—¿Una pregunta?, ¿cómo es que puedes tener amigos de la calaña de ese tal André?. —Cambia de tema de repente. —¿Acaso intentas cambiar el rumbo de la conversación? —No, es solo que no me cabe en la cabeza, ¿cómo puedes ser amigo de ese cerdo? —No es mi amigo, yo no tengo amigos, es una relación de negocios. Todos esos hombres son como yo, hijos de políticos, y por medio de ellos puedo llegar a sus padres. Es solo que al venir de familias ricas y poderosas, creen que pueden tenerlo todo, y gran parte de su dinero se lo gastan en servicios con mujeres. Así que como ves, otra razón más para no ser mi sumisa, ni siquiera mi amiga —¿Amigos?, ¿tú y yo?. Creí que Damián Roberts no tenía amigos. —Si, pero por ti haría una excepción, además tú no te puedes comparar con André. De solo recordar cómo te miraba, me da un asco. —Bueno, así son todos los hombres, solo piensas en sexo, incluido tú. —En eso te equivocas, yo contigo quiero mucho más que solo sexo, y cada día lo confirm
—Deseo ser tu sumisa, Damián. —Me dice Chloe, con su respiración agitada, acercando sus labios a los míos. —¡Muy bien!, entonces aguantaré un poco más, hasta que firmemos el contrato. —Le digo a Chloe, y me aparto de ella, quien tenía la boca abierta y los ojos cerrados esperando al parecer un beso, que jamás llego porque una vez más apelé a mi autocontrol. —¿Qué? —Pregunta Chloe, abriendo los ojos y pestañeando un par de veces. —¡Lo siento!, pero es mejor esperar. Parece algo enojada por mi respuesta, se cruza de brazos y me mira con decepción. —Creo que ahora, si debería irme, Ava debe estarme esperando. —Sí, debe estar preocupada por que llevas mucho tiempo fuera. —Se dirige hacia la puerta, algo tímida me dice adiós. —Chloe, espera. —¿Sí?, Damián —Se gira emocionada. Voy a mi closet por una chaqueta. —Toma, ponte esto, así podrás cubrirte, aún están varios hombres allá afuera… —¿Ah?, si, gracias —Dice con un deje de decepción en su voz. —Parece que algu
La mañana se me ha pasado volando, creo que se debe al deseo inexplicable que siento de volver a ver a Chloe, es algo que no puedo evitar. Le envío un texto a Chloe para avisarle que en media hora paso por ella para almorzar como quedamos, y efectivamente media hora después estoy frente a nuestro edificio esperando por ella. Mientras espero, recibo un par de llamadas de Crystal, ni siquiera me tomo la molestia de contestar, a veces puede ser tan intensa, que me desespera. Siento un par de golpecitos en la ventana de la puerta, es Chloe... quito el seguro para que entre. —¿Está todo bien? —Pregunta, apenas sube al auto —Si, todo bien, ¿por qué? —Es que parecías distraído, ni siquiera te fijaste cuando llegué. —No, es que me distraje un momento con el teléfono, pero todo está perfecto. —Que bueno, vamos entonces. Arranco el auto, y Chloe, parecía muy ansiosa por hablar, pues inmediatamente sacó el contrato de su bolso y me abordó con varias preguntas. —Lo he termi
Luego de almorzar, llevo a Chloe a casa. Al bajarse del auto, se despide de mí con un leve gesto con su mano, y entra al edificio. Intento centrar mi cabeza en el trabajo, pero, por el contrario, decido sacar mi computadora y pasar a limpio el contrato de Chloe, no puedo esperar para que sea mi sumisa. Me siento como un niño al que le van a dar un juguete que desea con todas las fuerzas de su ser. No sé de qué otra manera describirlo. Antes de salir por Chloe, para ir por Ava a la escuela, imprimo el papel y preparo un bolígrafo, quiero tener todo listo para que firme sin reparo. Voy por mi auto, y en ese momento recibo una llamada de Ava. —Hola cariño, justamente iba saliendo del trabajo para ir a recogerte. —Hermano, precisamente por eso te llamaba, es que un par de chicas de la escuela me acaban de invitar a ir por un helado, quería pedirte permiso. —Ava, no creo que sea prudente… —Por favor hermano, Chloe me dijo que ella no se oponía, pero el que tenía la última p
