NATHAN—… la asistente de la cabaña le iba a dar… le iba a dar a la secretaria Trinity Miller el somnífero mezclado con su bebida… para que se quedara dormida y fuese más fácil manipularla luego… no, no, la idea era eliminarla, a ella y a… a James… sin testigos… mientras los documentos eran robados, aunque ya mi hermano Jake tenía varios planos en una tarjeta de memoria…Emma miró a la tarjeta que le mostré en mi mano y asintió.Confesaba y todo estaba siendo grabada, por supuesto no lo hacía de buena fe, ni arrepentimiento, sino bajo amenazas y queriendo salvar su vida.Esta serpiente rastrera, ¿cómo pude siquiera fijarme en ella alguna vez?Así como se atrevió ese día a insinuárseme tan descaradamente, tuve que darme cuenta de que sería capaz de todo para lograr sus objetivos.—Eso… eso es todo, el resto, ya lo sabe… Nathan, yo solo lo hice por…—Firma estos documentos — le pasé el lápiz electrónico y en la tablet estaban unos archivos que William redactó a la carrera, pero eran igu
NATHAN —Sí, erraste en la única misión que te di. Créeme que si las cosas no hubiesen resultado bien, el que estaría cayendo por este precipicio serías tú, si aún vivieras. Se tensó cuando subí la mano, mis garras clavándose profundas en su hombro, pero ni siquiera chistó, su mirada baja, los labios apretados. —Trinity Miller y su hija Scarlett, son desde ya tu prioridad número uno, serás su guardaespaldas y ay de ti si le vuelven a tocar un pelo. Lo arrancaré de tu pellejo, ¿entendiste? Apreté mucho más, la sangre manchando todo su brazo. Mi lobo desnudando los colmillos al suyo, comandándolo con su aura de Alfa. —Sí, señor — respondió con sumisión, disimulando la mueca dolorosa. Si no tuviese a William, lo elegiría como mi Beta cuando fuese el Alfa. Por eso le volvería a dar un voto de confianza. —Vamos, ya quiero descansar — lo solté finalmente y caminamos hacia los autos reanudando el viaje. El paisaje invernal, aburrido, blanco, gris, negro, pero entre las montañas, como
TRINITY —Tranquila, no se preocupe, la sacaré a salvo de estas tierras —me dice confiado, el hombre intimidante a mi lado.Le agradezco con voz entrecortada, escuchando el sonido del agua moviéndose por debajo de la barcaza rústica, mis ojos no dejan de mirar hacia la esquina donde está Nathan.Estoy en un puro temblor, aún siento las réplicas en mi brazo de los disparos, los recuerdos violentos de la sangre salpicándome, que Nathan limpió de mi rostro.Él también me observa intensamente, pero luego, la oscuridad nos traga y Nathan se gira a hablar enseguida con el hijo de este Alfa y James.Sé que tienen mucho que cubrir, Dios, sé que las leyes humanas no se aplican a los lobos, ¡pero hay cuatro cadáveres tirados en el bosque y uno lo maté yo!—Ya estamos aquí, venga —siento el traqueteo de los troncos amarrados encallando y me tambaleo un poco.Ese hombre, el tal Alfa Morgan, me sostiene por un momento y me ayuda a bajar.—Alfa, el auto está listo y aquí tengo las botas que me pidi
TRINITYNo importaba cuánto intentara entretenerme con su charla, prestándome de su ropa, mostrándome la habitación y el acogedor baño, mi mente siempre estaba en Nathan.Temía por él, por su vida, por nosotros, por mi responsabilidad en todo este asunto.Con la mente hecha un caos, me quedé al fin sola.Me senté en la cama y miré a la oscura noche, aguardando, con el corazón en un puño, pensando en todo lo ocurrido, por un tiempo indefinido.—Vamos, arriba ese espíritu, tú solita te metiste en esto, ¿no era excitante y divertido? Ahora asume las consecuencias —me dije con una mezcla de varios sentimientos y sarcasmo.Me quité las botas, me recogí el cabello en alto y tomé la ropa de dormir que me había prestado Megan, incluso unas bragas nuevas sin usar.Qué vergüenza. Me cayó demasiado bien esa mujer, me contó que Nathan la había salvado cuando era joven. Apagué la luz de la habitación y entré al baño, desnudándome, examinándome al fin.Nada, todo sanado, ni un rasguño, aun con el
