NATHANHemos regresado por donde vinimos.Tomo la llamada, observando cómo James tira el cadáver del lobo asesinado por Trinity y lo deja sobre el suelo del bosque.—Hola—¡Sr. Langford! ¿Qué sucede? ¡Llevo rato llamándolo señor y no me responde! ¡Tampoco toman el fijo de la cabaña! —es la voz alterada de esa arpía de Emma.—Saliendo de la manada me encontré con un incidente, atacaron a James —le respondí con tranquilidad.—¡¿Qué, un ataque?!—¿Cómo que un ataque? ¿Dentro de mi manada? —escucho la voz “sorprendida” de Dominic, maldito cínico —Veo un auto de la patrulla atravesado en la carretera…—Dile que siga las huellas de las ruedas y nos encuentre en el bosque —le ordeno a Emma y cuelgo.Su voz temblaba y aunque había falsedad en algunas cosas, creo que ha comenzado a darse cuenta de que las cosas no salieron como ellos habían planificado.James se sentó descansando en el suelo, sus heridas curándose, yo estaba recostado a un árbol, ambos vestidos con harapos de las ropas destroz
NATHAN —También recibí una llamada en el coche que fue la que me alertó. Una de las doncellas fue descubierta intentando envenenar a la otra secretaria que vino a hacer negocios, confesó que fue por órdenes del hijo del Alfa de Claro de Luna. Lancé un farol, porque en realidad la mujer no había dicho nada de eso. —¡Esa maldit4 ni siquiera me vio una vez, cómo va a decir…! —pero Dominic se quedó callado de golpe, en medio de su ataque de rabia. Él mismo había admitido indirectamente que estaba relacionado con todo este asunto. Intentó abrir la boca de nuevo para defenderse, sin embargo, un golpe sordo a nuestras espaldas y el sonido de una embarcación encallando en el río interrumpió todo este absurdo. —Parece que la rata que escapó, se metió por donde no debía —dije fulminando a Emma con la mirada, sus ojos en pánico. Ella forcejeó repentinamente, tomando a Dominic por sorpresa y liberándose. No iba a escapar, estaba preocupada por su pariente, así que corrió en dirección al
NATHAN“No estás en condiciones para amenazarme, piense bien en lo que me dará para no exponer todo esto y también informarlo a la manada de Ciervos Rojos”, le respondí atravesándolo con mis ojos lobunos, mi aura abrumadora controlando la suya.—James, ¿ese no fue el bolso que te robaron del auto? —señalé con la cabeza lo que llevaba el cadáver de Jake sobre el pecho.—Sí señor, eso mismo. —James se inclinó sobre el cadáver y le quitó la correa de cuero.Revisó también el contenido de sus bolsillos. —Son todos los planos de las embarcaciones y aquí tiene una tarjeta de memoria en el bolsillo.—Te puedo asegurar que son más secretos de nuestra manada.Miré de frente a Dominic, que ya no se hacía el Alfa feroz, ahora solo me miraba con resentimiento, pero en silencio. También le daba miradas furtivas a Emma, se notaban las ganas de despedazarla.—Bueno, qué entretenido todo esto. —De repente, Henry, el heredero Alfa rival, comenzó a burlarse. —El futuro Alfa de Claro de Luna tiene la
NATHAN—… la asistente de la cabaña le iba a dar… le iba a dar a la secretaria Trinity Miller el somnífero mezclado con su bebida… para que se quedara dormida y fuese más fácil manipularla luego… no, no, la idea era eliminarla, a ella y a… a James… sin testigos… mientras los documentos eran robados, aunque ya mi hermano Jake tenía varios planos en una tarjeta de memoria…Emma miró a la tarjeta que le mostré en mi mano y asintió.Confesaba y todo estaba siendo grabada, por supuesto no lo hacía de buena fe, ni arrepentimiento, sino bajo amenazas y queriendo salvar su vida.Esta serpiente rastrera, ¿cómo pude siquiera fijarme en ella alguna vez?Así como se atrevió ese día a insinuárseme tan descaradamente, tuve que darme cuenta de que sería capaz de todo para lograr sus objetivos.—Eso… eso es todo, el resto, ya lo sabe… Nathan, yo solo lo hice por…—Firma estos documentos — le pasé el lápiz electrónico y en la tablet estaban unos archivos que William redactó a la carrera, pero eran igu
