NOTA: Querido lector, antes de leer este libro, te recomiendo que primero leas mi libro anterior, "Ni contigo, ni sin tí" para que puedas entender la aparición de ciertos personajes. Por otra parte, recuerda que lo que aquí está escrito es producto de mi imaginación, es por eso que algunas cosas no van a concordar con la realidad. Y por último, te advierto que este libro es bastante erótico, basándose en prácticas sadomasoquistas. Un abrazo, y espero lo disfrutes. *** El llanto de Ava me ensordece, está desconsolada frente a la tumba de nuestra madre. No puedo juzgarla, si es difícil para mí, no me imagino lo que será para una niña de 6 años aceptar que jamás volverá a ver a su madre. Mi padre, por el contrario, se le ve sereno, más callado de lo normal, su rostro no emite expresión alguna, sin embargo, ¿es mi imaginación?, una lágrima rueda por su mejilla izquierda, pese a su nula expresión, pestañeo por mi asombro y froto mis ojos para asegurarme de que no estoy vi
Los pétalos de flores cubrían toda la entrada de la iglesia, esperando a que ella hiciera su gran aparición. Yo la esperaba al pie del altar, emocionado y nervioso; de repente empieza a sonar la marcha nupcial que me indica que ella ha llegado. Levanto la mirada, y en efecto, ahí viene ella, caminando por el pasillo al compás de la música, con su hermoso vestido blanco, y un velo que cubría su precioso rostro, a medida que avanzaba mi corazón se aceleraba, por fin estaríamos juntos, por qué yo la había elegido a ella y solamente a ella, a mi amor, mi único y verdadero amor, mi Chloe. Sin embargo, pasa el tiempo, ella sigue caminando, pero no llega a mi encuentro, algo pasa, así que la voy a buscar, no puedo esperar más para hacerla mi esposa, pero entre más camino, más se aleja, intento correr para alcanzarla, pues no puedo, no quiero perderla otra vez, corro más y más, hasta que por fin logro alcanzarla, tomo aire y la abrazo fuertemente, pido que prosigan con la ceremoni
Suspiro algo nervioso ante la idea de hablar de mi pasado con alguien, pero tal vez eso sea lo que necesite para sacar todo esto que llevo dentro y que aún después de tantos años no sé cómo superarlo. —Está bien Ethan, aunque debo advertirte que mi historia puede cambiar tu concepto de mí, hace unos años no era el mismo qué soy hoy. —Tranquilo, todos tenemos un pasado, un presente y un posible futuro, y sé perfectamente que en ninguno de los tres tiempos somos los mismos. —¡Muy bien!, como decir esto, ¡mmm!, mi padre y yo no nos llevamos bien, nunca lo hicimos, él siempre estuvo muy ausente, pero cuando murió mi madre, simplemente todo empeoró, la enfermedad de mi hermana era una de esas cosas y las demás son cosas de las que no quisiera hablar. —Le aclaro, por qué no me interesa mostrarme como el pobre hombre al que su padre maltrató de joven. —Entiendo, no te preocupes, cuéntame lo que creas conveniente. —Suspiro nuevamente para continuar con mi relato. —Ok, básica
—Chloe, ¿quién es Chloe? —Le pregunto a Ava, algo intrigado, pues creí que mi abuela haría este viaje para que Ava se liberara del estrés que le causa tener enfermeras y gente cerca cuidándola. —Es una especie de niñera que contrató mi abuela para que esté las 24 horas del día pegada a mí. —Me responde Ava muy enojada. Para ser sincero, estaba un poco extrañado, pero no era algo que me molestara, si mi abuela había contratado a alguien, era porque Ava lo necesitaba, y que estuviera acompañada de alguien más, además de mi abuela me hacía sentir más tranquilo. —No te preocupes cariño, solo es un fin de semana, para cuando regreses la tal Chloe solo será un recuerdo de cuando visitaste Londres. Le digo intentando calmarla. —Es que ese precisamente es el problema Damián, que mi abuela la contra... —Damián, aún te estamos esperando. —Grita mi padre desde el otro lado de la habitación, haciendo que me distraiga de mi conversación con Ava y de lo que ella tenía que decirme.
