Cafecito
Cafecito
Por: Maya Briceño
PRÓLOGO

"El café es un bálsamo para el corazón y el espíritu"

(Guiseppe Verdi)

— ¡Fuiste tú! Claro cómo no saberlo, si tú... Siempre habías sido tú  — le digo llorando, abrazando mi propio cuerpo  y limpiado las lágrimas que caen por mis mejillas.

— No se lo puedes decir a nadie — me dice. Suspiro tratando de entender porque lo hizo y entro en un estado de shock — ¿Sabes lo que me harían? Me van... — se desespera intentando agarrar mis manos pero no quiero y me alejo Pero cada vez que intento retroceder se acerca más y me asusta, en este momento me asusta estar aquí.

— Te matarían — termino la frase tan segura de que lo digo es en serio.

— Yo lo hice porque me lo pidieron, fue difícil escoger pero tuve tiempo de planearlo y que nadie sospechara de mí, pero créeme yo no... — dice entre sollozos. Sigo intentando alejarme pero camina hacía mi evitando perder el contacto visual conmigo, como si tuviera que matarme a mí también para que no hable. Esto me asusta, estoy asustada — Yo no quería, yo lo amaba igual que todos. Incluso creo que hasta más, era mi todo pero me hizo decidir y me... — sigue diciendo, piensa que le creo

— ¡NOOOO! — interrumpo, gritando antes de que siga — No los amabas ¡Los mataste! ¡Los heriste! Como si fueran un objeto sin importancia, si amas a una persona no le haces daño.

— ¡¿QUÉ?! — dice y grita tan fuerte que hace que me asusté mas

— Dime ¿Por qué? Porque me lo dijiste — le digo dejando de sollozar. Quiero que alguien me ayude, me encerró aquí.

— Jugabas a la detective, te crees mejor que nosotros pero somos tu familia no tu competencia y yo no podía dejar que te llevaras el premio mayor, yo tenía que hacer algo por esta puta familia y fui a donde ellos, lo consulte con ellos y ¿Sabes que me dijeron? Me dieron dos opciones, dos malditas opciones como si fuera tan fácil para mí y creyeron que no podía ¿Por qué? Porque tú eres mejor que yo pues no  — lo dijo tan rápido que no me deja pensar necesito pensar cómo salir de aquí, necesito salir de aquí.

Miro a todos lados pero no logró ver nada está tan oscuro aquí solo una vela que ya no le falta mucho para apagarse  y la brisa se hace más fría, necesito concentrarme y dejar el miedo o no saldré viva de aquí

— ¿Dos opciones? — pregunto nerviosa.

— Matarte a ti o matarlos a ellos, pero ves lo que me hicieron hacer, los maté y ahora solo me faltas tú para que esto se ponga mejor, ¿No crees? No harás falta sólo serás una menos y entre menos bocas más comida ¿No es cierto? No es lo que siempre dices, tan ingenua que eres que nunca te diste cuenta  — habla, sospeche pero era muy tonta para pensar tan lejos.

De pronto agarra un cuchillo, desconcentrada y con los pensamientos revueltos que ni me di cuenta ¿Me va a matar? Reacciona por Dios, sal de aquí ahora

— ¿Qué haces? Tú no puedes, tú me amas y tú... — le digo aterrada.

— Cállate — me dice y me agarra fuerte del brazo pero logro soltarme de un tirón, camino hacia atrás y voy tropezando pensando que en cualquier momento caeré, si salgo corriendo no hay manera de salir éste cuarto solo tiene una salida y es la puerta ¿Qué hago? Necesito ayuda. Empiezo a llorar pero me vuelve agarrar del brazo

— ¡PARA! — le grito, me empieza a jalar y aprieta más mi brazo me está lastimando — ¡PARAAA! — vuelto a gritar pero cada vez está más cerca y siento su cara en la mia, me empuja hacia la pared y no veo manera de soltarme

No quiero morir.

— QUÉ PARESSS — grito tan fuerte y lloro aún más pero sigue sin decir nada solo me mira fijamente y de pronto...

¡PLO! ¡PLO! sonido de un rifle

El café es una bebida caliente viciosa e incontrolable cuando la conviertes en tu prioridad de cada día, si la combinas te puede incentivar hacer cosas que no quieres dejar que controle tu cerebro y tus impulsos.

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