—Hermano, voy a entrar. —Dice Ava, y me fijo inmediatamente en el pomo de la puerta, y veo que no tiene el seguro. —NOOOO… —Grito para que Ava no entre. Chloe, me mira muy nerviosa, y sigue buscando por toda la habitación su ropa. —¿Qué hace Ava aquí? —Me pregunta Chloe, hablando en voz baja. —No sé —Le respondo también en susurro. —Hermano, ¿por qué no puedo pasar, con quien estás? —Pregunta Ava desde afuera... —Yo, con nadie, es que acabo de salir de tomar una ducha, y me estoy cambiando, si quieres me esperas en la sala, y ahora que termine me reúno contigo. —No hace falta, solamente quiero saber si sabes algo de Chloe? —Al escucharla, Chloe me mira, y empieza a hacerme señas sobre que decir, pero no le entiendo nada. —¿Chloe?, ¿cuál Chloe?... —Pregunto tontamente, por estar pendiente a las señas de Chloe. —¿Cómo que cuál Chloe?, pues mi niñera, la única Chloe que tú y yo conocemos. —Ah, si, esa Chloe, eh, no, ni idea... —Me pongo los boxers y un suéter. —Métete
Por esta noche no pienso lidiar más con Chloe, la verdad no la entiendo, los dos disfrutamos y ahora en un ataque de niñería simplemente dice que ya no quiere ser mi sumisa, si cree que va a jugar conmigo a su antojo, está muy equivocada. Suena mi teléfono, es Ava —Hola, hermana, ¿pasó algo? —Perdón la hora hermano, es que quería avisarte que Chloe ya llegó. —Ah, ¿si?, que bueno, ¿y te dijo donde estaba? —Sí, estaba dando un paseo, y como dejó su teléfono, perdió por completo la noción del tiempo. —Ya veo, al parecer la señorita Bardot es demasiado despistada. —Bueno hermano, te dejo descansar, solo quería avisarte para que no te preocuparas. ¡Ah!, por cierto, casi se me olvida, la abuela te mando a decir que la llames de inmediato. —Está bien, Ava, descansa. Cuelgo y no puedo evitar sentir, que esa chica, Chloe, no es tan inocente después de todo, pues con qué facilidad se le da mentir. Llamo a mi abuela y ella me contesta muy enojada —A que santo debo rez
—Hermano, ¿crees que nuestro padre se quede? —Si trajo equipaje, es lo más seguro. —Me mira Ava muy triste. —¿Podríamos salir a dar un paseo, y luego regresar muy tarde? —Lo siento, tengo cosas que hacer. —Puedo ver la decepción de Ava en su rostro, pero ahora lo más importante para mí es hablar con mi abuela. Al llegar a casa llamo a mi abuela varías veces hasta que se digna a contestarme. —Abuela, ¿acaso no quieres hablar conmigo? —Buenos días para ti, también Damián. Estaba ocupada. Dime, ¿ya firmaste los documentos?, espero me estés llamando para decirme que ya los enviaste. —No, no los he enviado, hoy es 4 de Julio, es festivo. —Entiendo cariño, entonces mañana espero lo hagas sin falta. Si no es más adiós. —Abuela, espera —¡Mmm!, ¿qué pasa?, ¿necesitas algo hijo? —Si, abuela, quiero que me cuentes por favor, ¿por qué mi madre, siendo una mujer tan joven que gozaba de buena salud, dejó este derecho de sucesión, acaso ella sabía que iba a morir? —Dami
Chloe sale a ver como está Ava, y yo me quedo pensando en la conexión de la que hablaba, «¿acaso yo siento lo mismo?, ¿esa es la razón del magnetismo entre ella y yo?, ¿el por qué me gusta tanto?. No entiendo que me pasa con esta chica, no es como si pudiera enamorarme de ella... Ahora que analizo la situación, sin darme cuenta me he dejado llevar instintivamente y todo se ha salido un poco de mi control, asumí que todo lo que estaba haciendo era por ganar la apuesta, pero la realidad es que cedí ante mis impulsos, incluso sobrepasé mis propios límites. La pregunta es ¿por qué lo hago?, ¿qué es lo que realmente siento por ella?» ... Un par de horas después estoy con Chloe, en un restaurante cerca a nuestro edificio. —¿Cómo está Ava? —Le pregunto. Ella se queda algo pensativa —Digamos que… más tranquila. —¿Tú sabes lo que le pasa?, si es así, dime por favor. —Le digo, y justo en ese momento recibe una llamada, de su madre... —Discúlpame Damián, es mi madre, debo conte