—¿Quién es ella? —Pregunta Chantal. —No es nadie. —Le digo intentando restarle importancia a la situación. —¿Vamos? —Le pregunto mientras tiendo mi mano para guiarla adentro del apartamento. —¿Y la loca de anoche?, ¿hoy no va a venir a interrumpirnos? —Veo que me pregunta por Crystal. —Jajaja, una loca con la cual no pudiste, fuiste muy débil delante de ella. —Mi comentario la hace enojar. —Eso es porque yo si soy una dama, no me ando por ahí peleando con la gente. —¿Dama?, lo dudo, de lo contrario no estarías aquí. —Eres un idiota Damián. —Dice frunciendo el ceño y cruzándose de brazos. Cosa que realmente no me importa, me quito la corbata y me acerco a ella, me coloco detrás de su espalda y le vendo los ojos. —Si, tal vez soy un idiota, pero uno que te ofrece el mejor sexo de tu vida, así que déjate de niñerías y a lo que viniste. —Le digo mientras termino de vendarle los ojos con mi corbata. Le quito el vestido Negro de strapple y me doy cuenta de que venía preparad
—¿Señor Alfa? —Le pregunto algo sorprendido. «¿Acaso esta chica me llamaba así?» —Eh, eh... —No para de titubear, sin darme respuesta alguna. Me acerco a ella e intenta retroceder, pero la encimera que está detrás de ella, la detiene, mientras yo sigo acercándome. Nuestros cuerpos están a tan solo unos pocos centímetros de distancia, la miro a los ojos directamente, se ve algo nerviosa, pero me sostiene la mirada, sus ojos color miel me hacen sentir hipnotizado. —¿Qué quiere de mi señor? —Al fin rompe el silencio que había entre los dos. —¿Qué podría querer un hombre como yo, de una chica como tú? —Le pregunto, pero no dejo que me conteste, porque deseo seguir hablando. —Ni siquiera estás vestida. —Le digo y le arrojo una mirada, algo sexual, pues debo admitir que es imposible no observar su cuerpo con detenimiento cada vez que puedo. Me excita, y es algo que no puedo controlar. —¡Mierda!, la toalla. —Exclama y se sonroja, por reflejo cubre su cuerpo aun envuelto en la
—¿Estás loca?, ¡no lo haré!, no convertiré en mi sumisa a la nueva niñera de mi hermana. Tu nivel de sadismo está por las nubes. ¡No lo haré! —Al decir esto, Crystal no deja de reírse a carcajadas. —¿Qué?, ¿que te parece tan gracioso? —Le pregunto bastante irritado ante su risa sin mesura. —Discúlpame, pero es que no puedo evitar reírme, ¿yo soy la sádica?, no Damián, pero gracias, por qué tus excusas me han confirmado que escogí bien, esa chica definitivamente es mi boleto ganador. Es claro que quizás Crystal tenga razón, aunque hay una especie de magnetismo entre Chloe y yo, no es una chica fácil y yo no soy del tipo que ruega, la verdad es que una parte de mi sabe que no será nada sencillo convertir a Chloe en mi sumisa y menos en tan poco tiempo. —¿Acaso no te molesta que me acueste con ella?, es una chica muy bonita, podría llegarme a gustar mucho. —Digo esto y Crystal borra la sonrisa de su rostro. —No creas que me hace feliz verte con otra, pero ese es el precio que t
Chloe arroja una media sonrisa algo fingida. —¿Esto es una broma?, ¿te parece gracioso Damián, querer meterte en mi cabeza y jugar conmigo? —No, no es así. —Ah ¿no?, entonces, ¿por qué yo, Damián? —Tal vez lo que te voy a decir te va a sonar ridículo, pero siento una especie de atracción magnética hacia ti. No sé por qué, pero siento la necesidad de... —Me detengo a pensar que es exactamente lo que quiero decir. Si bien es verdad que tengo que conquistar a Chloe para convertirla en mi sumisa y ganar la apuesta que tengo con Crystal, también es cierto que sí, pasa algo, que me hace sentirme locamente atraído hacia ella. —Conocerte. —Digo por fin, intentando sonar coherente con lo que había dicho anteriormente. —¿Conocerme?, O sea follarme. —Dice sin el más mínimo reparo. Está claro que Chloe no es tonta, y no se anda con rodeos. —Eso también, ¿qué hombre no quisiera follarte? —Abre los ojos de par en par, y no entiendo por qué, si ella misma saco el tema. —Pero la realida