Inicio / Romántica / Cafecito / 6. Una taza de café con una gota de sangre
6. Una taza de café con una gota de sangre

"La vida comienza después de un café" (Anónimo)

(...)

2:32 pm

Estaba en mi cuarto pero ahora debo bajar a despedir a mi tía Rose la esposa de mi tío Matteo que debe volver a Miami porque su madre enfermó, Mattias se va con ella y Raquel se quedará con mi tío.

Yo iba caminando por el pasillo para dirigirme a las escaleras, pero escucho a alguien llorar y me detento, creo que viene del cuarto de mi tía Katty

La puerta está entre abierta

— ¡¿Kelly?! — está llorando parada frente al espejo con la manos cubriendo su rostro

— ¿Eloise? — me mira por el espejo

— ¿Por qué lloras? — le pregunto

— No es nada, vete estoy bien

— Kelly...

— ¡Que te vayas! ¿No entiendes? — limpia las lágrimas con las palmas de su mano y empieza a caminar hacia mí — ¡Vete! — me grita y de un empujón tira la puerta en mi cara.

— ¡Kelly! — le grito a través de la puerta — ¿Que sucede?

— Vete, Eloise — empieza a llorar de nuevo puedo oírla — ¡Por favor!

— Me quedaré aquí, Kelly

— No debes ir a resolver un caso, Abogada

¿Qué? ¿Cómo sabe que yo estoy?

— Kelly, déjame entrar

— No te hagas la buena porque no lo eres

— Kelly, quiero ayudarte — oigo que viene hacia la puerta

— ¿Qué haces, sobrina? — la voz de mi tía detrás de mi hace que Kelly deje de caminar — Ella dijo que te fueras y sigues aquí

— Tía Katty yo... — me volteo para verla

— Andando, sobrina, te llaman abajo — me quedo parada de brazos en la puerta

— Yo me hago cargo, mi amor — me dice y pasa una de sus mano por mi cabello — Solo son niñadas con su novio ¿Verdad, Kelly? — Kelly no responde.

Me quito de su camino y me dirijo abajo

— ¡Eloise! — Mattias corre hacía mi para abrazarme — No quiero irme ¡Ayúdame! — susurra en mi oído

— Ella no podrá convencerme, debes aprovechar y visitar a tu abuela — le dice mi tía Rose

— Pero mamá y Raquel si puede quedarse, es injusto — le responde Mattias

Camino y nos juntamos al grupo en él está mi padre, mi tío Matteo, Raquel y mis abuelos.

— Ya es hora — dice Rose

Y empieza a despedirse de todos

— Si puedo enviar un avión por ti lo haré, bebecito llorón — le susurro al oído a Mattias y le doy un abrazo — Que les vaya bien — les digo y abrazo a mi tía

— Vamos los acompaño afuera — le dice mi tío Matteo y salen por la puerta con las maletas en mano

Mis abuelos los siguen hacia afuera igual que mi padre

(...)

— Señorita Eloise — doy un salto por el susto que me ha dado esté hombre

— Raúl

— ¿Todo bien?

— Solo tomo aire fresco es todo

— ¿Quiere que la ayude abrir?

— No, ¿Sabes qué? Ya me iba

— Bien cono usted diga señorita Eloise — camino en dirección a la casa de nuevo.

— Señorita quería informarle que ya solo quedamos 5 trabajadores — habla Raúl haciendo que me detenga

— ¿Los otros dos?

— Su abuelo los despidió esta mañana, su abuelo no quería que lo supiera pero…

— Gracias Raúl, vuelve a tu trabajo — se va y yo me dirijo a buscar a mi abuelo debo saber porque lo hizo.

(..)

— Pero ¿Por qué no me dijiste?

— Hija, ya te dije que lo resolvería yo, no es tu problema

— No dejaré de ayudarte ¿Entiendes?

— Sé que tienes miedo y sé que hasta ahora no has conseguido hacer nada por el miedo que llevas dentro

— Abuelo...

— Tuve que hacerlo

— Te quedarás sin empleados

— ¿Y qué más puedo hacer? — nos quedamos en silencio, estamos los dos solos en su oficina discutiendo y hasta ahora no va nada bien

— ¿Y si no es uno de los empleados?