—¿Qué quieres decir con "nada"? —Creo que lo puedes imaginar Chloe, no tengo que ser tan específico. —Entonces no iré… —Jajaja, ¡tranquila!, era broma, vístete para una cena romántica en casa —¡Ya!, ¡si!, cena romántica… —Dice en tono burlón, como si le hubiera dicho una broma —Oye, tal vez no lo parezca, pero tengo algunos ases bajo la manga. —Chloe me mira como si no pudiera creerme. —No lo olvides, a las 8:00 pm, le digo y le doy un beso en la mejilla que la toma por sorpresa. Al llegar a casa, empiezo a revisar el refrigerador, quiero ver que tengo, pues pienso ser yo el que cocine para Chloe, que mejor que cocinarle a la chica que te gusta, esa táctica funciona en los programas de TV, porque no me funcionaría a mí. Llamo a Ava, para pedirle algo de ayuda. —Hola, hermana, ¿estás ocupada? —Más o menos, papá llamó para que le entregara todo su equipaje a un par de guardaespaldas que el envío, pues tiene que regresar hoy mismo a Washington. —Cierto!, había ol
—¿Ganas? —Pregunta Chloe muy sonrojada. —No empieces a hacer de cuenta que no sabes de qué hablo —Le digo mientras pido el ascensor. —No me gusta, sé que eres algo tímida, pero no tienes que serlo conmigo. —Chloe asiente, intentando parecer tranquila, pero, sé bien que está incómoda; sin embargo, si quiero avanzar con ella, debe dejar de lado la vergüenza. Al salir del ascensor, antes de dejar a Chloe, necesitaba preguntarle. —Chloe, ¿te gustaría regresar al club? —¿Ah?, no sé, no estoy segura, ¿no es algo pronto? —No, si te vas a comprometer con esto —Le digo mientras nos señalo con el dedo. —Es el lugar perfecto para avanzar en nuestro contrato. —Mmm, me lo pensaré, ¿si? —Dice y abre la puerta. —Está bien, pero espero no te lo pienses demasiado. —Chloe me mira con duda y asiente, y en ese momento sale Ava y la abraza. —Que bueno que volviste Chloe, tenía mucho miedo, Emily contó historias de terror y Susi y yo no podemos dormir. —Dice Ava, acompañada de una de
—… Quiero oírte gritar. —¡Oooh!, Damián… Damián… —Grita mi nombre una y otra vez. —Eso es nena, sigue tocándote, esta vez más rápido —Ella gime sin parar y yo me empiezo a tocar de solo imaginarla, pero no me concentro en mí, sino en ella, mi meta es hacerla disfrutar y sentirse cómoda conmigo. —¿En qué piensas mientras te tocas? —En que te tengo encima de mí. —Dice y sus gemidos empiezan a cambiar a gritos de placer. Quiero que tenga un orgasmo, por lo que empiezo a decirle frases subidas de tono, para que su excitación aumente. —Si pudieras ver lo dura que la tengo ahora… —¿En serio? —Pregunta Chloe entre gemidos… —Si, ahora mismo quisiera metértela y cogerte sin parar. Daría lo que fuera por siquiera poder lamer tu lindo coño y deleitarme con tu sabor… —Oh, Damián, vas a hacer que me corra… —No te detengas, tienes permiso, quiero que me digas cuando lo hagas, imaginaré que tu líquido se descarga en mi boca, ansío disfrutarlo… —Ahhh, Ahh, Ah
—Cuando llegamos al edificio me despido de Chloe en el ascensor, y al entrar a casa llamo a mi secretario y le pido que me excuse y que informe que no asistiré hoy al trabajo. Recuerdo que debo enviar los documentos de sucesión a mi abuela, así que los firmo rápidamente y me dispongo a salir a enviarlos. En el camino recibo una llamada de la universidad de New York, donde curso actualmente la especialidad, recordándome que si sigo faltando a las clases perderé el semestre, cosa que realmente no me interesa, pues entré a esa especialidad por mi padre, pero ni siquiera me gusta. Después de dejar los documentos en la dirección que estaba escrita detrás del sobre, me dirijo de vuelta a casa. Llamo a mi abuela. —Aló, abuela… —Damián, imagino que me estás llamando para avisarme que ya enviaste los documentos. —Así es. Ahora quiero saber, ¿qué es lo que sigue? —Ahora debemos esperar a que el juez reciba el documento, realice inventarios de los bienes y el avalúo de dicho invent