TRINITY—¡Wow, qué hermoso! —no pude evitar exclamar cuando salí del auto y al fin estuvimos frente a lo que ellos llamaban “la cabaña”.Si esto era una cabaña, mi casa era una pocilga.Parecía la villa privada de un millonario, en la cima de una montaña nevada. Todo el interior del salón se podía observar desde afuera, a través de las paredes de cristal.En el segundo piso, balcones llenos de pequeñas luces colgantes, madera oscura y piedra, era un deleite para los ojos.El auto había subido a través de una carretera escarpada, después de pasar por un portón privado en la base de la montaña.Miraba con curiosidad el espeso bosque de pinos a cada lado, oscuro y exótico.Parecía que una nevada había caído hace poco, y las copas verdes se mecían cargadas de nieve.En cuanto James estacionó, me bajé para salir del ambiente asfixiante del coche.Apreté más el abrigo, porque el clima estaba congelado.Ni qué hablar de los muslos, cada vez que daba un paso, la brisa fría me erizaba hasta l
TRINITY—Mira zorra descarada…— Eso será tu madre, y como me sigas faltando al respeto, adiós a la Srta. Miller decente y me vas a conocer de verdad, desgraciada —estaba que me llevaba la pelona del insulto que estaba cogiendo.Vi crecer hasta sus uñas, a punto de atacarme, y yo miraba de soslayo la lámpara sobre la mesita, esperaba no tener que llegar a una agresión física.De un momento a otro cambió por completo su actitud, tomando un profundo respiro y sopesando sus acciones.Dio un paso atrás, y los labios fruncidos se convirtieron en una sonrisita irónica.Al parecer, determinó mostrarse más fría y elevada, menos arrabalera y visceral.—Eres igual que todas, crees que él te ama, te hace sentir especial, sueñas que puedes llegar a ser más que su amante. Nathan Langford no ama a nadie —de repente, en el fondo de sus ojos turbulentos, cruzó un atisbo de tristeza que ocultó al momento.—Habla por ti misma, no creas que sabes lo que hay entre nosotros, estás equivocada…—Oh, claro q
TRINITYSi me decía que no me metiera en su vida, que no era mi problema, que me estaba pasando, me sentiría muy mal.—¿Quién te dijo que te comparo con otra mujer?—Tu ex amante, me dijo que le hiciste teñirse el cabello y que la comparabas con otra mujer. ¿Por eso te atraje desde el primer momento? —me arriesgué a indagar con un nudo en la garganta.Él solo se quedó mirándome intensamente, podía ver la lucha en sus hermosos orbes. Dios, ya no quería escuchar la respuesta, porque si era afirmativa, sentía que me dolería demasiado.—Mejor olvídalo…—¿Por qué debería ser bueno contigo y aclararte las dudas cuando tú eres tan cruel conmigo?—¿Perdón? —de repente no entendí, pero igual estaba en modo irracional. — Bien, entonces no me aclare nada, Sr. Langford y lárguese también de mi cuarto — bufé con frustración queriendo rodearlo para alejarme, pero él no me dejó. — ¡Espera, qué haces, Alfa Salvaje! —me cargó con un saco de papas y me llevó hasta el sofá, donde se sentó conmigo en
TRINITY— Nathan, yo… sé cuán importante es para ti tu manada, ser Alfa, juntarte conmigo, no te va a hacer ningún bien. El día que ya no quieras seguir, dímelo claro, así como hoy me estás proponiendo esto, no engaños, ni mentiras, ya me hirieron una vez demasiado…—No lo haré nena, todo lo pondré siempre sobre la mesa —tomó mi mano y besó mis dedos.— Lo que sea que dure, eres mi mujer y yo respondo por ti y por tu cachorra. También, firmaremos un contrato.—¿Un contrato? —"¿cómo en las pelis?”—Sí, siempre firmo un contrato legal, espero que no te enojes, es para ambos tener todo claro —responde sin dar muchas explicaciones.Cada vez me voy metiendo más en la boca del lobo.—Bien, Nathan Langford, no sé si esta es la mayor locura de mi vida, pero… acepto —le dije aparentando la seguridad que en realidad no sentía, Mis manos sudadas y mi corazón palpitaba como un tambor en mi pecho.—No te vas a arrepentir, cariño, no te vas a arrepentir — se inclinó y lamió mi labio inferior, chup
