellos, completamente olvidable. Incluso podría decir lo mismo de William, si lo pensaba bien.Tenía esa romántica idea en la cabeza, de que podía ser la chica que cambiaría al guapo músico rebelde y mujeriego, enrielarlo y formar una familia perfecta junto a él o al menos, de eso intenté convencerme durante los dos años y fracción que estuvimos juntos.Quería creer que podría ser la heroína de mi propia historia y tener mi felices por siempre, pero ahora que lo pensaba, ni siquiera había habido una sola oportunidad en la que me sintiera como me he sentido con Mike y eso era lo que más me abrumaba de todo esto. Me sentía ridículamente importante. Sabía que esto, aunque fuese una mentira, sería algo que recordaría toda mi vida hasta mis últimos días, porq
~•⊰ Sandy ⊱•~Me sentía en una nube. Mis pensamientos y sentimientos, corrían una posta, compitiendo para saber cuál de los dos llegaba primero con el testigo en la mano hasta la meta y para mi desgracia, ambos iban en la misma dirección.No te enamores, Sandy.Cuando salí de darme un baño, Mike estaba mirando por el gran ventanal, mientras hablaba por teléfono animado, así que para que no sintiera que me inmiscuía en sus asuntos, tomé la plancha de pelo y volví al baño para alisarme el cabello, lo que me tomó unos cuantos minutos. Me maquillé, esperando haberle dado la suficiente privacidad, así que cuando estuve lista, me envolví en una bata de baño y caminé en dirección a mi maleta, encontrándome con su intensa mirada.—Te ves preciosa —dijo, con una sonrisa.—Aún no me he vestido —respondí divertida.—Te ves preciosa igual —aseveró, volviendo mis piernas gelatina, al mirarme de la forma en la que lo estaba haciendo.Comencé a buscar qué ponerme y me decidí por una blusa roja de ma
~•⊰ Mike ⊱•~Sabía que mandarle un mensaje a Ray, dándole las gracias por su regalo, lograría que me llamase enseguida, así que, cuando tomé su llamada solté una estruendosa carcajada.—¡Eres un chismoso! —exclamé divertido, aprovechando que Sandy se encontraba en el baño.—-Entonces, ¿Sí los has ocupado? —cuestionó mi amigo, sorprendido y curioso.—Eres lo que se dice indiscreto, amigo mío —Se rio.—Hasta te oyes diferente, hermanito —bromeó—. ¿Fue con tu linda pelirroja? —Miré hacia el baño y aún se oía la ducha corriendo, así que me puse de pie y mire la maravillosa vista que me ofrece el gran ventanal de la habitación. Suspiré.—Han pasado algunas cosas que posiblemente te van a inquietar —respondí, sin contestar a su pregunta.—¿Qué esperas para decirme?—Lindsay está aquí —mencioné y se hizo un silencio. Lo escuché refunfuñar y maldecir a lo lejos, intentando tapar el auricular de su celular.—Por favor, dime que no los has utilizado con ella, porque ya mismo viajo a golpearte…
~•⊰ Mike ⊱•~Ambos mirábamos por el gran ventanal que llenaba de luz nuestra habitación. Aún con nuestras respiraciones agitadas, la abracé a mi cuerpo y le dejé un beso en la coronilla.—¿Sabes dónde es el próximo destino? —preguntó con curiosidad. Se levantó un poco, apoyando su peso sobre el codo, sosteniendo su cabeza con la mano, mientras con la otra, me recorre el vientre distraídamente.—Si no me equivoco, es a Budapest —respondí, tomando el celular, donde tenía el mapa del recorrido—. Efectivamente, es a Hungría —indiqué, enseñándole el mapa.—Debo decir que Viena ha sido el mejor destino de todos —confesó. Sonreí.—¿Ah, sí? ¿por qué? ¿algún hito en particular? —Sonrió con picardía y sin contestar, me dejó un rápido beso en los labios, para caminar hacia el baño, sin importarle su desnudez.La seguí con la mirada, embobado, hasta que se detuvo frente a la puerta del baño, volteó coqueta, me guiño un ojo y entró. Tras esa clara invitación, sentí mi hombría respingar entre mis p