— ¡¿Qué?!

— Abuelo y si tal vez

— Es alguien de la familia — mi abuelo completa la oración

— ¡Sí!

— Hija, ¿Sabes lo que acabas de decir? — me deja pensativa — Olvídalo, no puede ser alguien de la familia

¡Ping! ¡Ping! suena un celular

Número desconocido: Por cierto haces linda pareja con Marc, mi quería Eloise

Me están vigilando es, paranoica me levanto y me asomo a la ventana que hay aquí en la oficina pero no logro ver a nadie. Me están vigilando, abro la puerta de la oficina y nada en el pasillo.

¿Quién eres número desconocido?

(...)

8:00 p.m.

—Eres muy cobarde, sobrina — dice mi tía Katty riendo ya pasada de trago, haciendo que todos rían

— ¡Toma! ¡Toma! — repiten todos los que están aquí.

Estamos algunos sentados aquí afuera de la casa tomando algunos tragos para relajarnos, yo no he tomado poco a comparación de los demás; estoy molesta con mi abuelo, él lo único que hace es mirarme y no decirme nada porque sabe que estoy molesta con él  y también estoy preocupada por el número desconocido que me escribe pero no puedo encerrarme y dejar que los demás se den cuenta de lo que está pasando

Yo estoy sentada en el medio de mis primos Mario y Marco, Mario me rodea con su brazo sobre mi cuello y Marco solo tiene una mano puesta en una de mis piernas. Kelly esta con Raquel y Elisa en otra silla en la que pueden entrar las tres, así como también están con nosotros mis tíos, mi tía Katty, mi abuelo y mi padre. Mi madre está adentro con mi abuela, al parecer se sentía mal.

— ¡Eso! — gritan casi todos al ver que Elisa si se toma el shot de tequila que le pasa mi papá a Elisa.

— Si continuamos así nadie va poder con su vida mañana — y todos ríen al escuchar mi absurdo comentario.

— Sigues tú, cariño — dice mi padre con una risa burlona,  yo niego con la cabeza y tapo mi boca con las manos, pero mi tío Matteo le quita la botella de las manos a mi padre.

— Un padre no debe darle alcohol a su hija, eso no es bien visto, hermano — le dice mi tío Matteo a mi padre y mi padre solo se le queda viendo — Debe hacerlo su tío buena onda — y todos ríen al igual que yo.

Agarro el pequeño vaso de shot y me lo tomo de un trago, es un trago que quema mi garganta y baja por ella dejando un calor quemador.

Ha sido un día agotador aunque esté aquí tratando de despejar mi mente es lo menos que hago y solo quiero descansar. Me levanto de mi silla para caminar, nadie le dio importancia así que más rápido me alejo.

Quiero tomar aire fresco antes de irme a dormir,  entre más me alejo del grupo menos escucho las voces de mi padre y mi tío Matteo cantando con tanto alcohol en su sistema como para no recordarlo mañana, aparte del café, el alcohol es la siguiente bebida en la familia. Camino en dirección al cobertizo que está muy retirado de donde están todos para despejarme pero...

¿Qué es eso?

Escucho ruidos que parecen ser ¿Gemidos?

Camino un poco más, cada vez los escucho más fuerte ¿Quiénes serán? Ya casi detrás del cobertizo y me quedo paralizada detrás de un pequeño arbusto ante el asqueroso acto frente a mí.

¿Es mi tía Elis?

¿Con Bruno?

¿Qué es esto?

Parece que no se han dado cuenta de que estoy aquí porque todo está un poco oscuro así que me retiro lentamente sin hacer ruido pero sé que son ellos.

Pobre de mí tío.

Que sucia es mi tía, ya sabía que era así mi tío debe saber todo lo que hace pero se hace él que no y mis primos ni hablar la que no debe saber es Elisa. Pero lo que no entiendo es que primero la veo hablando con Marc sobre un plan que aun no entiendo y ahora se acuesta con Bruno, el hermano de Marc.

¿Qué ocurre aquí? No entiendo, necesito saber qué pasa. 

Camino hacia el frente de la casa tratando de evitar volver al grupo que están bloqueando la entrada de atrás.