—Mírate, estas toda ruborizada. Tienes las pupilas dilatadas (Acaricio su cuello y se tensa), tu piel está sensible a mi tacto, me imagino como estará tu coño… —Rasurado —Dice sin pensar, y se arrepiente de inmediato. —¿Rasurado?, o sea que venías preparada. Tú esperabas ser sometida el día de hoy. —La miro, pero ella no lo hace. Bajo mi mano y aprieto su culo, y ella da un grito ahogado y enseguida me mira. —¿Eso es lo que de verdad quieres Chloe? —Yo… yo… —Tranquila, no me respondas, debo decir que estoy sorprendido, me dices una cosa, pero haces otra, parece que tu cabeza y tu cuerpo no se están poniendo de acuerdo, Chloe. —No es eso. —Me dice y se levanta de mi regazo. —Es que pensé que si venía a firmar el contrato, lo ideal es que empezara a cumplir con mis deberes, no sabía exactamente cuando, tú y yo... El tal es, que no quiero ser castigada, es por eso que lo hice, pero jamás mentí cuando dije que no estaba segura de si podría ser una buena sumisa, o actuar como
—Hermano, voy a entrar. —Dice Ava, y me fijo inmediatamente en el pomo de la puerta, y veo que no tiene el seguro. —NOOOO… —Grito para que Ava no entre. Chloe, me mira muy nerviosa, y sigue buscando por toda la habitación su ropa. —¿Qué hace Ava aquí? —Me pregunta Chloe, hablando en voz baja. —No sé —Le respondo también en susurro. —Hermano, ¿por qué no puedo pasar, con quien estás? —Pregunta Ava desde afuera... —Yo, con nadie, es que acabo de salir de tomar una ducha, y me estoy cambiando, si quieres me esperas en la sala, y ahora que termine me reúno contigo. —No hace falta, solamente quiero saber si sabes algo de Chloe? —Al escucharla, Chloe me mira, y empieza a hacerme señas sobre que decir, pero no le entiendo nada. —¿Chloe?, ¿cuál Chloe?... —Pregunto tontamente, por estar pendiente a las señas de Chloe. —¿Cómo que cuál Chloe?, pues mi niñera, la única Chloe que tú y yo conocemos. —Ah, si, esa Chloe, eh, no, ni idea... —Me pongo los boxers y un suéter. —Métete
Por esta noche no pienso lidiar más con Chloe, la verdad no la entiendo, los dos disfrutamos y ahora en un ataque de niñería simplemente dice que ya no quiere ser mi sumisa, si cree que va a jugar conmigo a su antojo, está muy equivocada. Suena mi teléfono, es Ava —Hola, hermana, ¿pasó algo? —Perdón la hora hermano, es que quería avisarte que Chloe ya llegó. —Ah, ¿si?, que bueno, ¿y te dijo donde estaba? —Sí, estaba dando un paseo, y como dejó su teléfono, perdió por completo la noción del tiempo. —Ya veo, al parecer la señorita Bardot es demasiado despistada. —Bueno hermano, te dejo descansar, solo quería avisarte para que no te preocuparas. ¡Ah!, por cierto, casi se me olvida, la abuela te mando a decir que la llames de inmediato. —Está bien, Ava, descansa. Cuelgo y no puedo evitar sentir, que esa chica, Chloe, no es tan inocente después de todo, pues con qué facilidad se le da mentir. Llamo a mi abuela y ella me contesta muy enojada —A que santo debo rez
—Hermano, ¿crees que nuestro padre se quede? —Si trajo equipaje, es lo más seguro. —Me mira Ava muy triste. —¿Podríamos salir a dar un paseo, y luego regresar muy tarde? —Lo siento, tengo cosas que hacer. —Puedo ver la decepción de Ava en su rostro, pero ahora lo más importante para mí es hablar con mi abuela. Al llegar a casa llamo a mi abuela varías veces hasta que se digna a contestarme. —Abuela, ¿acaso no quieres hablar conmigo? —Buenos días para ti, también Damián. Estaba ocupada. Dime, ¿ya firmaste los documentos?, espero me estés llamando para decirme que ya los enviaste. —No, no los he enviado, hoy es 4 de Julio, es festivo. —Entiendo cariño, entonces mañana espero lo hagas sin falta. Si no es más adiós. —Abuela, espera —¡Mmm!, ¿qué pasa?, ¿necesitas algo hijo? —Si, abuela, quiero que me cuentes por favor, ¿por qué mi madre, siendo una mujer tan joven que gozaba de buena salud, dejó este derecho de sucesión, acaso ella sabía que iba a morir? —Dami