~•⊰ Sandy ⊱•~“Noche tras noche, su largo y castaño cabello, su piel blanca como la porcelana; sus turgentes y regordetes labios; la dulzura de su voz y sobre todo, su preciosa sonrisa, lo visitaban en sueños, donde podía disfrutar de su cercanía, sabiéndola suya. Añoraba llegar a casa, cenar y desearles las buenas noches a su madre, hermana e hijo para cerrar los ojos y volver a verla. Así fue, hasta que esa noche el destino tenía preparada otra cosa para Hugo: el copioso llanto de su pequeño hijo, interrumpió sus sueños y frustrado decidió que haría algo para volver a ver a la preciosa y misteriosa mujer que veía cada noche en sus sueños. Así que mientras paseaba a Francesco de un lado a otro, se prometió a sí mismo, que iría en busca de aquella mujer y se daría la oportunidad de enamorarla y volver sus sueños realidad.Aquella noche, impaciente ante el retraso de Mateo, Lucia no podía pegar un ojo. Hace días lo notaba frío y distante, cosa que atribuía a sus extenuantes horas de t
~•⊰ Sandy ⊱•~Llegamos a los “Baños Széchenyi”, que están dentro del hermoso parque central de la capital.Después que nos han dado las indicaciones, nos separamos en grupos de hombres y mujeres, pues debíamos pasar a los vestidores para cambiarnos de ropa.Xavier y Román nos habían entregado unas pulseras con las cuales teníamos acceso a unos casilleros para guardar nuestras pertenencias y con los que teníamos acceso al interior del recinto.—¡Pero qué guapas, todas! —exclamé animada, cuando nos reunimos en la sala común, en el vestidor de mujeres.Stacy me agarró del brazo, juntándonos con Andrea y Maggie, así que salimos de los vestidores, para reunirnos con los demás. Al salir un tipo de recibidor central, los hombres nos esperaban poco antes de entrar a una de las piscinas centrales.—¡Creo que me va a dar algo! —exclamó Stacy a mi lado, poniendo la mano sobre su corazón, deteniendo la marcha abruptamente.—¿Qué pasó? ¿estás bien? —Asintió con una sonrisa, mientras se echaba aire
~•⊰ Mike ⊱•~Me sorprendí de mí mismo cuando la piel se me crispó, mientras el rubio lanzaba toda su galantería y labia con mí pelirroja. Algo se removió en mi interior y me hizo acercar a ellos para reclamarla como mía, y, a pesar de que me caracterizo por siempre ser pacífico y tranquilo, esta vez no sé lo que me ocurrió, pero debía dejar en claro que Sandy estaba conmigo.La había estado buscando, ya que estaba tardando más de la cuenta en volver y como el resto del grupo seguía entretenido viendo el espectáculo de baile tradicional, salí a la terraza del crucero, donde la encontré con aquel chico, logrando que mis alarmas saltaran.Decidí intervenir y arriesgándome a que Sandy se molestara conmigo, corrí al joven de su lado.—¿Posesivo? —preguntó divertida.—Muy —respondí. Vi la sorpresa en su mirada y le torcí una sonrisa.—No me lo esperaba de ti —murmuró. La volteé y la pegué a mi cuerpo.—Yo tampoco —confesé, tomándola del mentón y besándola con urgencia, pues lo que acababa d
~•⊰ Mike ⊱•~La mañana había sido bastante intensa, ya que despertamos apurados para vestirnos y encontrarnos con el grupo que nos esperaba temprano para desayunar en una de las cafeterías más recomendadas de Budapest, llamada Szimply.Desde ahí caminamos hacia el barrio judío, hasta llegar a la Sinagoga Dohány. Justo detrás de ésta, se encuentra el “Árbol de la Vida”, un monumento con la forma de sauce de metal con los nombres de muchas de las víctimas del Holocausto.Por supuesto, nos contaron parte de la historia del lugar, repasando los hitos históricos y detalles técnicos de cada construcción o monumento que recorríamos.Cinco minutos después, caminamos desde la sinagoga hasta el “Amazing Metal Art Gallery”, donde prácticamente los hombres alucinamos al ver cada pieza de arte construida en metal, aunque las chicas también disfrutaron de la experiencia, tomándose muchas fotografías.El microbús nos recogió a la salida de la galería y nos llevó hasta la fortaleza llamada “Bastión