~•⊰ Mike ⊱•~—¡Tengo que ir por ella! —Solté del abrazo a la pobre Úrsula, que no entendía nada. Me dirigí a la puerta, con el propósito de salir a toda velocidad.—¡Mi niño, sus panqueques! —exclamó y me frené en seco, antes de salir.Mi celular sonó, con el recordatorio para la reunión que tenía con el señor Robinson en unos minutos más y bufé, pues estaba tan excitado por todo, que no tenía idea de lo que estaba haciendo.—Estoy tan emocionado, que no sé ni lo que hago, Úrsula —La mujer se rio y negó, poniendo frente a la isla el plato con los panqueques.—Será mejor que coma algo, mi niño. Con el estómago lleno, ordenará mejor sus ideas —Me dio unas palmadas en el brazo cuando me senté para comenzar a comer, y siguió lavando los utensilios que había utilizado, sin decir más.Lo único que tenía en mente, era a mi linda pelirroja y una dirección donde podría encontrarla, aunque igual seguía intrigado por lo de su número telefónico, así que tomé mi celular y volví a insistirle a Romá
~•⊰ Mike ⊱•~Casi cuatro horas después, me encontraba haciendo escala en el Aeropuerto Internacional John F. Kennedy (JFK), en Nueva York. Tendría que esperar una hora para tomar el nuevo vuelo, así que caminé hacia la sala de embarque y no me moví más de ese lugar, hasta que volviera a abordar.Aproveché de comer algo y de hablar con Fred, pidiéndole que me hiciera una reserva en un hotel en Cambridgepara tener donde llegar, darme un baño y salir en la búsqueda de mi linda pelirroja.“British Airways anuncia la llamada del vuelo A trescientos diecinueve, con servicio directo al Aeropuerto de Londres-Heathrow (LHR). Embarque por la puerta dos”.Me paré como si hubiese un resorte en el asiento, ya que el tiempo se me había hecho eterno, así que con rapidez me acerqué para abordar.Busqué mi asiento y agradecí que en esta oportunidad me tocara solo, con un acompañante en el frente. Tras unos minutos de espera, un aeromozo se acercó.—Buenas noches, mi nombre es Jensen y yo los atenderé
~•⊰ Sandy ⊱•~Me bajé del taxi, caminé por el bonito sendero y toqué el timbre. Esperaba no ser imprudente al haber venido sin avisar.—¡Sandy, hija! —exclamó Heather sorprendida, abriendo completamente la puerta. Limpió sus manos en el mandil que llevaba puesto y me recibió con un abrazo.—Perdón por haber venido sin avisar, espero no interrumpir —respondí.—Claro que no, linda. Pasa, por favor —Pidió y sentir el aroma a comida casera, abrió mi apetito, dándome cuenta que llegué en mal momento—. ¡Viejo! ¡Mira quién está aquí! —exclamó entusiasmada, por lo que a los pocos minutos apareció un sorprendido Geoffrey.—Buen día, Geoffrey —Saludé.—¡Qué bonita sorpresa, linda! —dijo entusiasta.—Vamos, viejo, ve a buscar otros cubiertos y pone un puesto más en la mesa —ordenó Heather y negué.—Por favor, no se preocupen por mí —Pedí—. No me di cuenta la hora que era cuando venía hacia acá. No quisiera molestar.—No es ninguna molestia, hija. Será un placer que nos acompañes para almorzar —r
~•⊰ Sandy ⊱•~Cuando cortamos el beso, Mike me alza y grito de felicidad, pues lo que tanto había anhelado, estaba sucediendo ya y mi corazón amenazaba por salirse de mi pecho en cualquier momento.Abro los ojos y veo a mi familia aguardando a un costado, mirándonos con sorpresa.—Mike… —susurré, consiguiendo que me deje delicadamente en el suelo, dándome un tierno beso en la frente y mirándome con todo el amor del mundo, consiguiendo que las mariposas en mi estómago no se detengan—. Mi familia está aquí —advertí, rompiendo el bonito momento.—Es momento de dar la cara, como lo hiciste tú tantas veces conmigo —Me guiñó un ojo y tras pellizcarme con cariño el mentón, me tomó la mano y me siguió hacia donde mis padres.—Familia —dije, aclarándome la voz—. Aquí está el culpable por que me tengan de nuevo a este lado del charco —expliqué y mi madre no pudo contener la emoción, ya que había hablado con ella, contándole todo entre Mike y yo.—Buenas tardes a todos —dijo Mike—. Soy Mike Robe