NATHAN —Sí, erraste en la única misión que te di. Créeme que si las cosas no hubiesen resultado bien, el que estaría cayendo por este precipicio serías tú, si aún vivieras. Se tensó cuando subí la mano, mis garras clavándose profundas en su hombro, pero ni siquiera chistó, su mirada baja, los labios apretados. —Trinity Miller y su hija Scarlett, son desde ya tu prioridad número uno, serás su guardaespaldas y ay de ti si le vuelven a tocar un pelo. Lo arrancaré de tu pellejo, ¿entendiste? Apreté mucho más, la sangre manchando todo su brazo. Mi lobo desnudando los colmillos al suyo, comandándolo con su aura de Alfa. —Sí, señor — respondió con sumisión, disimulando la mueca dolorosa. Si no tuviese a William, lo elegiría como mi Beta cuando fuese el Alfa. Por eso le volvería a dar un voto de confianza. —Vamos, ya quiero descansar — lo solté finalmente y caminamos hacia los autos reanudando el viaje. El paisaje invernal, aburrido, blanco, gris, negro, pero entre las montañas, como
TRINITY —Tranquila, no se preocupe, la sacaré a salvo de estas tierras —me dice confiado, el hombre intimidante a mi lado.Le agradezco con voz entrecortada, escuchando el sonido del agua moviéndose por debajo de la barcaza rústica, mis ojos no dejan de mirar hacia la esquina donde está Nathan.Estoy en un puro temblor, aún siento las réplicas en mi brazo de los disparos, los recuerdos violentos de la sangre salpicándome, que Nathan limpió de mi rostro.Él también me observa intensamente, pero luego, la oscuridad nos traga y Nathan se gira a hablar enseguida con el hijo de este Alfa y James.Sé que tienen mucho que cubrir, Dios, sé que las leyes humanas no se aplican a los lobos, ¡pero hay cuatro cadáveres tirados en el bosque y uno lo maté yo!—Ya estamos aquí, venga —siento el traqueteo de los troncos amarrados encallando y me tambaleo un poco.Ese hombre, el tal Alfa Morgan, me sostiene por un momento y me ayuda a bajar.—Alfa, el auto está listo y aquí tengo las botas que me pidi
TRINITYNo importaba cuánto intentara entretenerme con su charla, prestándome de su ropa, mostrándome la habitación y el acogedor baño, mi mente siempre estaba en Nathan.Temía por él, por su vida, por nosotros, por mi responsabilidad en todo este asunto.Con la mente hecha un caos, me quedé al fin sola.Me senté en la cama y miré a la oscura noche, aguardando, con el corazón en un puño, pensando en todo lo ocurrido, por un tiempo indefinido.—Vamos, arriba ese espíritu, tú solita te metiste en esto, ¿no era excitante y divertido? Ahora asume las consecuencias —me dije con una mezcla de varios sentimientos y sarcasmo.Me quité las botas, me recogí el cabello en alto y tomé la ropa de dormir que me había prestado Megan, incluso unas bragas nuevas sin usar.Qué vergüenza. Me cayó demasiado bien esa mujer, me contó que Nathan la había salvado cuando era joven. Apagué la luz de la habitación y entré al baño, desnudándome, examinándome al fin.Nada, todo sanado, ni un rasguño, aun con el
TRINITYPensé en que estaba jugando con fuego, en que esto se estaba saliendo de un simple revolcón de oficina, y la seguridad de mi hija también estaba de por medio.Pero el solo pensar en terminarlo, en no verlo más, en no saber más de él, hacía que mi pecho se sintiera incómodo, un dolor demasiado intenso que me apretaba el alma.El silencio se volvió algo incómodo, fui a abrir la boca de nuevo para explicarme, en realidad no quería cortar, solo… supongo que necesitaba más seguridad.—Nathan…—Bien, ya que deseas alejarme siempre al mínimo tropiezo, entonces mejor aprovecho mi último momento a tu lado.—Espera, yo no he dicho, ¡¿ah, qué haces, Nathan?! —chapoteé un poco cuando sus piernas debajo de mí se movieron, sus manos dominantes me tomaron de la cintura y me guiaron al frente.Por instinto estiré los brazos, apoyándome en el borde ancho azulejeado, a los pies de la bañera, mi cabeza a centímetros de la pared.Quedé en una vergonzosa posición de cuatro y un Alfa que se suponía