¿Qué hago? ¿A quién le puedo contar lo que vi? ¿Quién me puede ayudar?

— Disculpa, Eloise — Marc choca conmigo, me agarra de los hombros y puedo sentir sus manos frías.  

Iba tan concentrada en lo que acabo de ver que no lo había visto venir. Me echo para atrás y quito sus manos de mis hombros.

— Discúlpame, yo ni lo había visto — digo algo nerviosa.

— Tan invisible me volví para usted — me dice, yo solo lo miro — No, Eloise, fui yo que no iba viendo para adelante.

— ¿Ya no soy señorita? Volví a ser a Eloise

— Si quiere que la llame señorita lo haré, pero Eloise…

— ¿Tú que haces aquí, Marc? — se muerde el labio inferior ante mi pregunta — Deberías estar donde sea que duermes.

—  Tengo una casa en el pueblo, y para que sepa la disculpo por lo del Café.

— ¡Como sea! — exclamo — No le estoy pidiendo disculpa por eso, ahora dígame ¿Que hace aquí?

— Estoy buscando a mi hermano — me dice — ¿Lo has visto?

— No, claro que no — miento — ¿Que hace aquí él? Se supone que los trabajadores ya deberían estar durmiendo y no aquí…

— Si eso lo sé, él venía a buscar algo así que lo traje pero ya ha tardado mucho…

No le digo nada, solo me quedo en frente de él viéndolo fijamente.

— ¿A dónde vas? — me pregunta y cruza las manos en su pecho.

— No es de su incumbencia, Marc — cuando intento irme él me lo impide, me sujeta del brazo y me devuelve al lugar en donde estaba — Voy a dormir, Marc — le respondo, le doy una sonrisa sarcástica — ¿Me deja?

— Por aquí no queda tu cuarto — se ríe

— Que gracioso eres — me suelto de su agarre.

— Deje de evitarme, Eloise, en todo el día no la vi y solo pensé que trataba de evitarme, no estoy molesto con usted creo que usted tampoco debería  estarlo.

— No puedo hablar con una persona que no me dice la verdad y que ignora mis preguntas

— Yo no…

— Tú nunca haces nada — lo interrumpo.

— Eloise, déjeme hablar ¿Quieres?

Lo ignoro e intento irme de nuevo pero no me deja

— Eloise ¿Que le sucede contigo? Dígame  — quedamos de frente, poco a poco se acercaba a mí — Todo el tiempo quieres pelear y juzgarme haciéndome quedar como el malo pero yo no soy pero no me dejas hablar, y es tan… 

— Yo no hago eso, déjate de tonterías, Marc — interrumpo lo que va a terminar de decir.

— Eloise... — mi nombre suena tan lindo en su voz que hace que me sonroje y sienta cosquillas en mi cuerpo.

¿Qué te sucede, Eloise?

— Eloise, no quiero hacerle daño pero no puedo responder a todo lo que me pregunta — no digo nada — Yo de verdad no quiero hacerle daño, quiero salvarla de esto…

— ¿De qué me quieres salvar? — le pregunto insegura de lo que me dice

Pero no responde y eso hace que entren más dudas en mi cabeza.

Nos quedamos en silencio, viéndonos fijamente, cada vez de acercaba más a  mí que hasta puedo sentir ya su respiración y esta agitada como si algo lo desesperaba como si quisiera decirme algo pero no puede.

¿Qué le pasa a este?

Ya casi tan cerca de mi boca es que logro reaccionar

Debo irme de aquí ¡Ya!

 Sin pensarlo tanto doy media vuelta y empiezo a caminar

— ¡¿No te despides?! — grita Marc.

Lo ignoro y sigo caminando hacia el frente de la casa, quiero alejarme de él, no lo entiendo que intenta hacer ¡Yo no puedo tener sentimientos por Marc!

— ¡Buenas noches, Eloise! — dice Marc, logro escucharlo, me volteo para verlo y me está viendo, me quedo parada e intercambiamos miradas y me despide con una de sus manos. Lo despido igual con unas de mis manos, él se da media vuelta y sigue su camino y yo sigo el mío a mi habitación más confundida que nunca

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo