Hace 5 años

Suspiro algo nervioso ante la idea de hablar de mi pasado con alguien, pero tal vez eso sea lo que necesite para sacar todo esto que llevo dentro y que aún después de tantos años no sé cómo superarlo.

—Está bien Ethan, aunque debo advertirte que mi historia puede cambiar tu concepto de mí, hace unos años no era el mismo qué soy hoy.

—Tranquilo, todos tenemos un pasado, un presente y un posible futuro, y sé perfectamente que en ninguno de los tres tiempos somos los mismos.

—¡Muy bien!, como decir esto, ¡mmm!, mi padre y yo no nos llevamos bien, nunca lo hicimos, él siempre estuvo muy ausente, pero cuando murió mi madre, simplemente todo empeoró, la enfermedad de mi hermana era una de esas cosas y las demás son cosas de las que no quisiera hablar. —Le aclaro, por qué no me interesa mostrarme como el pobre hombre al que su padre maltrató de joven.

—Entiendo, no te preocupes, cuéntame lo que creas conveniente. —Suspiro nuevamente para continuar con mi relato.

—Ok, básicamente mi padre organizó toda mi vida, es por eso que estudié leyes en Harvard y aspire a la alcaldía de New York... —Me interrumpe.

—Espera, ¿qué?, eso no lo sabía.

—Bueno, ahora lo sabes. Hay muchas cosas que te sorprenderá saber de mí.

—Pues sígueme contando, la verdad me emociona saber tu historia, se está tornando interesante.

—Si, como te decía, toda mi vida fue organizada por mi papá, hasta con quién me debía casar. —Me interrumpe nuevamente.

—Te entiendo perfectamente.

—¿Qué?, pero si tú y Linda se aman

—¿Y?, eso no quita que haya sido un matrimonio arreglado. —Me sorprende lo que me dice, eso yo no lo sabía. —¡Vamos!, pero no me veas así, la verdad es que ese matrimonio fue lo mejor que me pudo pasar en la vida. —Dice esbozando una gran sonrisa.

—Yo no puedo decir lo mismo, pero la verdad en ese tiempo era un inmaduro que no media las consecuencias de mis actos, mi único propósito era vengarme de mi padre y hacerme cargo de mi hermana.

—Espera, ¿vengarte de tu padre?, ¿por qué?

—Como te dije, hay cosas de las cuales no quiero hablar Ethan

—Está bien, disculpa. Continúa por favor.

—De acuerdo —Suspiro— El tal es que mi vida era todo menos perfecta, a pesar de ser hijo de uno de los más reconocidos políticos de la ciudad.

—Entiendo, pero ¿cuándo aparece la chica que se parece a Linda?

—Jummm —Arrojo una leve sonrisa, por qué su curiosidad me causa un poco de gracia. Tal vez esto de hablar no sea tan malo, es como irse quitando pequeños bultos que formaban un gran peso sobre tu espalda. —Su nombre era Chloe.

—¿Chloe?

—Así es, y mi abuela fue quien la llevó a casa, y Crystal y yo la envolvimos en una situación muy desventajosa para ella.

—Espera, ¿quién es Crystal?

—Mi prometida de ese entonces.

—Ah, ok.

—Como te decía, Crystal y yo hicimos una apuesta, sobre convertir a cualquier chica que ella eligiera en mi sumisa, pues yo era un Dom —Ethan me mira con incertidumbre. —Practicaba el BDSM

—¿Que?, ¿en serio? —Asiento e intento seguir hablando, pero él me vuelve a interrumpir. —¿Sabes algo Damián?, te noto algo tenso con esto, que te parece si vamos a otro lugar y me cuentas con más detalle todo, así tal vez también me puedas dar algunos consejos para practicar algunas cosas con Linda...

—De verdad eres increíble. —Le digo y me río.

—¿Qué?, la verdad es que jamás se me llegó a ocurrir que fueras un Dominante, ahora tengo curiosidad.

—En ese entonces era un canalla.

—Si, todos en algún momento lo fuimos, yo fui uno muy grande. Te parece si vamos por una copa, y vamos a otro lugar donde te puedas sentir más tranquilo a la hora de hablar. —Me quedo pensando un rato

—Está bien, vamos, la verdad si te voy a contar mi pasado necesito no una copa, sino la botella completa.

Decidí tomarme el día libre, invité a Ethan a mi casa, y nos sentamos como dos buenos amigos en el estudio.

—¿Una copa?. —Le pregunto mientras se acomoda.

—Mejor tráete la botella de una vez. —Me responde. Hago caso de su comentario y me acomodo en uno de los sillones frente a él. Nos sirvo el trago, mientras maquino en mi cabeza un montón de recuerdos que empiezan a aflorar.

—¿Estás bien? — Me pregunta Ethan al verme tan pensativo

—Sí, es solo que estoy pensando por dónde empezar, otra vez.

—Que te parece cuando conociste a Chloe. —Sugiere él

—Está bien, bueno, la verdad todo empezó más o menos hace 5 años...

*****

...5 años atrás...

—Está claro que Ava no está bien abuela, sus crisis cada vez son más recurrentes y en vez de mejorar empeora, además me preocupa mucho su estado de ánimo, cada día la veo más desanimada. —Le digo a mi abuela por teléfono, mientras voy en el auto rumbo al capitolio a una reunión del senado.

—Tranquilo Damián, yo también lo había notado, es por eso que he programado un viaje a Londres este fin de semana, quiero que Ava se distraiga, pues el médico dice que está manejando un nivel de estrés bastante alto, y eso influye mucho en sus crisis. Es por eso que quería preguntarte si quisieras ir con nosotras. —Me quedo pensando la propuesta de mi abuela, la verdad no me haría mal un viaje para distraerme, pero tengo mucho trabajo.

—Lo siento abuela, pero no puedo, tengo mucho trabajo atrasado, y como senador debo ser responsable.

—Está bien hijo, entiendo, aunque Ava se pondrá muy triste, pero quizás este viaje la ayude a despejar su mente y a ser más sociable.

—Ojalá abuela, la verdad es que no es bueno que una niña de 15 años como Ava no tenga amigos y sea tan solitaria.

—Mira, quien lo dice. —Me dice mi abuela, refiriéndose a mí, pero a diferencia de Ava a mí me gusta estar solo.

—Muy bien abuela, por favor me avisas apenas lleguen, y por favor organiza un equipo médico y llévate contigo algunas enfermeras, ya sabes que Ava no ha viajado mucho por su condición, no quiero que se vea afectada.

—Tranquilo, confía en tu vieja abuela, a Ava no le pasará nada, yo me encargaré de ella, no llevaré a ninguna de las enfermeras, pues de las coas que más detesta Ava es estar rodeada de ellas

—Mmmm abuela, no estoy seguro, Ava necesita cuidados especiales debido a su afección.

—No, lo que necesita es sentirse libre, sin tantas limitaciones, así que por favor no insistas, es hora de que mi nieta empiece a vivir la vida, así sea de a poco —Suspiro, y no digo nada, mi silencio es suficiente para que mi abuela entienda que acepto que viajen sin el cuerpo médico, aunque no esté muy convencido. Cuelgo y unos 10 minutos después estoy en una de las salas del capitolio reunido con los otros 62 miembros del senado, discutiendo algunas leyes que se deben aprobar o rechazar. Cuando por fin me desocupo, era bastante tarde, pues no es fácil que 63 personas nos pongamos de acuerdo. Reviso mi celular, mi abuela me había hecho varias llamadas y Ava me había dejado varios mensajes, avisándome que habían llegado bien a Londres, quiero hablar con mi hermana, pero justo en ese momento entra una llamada de mi padre, la cual no quisiera contestar, pero esa no es una opción para mí.

—Buenas noches, papá —Digo al contestar la llamada intentando sonar amable, aunque por dentro deteste hasta tener que lidiar con él por teléfono

—Hijo mío, ya no saludas a tu viejo padre. —Dice, e inmediatamente deduzco que está con alguien importante porque está siendo muy amable. —Sé que debes estar cansado, pero el Gobernador Jones, está en casa y queríamos saber si podrías venir, ya que a él le gustaría charlar contigo sobre algunas cosas. —Sabía que ese hombre, tramaba algo, seguramente quiere hacer tratos con ese corrupto de Jones para conseguir su apoyo y usarme como imagen de dichos negocios, pero no pienso ser su maldito chivo expiatorio.

