Mientras nos adentramos en el Club, Chloe parece algo asombrada, empieza a ver a todos lados sin dejar de preguntarme con su mirada ¿qué está pasando?, para resolver sus dudas, decido empezar a explicarle como esta organizado el Club. —¿Estás bien?, pareces algo... —Asombrada, absorta, atónita, boquiabierta. —Me dice, terminando de hablar por mi. —¡Exactamente! —Disculpa, es que todo es tan extraño, hay mucho cuero, y mucho latex, jamás había visto tanta piel junta...Todas las personas de aqui están... —Viviendo su sexualidad al máximo. No es extraño que explores tu sexualidad, el sexo va mas allá de follar a una mujer en la cama de una habitación a puerta cerrada. —Esto último se lo digo al oido, y puedo ver como se eriza. —¿Vamos? —La guío, para iniciar la explicación del lugar donde estamos. —Esa que está sentada sobre un cojín, con un collar de cuero unido a una cadena de hierro que sostiene ese hombre que esta sentado en la barra, ¿es una mujer? —Pregunta Chloe, con
—¿Esos son látigos? —Pregunta Chloe, alejándose de mí, y acercándose a la pared donde están colgados los látigos, sé que lo hace para cambiar de tema. —¿Has usado alguno de estos? —Si, de hecho, los he usado todos. —Le respondo muy serio —¿En serio? Me acerco a ella y le pregunto con curiosidad —Sí. ¿Hay alguno que llame tu atención? —Ese —Dice señalando con el dedo un látigo negro y largo. —¡Mmm!, interesante elección. El de cuero de venado, un látigo algo agresivo para una inexperta como tú. —Digo mientras lo descuelgo de la pared y lo azoto contra el piso, al lado de Chloe, lo que la hace saltar. Empiezo a enrollar una parte del látigo en mi mano para acortar su longitud, veo como Chloe mira muy atentamente lo que hago, traga saliva y empieza a respirar más fuerte. —¿Qué te parece?, con este látigo podría satisfacerte de tantas maneras —Al decir esto, a ella se le escapa un leve gemido y esa simple acción me pone caliente. Intento controlarme, pues una de las princi
Luego de despedirme de Chloe en el ascensor, entro a casa dispuesto a descansar. Veo el reloj es más de la 1 de la mañana, por suerte mañana es sábado y no tengo que trabajar. Debo admitir que me causa un poco de curiosidad como actuará Chloe de ahora en adelante, después de conocer que soy un Dominante. Al día siguiente, muy temprano en la mañana, recibo un mensaje de Crystal *Me enteré de que fuiste al club anoche con una chica desconocida, al parecer sin mi presencia, estás avanzando muy rápido. Ni siquiera me tomo la molestia de contestarle, lo que Crystal crea o no poco me importa; sin embargo, no dudaré en reprender a quien esté pasando información de mí. Llamo inmediatamente a Josh, el dueño del club. —Damián Roberts, ¿a qué debo el honor de tu llamada? —¿Por qué carajos hay gente vigilando lo que hago y pasando información sobre mí? —Pregunto en forma de reclamo muy enojado —¿Qué? —Así como lo oyes, si una de las principales reglas es la discreción, porqu
Debo admitir que ir de compras con chicas es irritante, todo lo quieren y al final nada les gusta, estaba harto de recorrer casi todas las tiendas de Broadway, por un momento parecía que Chloe lo hacía a propósito, con tal de aburrirme e irritarme, y lo logro, pero ni así me aparte de ella. —¿Podemos por favor ir a almorzar?; es mas de medio dia y estoy hambriento? —Espera hermano, Chloe esta adentro del vestidor, probandose algo —Me dice Ava, quien espera muy emocionada. Minutos después aparece Chloe, con un vestido corto de color plateado, con un escote muy pronunciado, y al darse la vuelta se podía ver toda su espalda hasta donde comenzaba la linea de sus nalgas. Evidentemente verla con ese vestido había sido lo mejor del dia. Trague saliva por que ese vestido era bastante revelador, y me hizo pensar en como se vería con ese vestido tumbada en mi cama, esposada a los postes de la misma, y con una venda en los ojos, estando a mi merced, para satisfacer todos mis deseos, eso