TRINITYPensé en que estaba jugando con fuego, en que esto se estaba saliendo de un simple revolcón de oficina, y la seguridad de mi hija también estaba de por medio.Pero el solo pensar en terminarlo, en no verlo más, en no saber más de él, hacía que mi pecho se sintiera incómodo, un dolor demasiado intenso que me apretaba el alma.El silencio se volvió algo incómodo, fui a abrir la boca de nuevo para explicarme, en realidad no quería cortar, solo… supongo que necesitaba más seguridad.—Nathan…—Bien, ya que deseas alejarme siempre al mínimo tropiezo, entonces mejor aprovecho mi último momento a tu lado.—Espera, yo no he dicho, ¡¿ah, qué haces, Nathan?! —chapoteé un poco cuando sus piernas debajo de mí se movieron, sus manos dominantes me tomaron de la cintura y me guiaron al frente.Por instinto estiré los brazos, apoyándome en el borde ancho azulejeado, a los pies de la bañera, mi cabeza a centímetros de la pared.Quedé en una vergonzosa posición de cuatro y un Alfa que se suponía
TRINITYMe gustaba también su lado tierno y meloso. Sacó su miembro semierecto de mi interior palpitante y satisfecho.—Vamos a la ducha a limpiarnos, mañana hablaremos de todo lo que quieras, Trinity Miller —su voz magnética me susurró y asentí suspirando. ¿De qué vamos a hablar después de haberme tomado así tan apasionado?Devorando mi cuerpo y mi cordura. Eso no se vale. Este soborno es demasiado suculento para lo “debilita” que soy frente a su seducción, Sr. Langford.*****MADRE DE NATHAN No puedo quitarme de la cabeza el mensaje que descubrí hoy. Casualmente, había entrado a la oficina de Jacob a organizar un poco. Solo yo me encargo de su despacho, aquí hay demasiados asuntos importantes de la manada. Por suerte había salido a despedir al Alfa del territorio vecino, que nos visitó. El tono de un mensaje me hizo fijar la atención en el celular que había dejado sobre el escritorio. Lo tomé sin darle mucha importancia, pero al mirar por encima y ver el nombre de “Nathan”,
TRINITY Me estiré como una gata perezosa sobre la cama, me dolían deliciosamente los músculos de hacer el amor con mi Alfa dominante y luego tenerlo como un pulpo enredado en mi cuerpo. Me dijo que no estaba acostumbrado a dormir con nadie, en realidad yo tampoco. Pensé que no pegaría ojo, pero entre el estrés de todo lo ocurrido y el cansancio terminé por caer rendida. Me incorporé tallando mis ojos con la mano, mi cabello rojo debería ser un gallinero. Busqué a Nathan por la habitación, pero ni rastros de él. Me levanté en el pequeño cuartito del motel y fui al baño a hacer mi aseo matutino. Incluso había un juego de cepillos de dientes nuevo. Megan es muy considerada, debo ver cómo pagar su generosidad. Saliendo del baño, la puerta de entrada se abrió y entró mi enorme lobo con una bandeja en las manos.—Vaya, servicio en la habitación, qué considerado Sr. Langford —sonreí como una tonta viéndolo poner la bandeja sobre una esquina de la cama.—Bueno, a punto de ser desecha
TRINITY—Bien, mantén tu ginecóloga, le pediré un informe de tu método anticonceptivo y ¡sí, mantendrás tu mensualidad y la de Scarlett! Todo lo demás lo discutiremos con calma, abiertos a modificaciones, ¡ambos!Me separa y me aclara, asiento dudosa, pensando en modificar la mitad de ese papel culero.—¿Y si salgo embarazada por accidente, Nathan? ¿Qué haremos? —le pregunto y al momento me arrepiento de hacerme la chistosa. La expresión de Nathan se queda un poco rígida, es obvio que no le ha hecho ni pizca de gracia.—Tranquilo, la respuesta es más que obvia por tu cara. Tampoco está en mis planes quedar embarazada de ningún cachorro debido a una aventura pasajera, ya bastante tengo criando a una hija despreciada, como para buscarme otro —le aseguro, separándome de él. En realidad lo dije por decirlo, sin pensarlo mucho, como de costumbre, pero me sentí un poco decepcionada por su expresión ¿Qué esperaba?— Tampoco lo digas con ese tono, como si fuese un cabrón. Trinity…—Ya dije