TRINITY— Disculpa cariño, es que me acordé de algo urgente. Dale el teléfono a tu tía. Un besito mi niña, duerme con los angelitos, mañana te llamo, mi bebita bella.Le tiro un popurrí de besitos que ella me devuelve y corre de regreso a su cuarto, a esta hora debe de estar jugando con sus muñecas. De nuevo tengo a la infame de mi amiga al habla. — ¿Qué carajos le estás diciendo a mi hija? — Que pronto, además de un hermano postizo, también va a tener un papá. — ¡¿Pero serás loca?! — Que es broma mujer, ajajajaj — se descojona de la risa la muy hija de su madre. — Le dije lo de trabajadora nocturna para que te fastidiara, mañana eso se le olvida, si no sabe ni pronunciarlo bien - se vuelve a despatillar en el sofá. — Ahora, dime, dime, mi guarra favorita, ¿ya usaste los juguetitos que te compré? ¡Tenemos que meter a la Scalett en ese colegio pijo!— Eres imposible… — bufé derrotada, comenzando a soltar toda la sopa, mientras caminaba hacia el interior a preparar el baño y de p
NATHANCaminaba hacia mi despacho luego de dejar a Emma con todo su dramatismo.“Siempre te dije que esa Omega no me gustaba, es demasiado sosa y manipuladora.” Blaze resoplaba enojado, dando vueltas en mi consciencia. El hecho de ver a la hembra que ahora le interesa en peligro, no le hizo mucha gracia. A mí menos.“No la quería por su personalidad, eso me daba lo mismo porque para follármela no teníamos que hablar nada, solo era un deshago de vez en cuando, lo sabes bien”.“Y mira el problemón que tenemos ahora entre manos. Maldici0n que no sé ni por qué aceptaste ese día que se nos insinuó en la oficina, al final, cada vez que lo hacías con ella pensabas en mi pelirroja.”“Ahora resulta que es tu pelirroja”. Entré al despacho y me fui a sentar detrás del escritorio para revisar el móvil de Emma en lo que hablaba con Blaze.“Sabes que desde que la olimos, te dije que la quería montar”, me recuerda la propuesta atrevida y peligrosa que le hice a Trinity apenas la conocí.“Te has
NATHAN—. Si recuerdo bien, papá la puso como jefa de personal después de unos negocios con esa manada. Quizás ella facilitó algo y por eso él la ascendió.—OK, no te preocupes, lo haré enseguida —responde—. Y… bueno, un pajarito me dijo que la secretaria Miller estaba también en ese viaje.—Claro, un pajarito llamado July. ¿Hablaron sin sacarse cuchillos? No me digas que me perdí ese milagro —le digo con sarcasmo.—Vaya, vaya, así que el jefe también sabe bromear —bufó, y ya me imagino la conversación de los dos insultándose a todo momento.—William, prepárame un contrato con los puntos que te mandaré ahora por correo. Es completamente confidencial; no le digas a July —le ordeno, redactando y agregando cláusulas nuevas.—¿Es un contrato de ese tipo…?—Sí, exactamente de ese tipo.—¿A nombre?—De Trinity Miller —le respondo.—¿Por cuánto tiempo de validez lo redacto esta vez? —me pregunta, y me quedo pensando; generalmente lo hago por un mes y luego veo si lo renuevo.Esto del contrat
NATHAN No sabía que me gustaba tanto la carne hasta que no tuve a esta hembra encima de mí en ese bar hace más de cinco años. Aguantándome las ganas y luchando contra mis impulsos animales, retiro el libro e intento taparla para que no se enfríe a pesar de la calefacción puesta. Murmura algo incomprensible que me hace sonreír; se gira de lado y veo esas nalgas casi afuera de la mini tanga que lleva. “Diosa, dame más maldit4 paciencia, por favor”, pido a todos los cielos antes de cubrirla. Hoy me van a tener que canonizar. Me inclino sobre ella y hundo mi rostro en su nuca, aspirando profundamente el aroma de su cabello recién lavado. —Hasta dentro de unas horas, mi hembra revoltosa —la beso detrás de su oreja y ella gime suavemente. Decido irme o tendré que volver a hacerme labores manuales, y ya estoy muy viejo para estar siempre con la vara tiesa. Quiero poner el libro sobre la mesita de noche, pero noto que la gaveta está medio abierta. Una bolsa de nylon negra se puede ve