~•⊰ Mike ⊱•~Ambos mirábamos por el gran ventanal que llenaba de luz nuestra habitación. Aún con nuestras respiraciones agitadas, la abracé a mi cuerpo y le dejé un beso en la coronilla.—¿Sabes dónde es el próximo destino? —preguntó con curiosidad. Se levantó un poco, apoyando su peso sobre el codo, sosteniendo su cabeza con la mano, mientras con la otra, me recorre el vientre distraídamente.—Si no me equivoco, es a Budapest —respondí, tomando el celular, donde tenía el mapa del recorrido—. Efectivamente, es a Hungría —indiqué, enseñándole el mapa.—Debo decir que Viena ha sido el mejor destino de todos —confesó. Sonreí.—¿Ah, sí? ¿por qué? ¿algún hito en particular? —Sonrió con picardía y sin contestar, me dejó un rápido beso en los labios, para caminar hacia el baño, sin importarle su desnudez.La seguí con la mirada, embobado, hasta que se detuvo frente a la puerta del baño, volteó coqueta, me guiño un ojo y entró. Tras esa clara invitación, sentí mi hombría respingar entre mis p
~•⊰ Sandy ⊱•~“Noche tras noche, su largo y castaño cabello, su piel blanca como la porcelana; sus turgentes y regordetes labios; la dulzura de su voz y sobre todo, su preciosa sonrisa, lo visitaban en sueños, donde podía disfrutar de su cercanía, sabiéndola suya. Añoraba llegar a casa, cenar y desearles las buenas noches a su madre, hermana e hijo para cerrar los ojos y volver a verla. Así fue, hasta que esa noche el destino tenía preparada otra cosa para Hugo: el copioso llanto de su pequeño hijo, interrumpió sus sueños y frustrado decidió que haría algo para volver a ver a la preciosa y misteriosa mujer que veía cada noche en sus sueños. Así que mientras paseaba a Francesco de un lado a otro, se prometió a sí mismo, que iría en busca de aquella mujer y se daría la oportunidad de enamorarla y volver sus sueños realidad.Aquella noche, impaciente ante el retraso de Mateo, Lucia no podía pegar un ojo. Hace días lo notaba frío y distante, cosa que atribuía a sus extenuantes horas de t
~•⊰ Sandy ⊱•~Llegamos a los “Baños Széchenyi”, que están dentro del hermoso parque central de la capital.Después que nos han dado las indicaciones, nos separamos en grupos de hombres y mujeres, pues debíamos pasar a los vestidores para cambiarnos de ropa.Xavier y Román nos habían entregado unas pulseras con las cuales teníamos acceso a unos casilleros para guardar nuestras pertenencias y con los que teníamos acceso al interior del recinto.—¡Pero qué guapas, todas! —exclamé animada, cuando nos reunimos en la sala común, en el vestidor de mujeres.Stacy me agarró del brazo, juntándonos con Andrea y Maggie, así que salimos de los vestidores, para reunirnos con los demás. Al salir un tipo de recibidor central, los hombres nos esperaban poco antes de entrar a una de las piscinas centrales.—¡Creo que me va a dar algo! —exclamó Stacy a mi lado, poniendo la mano sobre su corazón, deteniendo la marcha abruptamente.—¿Qué pasó? ¿estás bien? —Asintió con una sonrisa, mientras se echaba aire
~•⊰ Mike ⊱•~Me sorprendí de mí mismo cuando la piel se me crispó, mientras el rubio lanzaba toda su galantería y labia con mí pelirroja. Algo se removió en mi interior y me hizo acercar a ellos para reclamarla como mía, y, a pesar de que me caracterizo por siempre ser pacífico y tranquilo, esta vez no sé lo que me ocurrió, pero debía dejar en claro que Sandy estaba conmigo.La había estado buscando, ya que estaba tardando más de la cuenta en volver y como el resto del grupo seguía entretenido viendo el espectáculo de baile tradicional, salí a la terraza del crucero, donde la encontré con aquel chico, logrando que mis alarmas saltaran.Decidí intervenir y arriesgándome a que Sandy se molestara conmigo, corrí al joven de su lado.—¿Posesivo? —preguntó divertida.—Muy —respondí. Vi la sorpresa en su mirada y le torcí una sonrisa.—No me lo esperaba de ti —murmuró. La volteé y la pegué a mi cuerpo.—Yo tampoco —confesé, tomándola del mentón y besándola con urgencia, pues lo que acababa d
~•⊰ Mike ⊱•~La mañana había sido bastante intensa, ya que despertamos apurados para vestirnos y encontrarnos con el grupo que nos esperaba temprano para desayunar en una de las cafeterías más recomendadas de Budapest, llamada Szimply.Desde ahí caminamos hacia el barrio judío, hasta llegar a la Sinagoga Dohány. Justo detrás de ésta, se encuentra el “Árbol de la Vida”, un monumento con la forma de sauce de metal con los nombres de muchas de las víctimas del Holocausto.Por supuesto, nos contaron parte de la historia del lugar, repasando los hitos históricos y detalles técnicos de cada construcción o monumento que recorríamos.Cinco minutos después, caminamos desde la sinagoga hasta el “Amazing Metal Art Gallery”, donde prácticamente los hombres alucinamos al ver cada pieza de arte construida en metal, aunque las chicas también disfrutaron de la experiencia, tomándose muchas fotografías.El microbús nos recogió a la salida de la galería y nos llevó hasta la fortaleza llamada “Bastión
~•⊰ Sandy ⊱•~Desde que conozco a Mike, nunca lo había visto reírse tanto como hoy y eso me tenía más que encantada. Disfrutar de su risa varonil y ver su hermosa sonrisa, era mi pago. Saber que era quien le proporcionaba una pequeña cuota de felicidad al día, me hacía sentir importante y útil.Que este engaño, al menos, sirva de algo bueno —Me repetí, intentando convencerme de que todo entre los dos iría bien, pero luchando contra lo que mi corazón quería gritar a los cuatro vientos, sobre todo ahora, que me encontraba sobre su tonificado cuerpo, disfrutando de sus suaves y carnosos labios.Me estaba volviendo adicta a los besos de Mike. Si con tan solo sentir sus labios sobre los míos, mi piel se erizaba por completo y me hacía perder la voluntad. Sus besos siempre demandantes, pero nunca atarantados; su lengua suave, siempre acariciando y recorriendo, encendiéndome por completo. Y si lo pensaba bien, estar así, aquí, con él, me hacía sentir cómoda y segura. Sabía que nada malo me p
~•⊰ Sandy ⊱•~La señora Roberts comenzó a reírse como si le hubiesen contado un chiste muy bueno, acompañada de su esposo, que se reía sin entender el porqué.—Qué graciosa, linda —dijo entre risas—. Mi querido Mike ya está casado, ¿verdad, Mike? —preguntó y miré a Mike un tanto desconcertada, pues no es algo que él me hubiese contado y me estaba poniendo algo nerviosa.—¿Te casaste con Megan? ¿Megan Wilson? —preguntó una asombrada Lindsay, que seguía inmiscuida entre nosotros.—No hay otra Megan, la hermana pequeña de Ray —respondió la madre de mi compañero, que seguía sin reaccionar. Le di un apretón en la mano, llamando su atención y me miró, suspiró pesado y aclaró su garganta.—No me casé con Megan, madre —respondió al fin.—¿¡Pero cómo…!? —exclamó la mujer, que por cierto, no conoce la palabra discreción, pues tenemos a todo el grupo al pendiente de la conversación, incluso algunos otros comensales.—Si me permiten —interrumpí—, ¿por qué no hablamos de esto en otro sitio? —suger
~•⊰ Mike ⊱•~—No se muevan, se ven preciosos —dijo una voz que ya se me hace bastante conocida, por lo que dejamos de besarnos y nos encontramos con la picara sonrisa de Heather—. Ya les decía yo, que no se les haría difícil y se les daría natural, ¿verdad que sí, viejo? —preguntó a su marido.—Como siempre, tienes la razón, querida —respondió Geoffrey.—Me siento observada —murmuró Sandy entre risas, que aún estaba entre mis brazos.—Se acostumbrarán. Después de todo, eres mi prometida —respondí coqueto, guiñándole un ojo y sonrió—. Espero que me envíe esa imagen cuando pueda, Heather —dije, al acercarme al matrimonio mayor, junto a Sandy.—Sin duda, hijo. Ya les tomamos varias, ¿cierto, viejo?—Le estamos agarrando la maña a este aparato —agregó el hombre.—Cualquier cosa, siempre nos pueden preguntar —sugirió mi linda pelirroja.Retomamos la marcha, dejando el bonito mural de John Lennon, para devolvernos hacia el Puente Carlos, el cual volvimos a atravesar hacia Ciudad vieja.—Ést