~•⊰ Mike ⊱•~Una semana después, volábamos rumbo a Austin, ya que tenía temas que solucionar en la oficina y por supuesto, ir a visitar a Ray para presentarle oficialmente a Sandy, ya que aún no le contaba nada de todo lo que había ocurrido en estos días.Había acompañado a Sandy a la editorial, donde la recibieron muy bien y le dejaron las puertas abiertas para lo que ella quisiera. Se le veía feliz y realizada, lo que me hacía sentir más vivo que nunca, sobre todo, porque sus logros son los míos también.Su familia es un caos, pero a la vez son increíbles personas. Me sentí tan bien acogido, que no fue difícil encariñarme con cada uno, pues durante todos esos días compartimos y les contamos anécdotas del viaje y de cómo nos fuimos enamorando Sandy y yo.Fue gracioso cuando, al fin, Sandy llamó a sus amigas y las puso en contexto de todo lo que había ocurrido hasta nuestro encuentro. Les enseñó el dedo con el anillo y estallaron en gritos de alegría, felicitándonos a ambos y haciéndo
~•⊰ Mike ⊱•~Sandy estaba encantada con cada espacio de la casa y me sentía como en un sueño, mientras la miraba recorrer con entusiasmo cada rincón. Estaba seguro que esta era la indicada y por lo mismo la había dejado para el final, pero necesitaba la confirmación de mi linda pelirroja, quien había subido, otra vez, para mirar el segundo piso, pues quedó fascinada con las vistas al mar.Después de hablar con el señor Tanner con respecto al pago y la fecha de entrega en caso de que Sandy me diera el visto bueno, me preocupé al notar que mi linda pelirroja estaba tardando mucho en bajar, así que subí a buscarla.—Sandy, amor —La llamé, pero no me respondió.Aproveché de darle otro vistazo a las habitaciones y cuando salí al balcón de la habitación principal, la vi desmayada en el suelo. Mis alarmas saltaron de inmediato y corrí para socorrerla.—¡Sandy, mi amor! —Verifiqué que no se hubiese golpeado y tomé su pulso, que por suerte estaba normal.Llamé una ambulancia y la tomé en brazo
~•⊰ Sandy ⊱•~Habían pasado dos largos y horribles meses, ya que, como si fuese una mala broma del destino, a los días de volver de Nueva York, comencé con las benditas náuseas del embarazo, las cuales todavía no me han abandonado por completo, pero al menos ahora, me dejan vivir un poco más en paz, aunque no me debería quejar, porque Mike me consiente demasiado y me ha acompañado cada vez que debo devolver el estómago, mientras con todo el amor del mundo, sujeta mi cabello y me acaricia la espalda. Lo amo demasiado.Lo más increíble, ocurrió un día que estábamos tranquilos en casa, recostados sobre el sofá viendo una película y sonó el timbre. Mike se levantó a ver de qué se trataba y nos sorprendimos al ver a sus padres, que venían a saludar. Mi primera impresión, fue que me odiarían al volverme a ver tras haberles dicho tantas verdades en la cara, pero me llevé una grata sorpresa cuando ambos me abrazaron con cariño para saludarme y me agradecieron por cada palabra que les había di
~•⊰ Sandy ⊱•~Los invitados continuaban aplaudiendo y tirándonos pétalos de rosas, mientras Mike y yo caminamos sonrientes hacia la zona donde nos tomarían algunas fotografías para el recuerdo.Cuando llegamos a la recepción, las felicitaciones y los saludos no se hicieron esperar. Stacy, Andrea y Maggie, aún seguían sin palabras por nuestra boda y nos dieron la bonita noticia de que Andrea y Ryan, se casarían el próximo año. Joseph y Mildred estaban tan sorprendidos como los demás, pero felices por nosotros, y por último, ver a los señores Sherewood emocionados por nuestra unión y más aún, con la noticia de que seríamos padres, logró robarme algunas lágrimas de emoción.La comida estuvo maravillosa. Ver a todos nuestros seres queridos en un mismo lugar, felices y disfrutando, era impagable, pero más lo era saber que ahora mi vida estaría unida a la de Mike, pues si había algo que tenía claro, era que estaríamos juntos hasta que la muerte nos separe.Tras hacer una ronda por las mesas