Para cuando llegamos a casa, estaba cansadísimo, salir de compras no era nada tranquilo, no entiendo como las mujeres morían por hacerlo. Me despedí de Ava en el ascensor y a Chloe la ignoré por completo. Ella me había rechazado, así que había decidido fingir desinterés y utilizar la táctica milenaria de ignorarla. *** Al siguiente día, decidí salir a trotar, pues hace mucho no lo hacía. De salida, muy temprano en la mañana, mientras espero el ascensor, me encuentro a Chloe quien estaba dentro de el, con ropa deportiva. —Buenos días, señorita Bardot —Digo al verla entrar al ascensor y ella me responde con la misma frialdad —Buenos días, señor Roberts. Se cierran las puertas del ascensor, y mi primer pensamiento fue devorarla ahí mismo, pero algún día cumpliría todas las fantasías que venían a mi cabeza cada vez que estaba con ella. —Parece que le has caído bien a Ava —Comento, intentando romper la tensión que había en el pequeño espacio. —¿Si?, que bueno, porqu
—¿Una pregunta?, ¿cómo es que puedes tener amigos de la calaña de ese tal André?. —Cambia de tema de repente. —¿Acaso intentas cambiar el rumbo de la conversación? —No, es solo que no me cabe en la cabeza, ¿cómo puedes ser amigo de ese cerdo? —No es mi amigo, yo no tengo amigos, es una relación de negocios. Todos esos hombres son como yo, hijos de políticos, y por medio de ellos puedo llegar a sus padres. Es solo que al venir de familias ricas y poderosas, creen que pueden tenerlo todo, y gran parte de su dinero se lo gastan en servicios con mujeres. Así que como ves, otra razón más para no ser mi sumisa, ni siquiera mi amiga —¿Amigos?, ¿tú y yo?. Creí que Damián Roberts no tenía amigos. —Si, pero por ti haría una excepción, además tú no te puedes comparar con André. De solo recordar cómo te miraba, me da un asco. —Bueno, así son todos los hombres, solo piensas en sexo, incluido tú. —En eso te equivocas, yo contigo quiero mucho más que solo sexo, y cada día lo confirm
—Deseo ser tu sumisa, Damián. —Me dice Chloe, con su respiración agitada, acercando sus labios a los míos. —¡Muy bien!, entonces aguantaré un poco más, hasta que firmemos el contrato. —Le digo a Chloe, y me aparto de ella, quien tenía la boca abierta y los ojos cerrados esperando al parecer un beso, que jamás llego porque una vez más apelé a mi autocontrol. —¿Qué? —Pregunta Chloe, abriendo los ojos y pestañeando un par de veces. —¡Lo siento!, pero es mejor esperar. Parece algo enojada por mi respuesta, se cruza de brazos y me mira con decepción. —Creo que ahora, si debería irme, Ava debe estarme esperando. —Sí, debe estar preocupada por que llevas mucho tiempo fuera. —Se dirige hacia la puerta, algo tímida me dice adiós. —Chloe, espera. —¿Sí?, Damián —Se gira emocionada. Voy a mi closet por una chaqueta. —Toma, ponte esto, así podrás cubrirte, aún están varios hombres allá afuera… —¿Ah?, si, gracias —Dice con un deje de decepción en su voz. —Parece que algu
La mañana se me ha pasado volando, creo que se debe al deseo inexplicable que siento de volver a ver a Chloe, es algo que no puedo evitar. Le envío un texto a Chloe para avisarle que en media hora paso por ella para almorzar como quedamos, y efectivamente media hora después estoy frente a nuestro edificio esperando por ella. Mientras espero, recibo un par de llamadas de Crystal, ni siquiera me tomo la molestia de contestar, a veces puede ser tan intensa, que me desespera. Siento un par de golpecitos en la ventana de la puerta, es Chloe... quito el seguro para que entre. —¿Está todo bien? —Pregunta, apenas sube al auto —Si, todo bien, ¿por qué? —Es que parecías distraído, ni siquiera te fijaste cuando llegué. —No, es que me distraje un momento con el teléfono, pero todo está perfecto. —Que bueno, vamos entonces. Arranco el auto, y Chloe, parecía muy ansiosa por hablar, pues inmediatamente sacó el contrato de su bolso y me abordó con varias preguntas. —Lo he termi