—Lo siento padre, tengo una cita con Crystal, y ya sabes cómo se pone si le cancelo, a no ser que prefieras romper lazos con los Brown. —Al decir esto, puedo escuchar un gruñido a través del teléfono, no lo veo, pero puedo imaginar su cara de enojo. —Pues entonces tráela contigo, pero te quiero aquí. —Me dice muy enojado y cuelga inmediatamente. —Y hasta ahí duró la amabilidad del gran Michael Roberts. «Genial, ahora tendré que llamar a Crystal y pedirle que me acompañe»

Llamo a Crystal inmediatamente.

—¿Donde estás Crystal?, necesito que me acompañes a una cena.

—Damián, primero, tomate la molestia de saludar siquiera, y más si vas a pedir algo, y segundo, no cuentes conmigo, ya tengo planes.

—Pero es que le dije a mi padre que... —Me interrumpe

—No me interesa lo que le dijiste a tu padre, no cuentes conmigo, y menos después de que me abandonaste como tu sumisa y has dejado de tener sexo conmigo, además, tengo hasta el día de mañana para hallar a la chica de nuestra apuesta, lo que menos me interesa en estos momentos es estar en medio del drama que hay entre tu padre y tú.

—Si me ayudas, te doy otra semana

—¿Lo juras?

—Lo juro

—¡Aishhh!, está bien, pasa por mí. —Cuelga y yo me dirijo hacia su casa.

Después de un rato, Crystal y yo estamos en el Penthouse de mi padre, que está justamente arriba del mío, pues cuando empecé a ganar mi propio dinero quise irme de casa, pero él no lo permitió, y mi única opción fue mudarme en el mismo edificio lo más cerca posible para que él pudiera seguir vigilándome.

—Chicos, que gusto que vinieran, los estábamos esperando. —Dice Michael con una gran sonrisa en el rostro, que podía lacerar su boca.

—Hola padre, ¿acaso había otra opción? —Le contesto con esa pregunta delante de todos, y Crystal ríe.

—No te las des de chistosito conmigo, Damián. —Dice mi padre entre dientes y en tono bajo para que solamente yo lo escuche, luego saluda a Crystal, quien muy educadamente le devuelve el saludo. Después de eso, mi padre nos invita a tomar algo.

—¡Ahggg!, no entiendo como lo soportas, tu padre es un fastidio, de vez en cuando deberías aprender a decirle que no. —Dice Crystal a quien nunca le ha caído bien mi padre, pero lo soporta por petición del suyo.

—Lo hago, porque aún no tengo lo que se necesita para enfrentarme a él, así que por ahora pon tu mejor sonrisa.

Durante toda la noche, mi padre y el gobernador se la pasaron hablando de varios proyectos que podrían ser aprobados, y de los cuales podrían obtener varias ganancias monetarias, solo necesitaban a alguien que los pusiera sobre la mesa, y ese alguien era yo.

—No pienso hacerlo, no robaré el dinero que el estado proporciona para mejorar la calidad de vida de la gente.

—Hay por favor muchacho, vamos, no seas mojigato, ¿acaso crees que siendo bueno llegaras a algún lado?, si tú no lo haces otro lo hará. —Me dice el Gobernador Jones. Escuchar su opinión, es algo que me hace enfurecer, Crystal intenta calmarme, aunque no lo consigue, pero afortunadamente en ese momento me llamó Ava, e hizo que no cometiera un error del cual pudiera arrepentirme más adelante. Respiro e intento tranquilizarme.

—Disculpe señor, debo contestar esta llamada. Es importante

—Adelante —Me dice él, y sigue hablando con mi padre.

Me dirijo hacia el balcón, pues no quiero que sepan que los ignoré por hablar con mi hermanita menor, eso seguramente no les agradaría a ninguno de los dos.

—Hola, Ava, ¿cómo estás, cariño?, ¿qué tal Londres?

—Hermano, digamos que bien —Dice algo frustrada

—Como es eso de que "Digamos que bien" —Digo imitando su voz. —¿Acaso no te gustó irte de viaje?

—No es eso, es que... —Hace una pausa y no sigue hablando.

—¿Es que, que, Ava?, ¡Habla ya!

—Es que no quiero más gente cuidándome, creí que este viaje sería para alejarme de todo y alivianar un poco la carga de sentirme tan inútil, que tengo que estar todo el tiempo atendida por enfermeras, pero en cambio, la abuela contrató a Chloe.

—¿Chloe?, ¿quién es Chloe?

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