El amanecer en la playa fue hermoso, al día siguiente Jean Carlo, acudió a su desayuno y comida de negocios, mientras Anabella se quedó en el hotel, en la parte de la alberca, se encontraba bronceándose, tenía mucho tiempo que por falta de tiempo no podía disfrutar un momento como este. Pensaba en lo sucedido con su esposo, en Jean Carlo, era un hombre maduro, y lo comenzaba a admirar, sabía de su gran inteligencia, pero comenzaba a observar y tenía que reconocer que también poseía un gran corazón, eso hacía que se comenzara a sentir cada vez más y más atraída hacia él, no quería reconocer la palabra amor, o enamoramiento. Su esposo entro en la habitación cerca de las siete de la noche, y encontró a su esposa sobre la cama, la mujer se encontraba cansada de estar todo el día en la playa y alberca, miro el hermoso cuerpo de su esposa. Buenas tarde, Annie — saludo el hombre con una sonrisa en el rostro — te pido una disculpa, te deje sola en nuestro primer día de la luna de miel, per
La semana de la luna de miel fue maravillosa para Anabella y Jean Carlo; la mujer aprendió a conocer mucho más al hombre y este igual fue conociendo más a la mujer que había tomado por esposa, y confirmo con esa semana que Anabella, era simplemente maravillosa. El viaje de regreso fue tranquilo, salieron tarde del hotel, fueron con dirección al aeropuerto, pasaron por aduana y todo fue genial, el hombre llevaba de la mano a su esposa, tenía una sonrisa en el rostro. En unas cuantas horas llegaremos a nuestra casa, hoy hable con la enfermera de mi padre en Nueva York — hablo Andollini — al parecer está nueva quimioterapia no fue tan dura como las otras, y que lo ve con un buen estado de ánimo — la sonrisa de Andollini era muy tranquila, el saber que su padre se encontraba bien, era un aliciente para él. Me alegra saber que tú padre se encentra bien — le comento la mujer con sinceridad — mi padre al parecer va recuperándose, y haciendo algo de su vida normal — le comento — mi madre m
Ethan Smith se quedó completamente impactado, un hombre había respondido la llamada en el celular de Anabella, entonces si era completamente real lo que la mujer y las noticias habían dicho, aunque quería escucharlo de ella, aunque haya visto las noticias el hombre era terco y poco credulo, en verdad era algo idiota. Creo que si era verdad que se casó — dijo Ethan — jajajaja, pero no creo que haya sido porque lo ame o tenga algún sentimiento por esa persona, debe de haber algo más, si recuerdo su cara cuando me en la cama con la otra — dijo en tono burlón — mientras tanto iré al club, ahí deben de saber lo que sucede. Ethan solo quería molestar, o es que le interesara en realidad Anabella, lo que en realidad quería era molestar, y algo de dinero, aunque no lo necesitara. Vere que puedo sacarle a Andollini — dijo el hombre — así poder seguir viviendo como me gusta, y poder hacer un viaje un año entero — dijo con cinismo — realmente me he cansado de ser el chico becado y andar padeci
Las cosas en la casa de los Connor se encontraban tranquilas, todo al parecer marchaba a la perfección, la madre de Anabella parecía que el juego lo estaba dejando atrás, pero todo era una farsa, ella aun gastaba dinero, incluso robo algunas de las alhajas de la madre de su esposo. Nadine Connor, en ocasiones cuando nadie preguntaba por ella iba al casino ilegal, era bastante escurridisa y no le importaba como salir, pero lo tenía que hacer. Al salir de ese lugar en ocasiones se sentía muy feliz y en otras completamente frustrada, lo que había obtenido por las joyas, un día se duplico, pero al siguiente, perdió al menos en esa ocasión no había quedado toda endeudada. Su hija regreso de la luna de miel y al parecer continuaba con esa maldita obstinación de solo estar casada por un solo año con Andollini. ¿siempre tiene que ser tan terca? —preguntó en voz alta la mujer — ella tiene una magnífica oportunidad, una gran y buena oportunidad, ser la esposa de uno de los hombres más ricos
Anabella miraba cada día que pasaba de su matrimonio, Jean Carlo se comportaba como un hombre cariñoso y atento, incluso lo comenzaba a admirar cada día más, salvo que seguía con su obstinación de no admitir sus sentimientos por este, la sexualidad no era algo nuevo para ella, pero la vida sexual con el italiano era bastante agradable e igual excitante. En ocasiones el hombre contestaba llamadas y mensajes, pero casi cortaba de inmediato, al parecer era Brassi por el tono molesto de hombre, en otras ocasiones escucho la voz de otras mujeres, pero con ellas, simplemente les decía: — sí, me case, soy muy feliz — y colgaba el celular, pero cuando era Brassi, su rostro se transformaba y le decía en tono molesto, no me molestes, por favor Constanzza, yo te busco después, siempre era lo mismo. ¿aun seguiría visitando a Constanzza?, en ocasiones esos pensamientos no la dejaban estar tranquilo, llevan dos meses de casados; ¡YA FALTABAN DIEZ Y SE TERMINARIA EL CONTRATO!- exclamaba en su cabe
Habían pasado cerca de tres meses desde que la boda entre Anabella y Jean Carlo habían contraído matrimonio, los días generalmente eran buenos, pero había algo que la mujer se encontraba ocultando, en la visita con su ginecóloga de confianza. Días antes. Mira, si este es el pequeño problema — hablo la mujer mientras pasaba un aparato de ultrasonido — si, hay unos pequeños quistes en los ovarios, este es el motivo por el cual te costara trabajo embarazarte — la ginecóloga continua con el estudio, pasaba el aparato del ultrasonido, la tensión que comenzaba a sentir Anabella era demasiado grande. Si al parecer sufres de ovario poliquístico — menciono la doctora — te daremos un tratamiento Anabella, me comentas que tú esposo y tú quieren ser padres, les costara un poco de trabajo, pero no es imposible. Actualidad. No le había dicho la noticia a Jean Carlo, no sabía qué le iba a comentar o decir, era una condición de salud, el tratamiento tenía que comenzarlo después que terminara
Anabella abrió los ojos, en una de sus manos tenía solución salina y en la otra tenía una bolsa de trasfusión, se encontraba mareada y trato de enfocar en donde se encontraba, al parecer estaba en una habitación de hospital. La mujer despertó e intento levantarse, se sentía aturdida, y muy desorientada, una voz masculina la comenzó a tranquilizar — relájate mi amor — le decía el hombre — todo está bien, tienes que descansar — hablo Jean Carlo. Anabella Andollini abrió miro a su esposo y solo pudo preguntar — ¿Qué me sucedió? - Tuviste un aborto espontaneo — dijo él — pero al parecer tu coagulación no es buena, y fue por eso que no se dio el embarazo. ¿embarazada? — pregunto ella — yo no puedo estar o pude estar embarazada — hablo ella con voz mareada y un poco desorientada. Tenías dos meses — hablo el hombre — no pudieron salvar al bebé, te lograron salvar a ti — el hombre se miraba completamente espantado y preocupado — Annie, ¿Por qué no me dijiste que te encontrabas embrazada?
Anabella salió del hospital dos días después, con un medicamento que contrarrestara los efectos del anticoagulante y otros, llevaba un poco de shock, al enterarse que se encontraba embarazada, que lo había perdido, y que los medicamentos que ella había estado tomando para quedar embarazada resultaron que hicieron que perdiera al bebé. No comprendo — hablo ella con voz triste —¿Qué ganaba mi doctora?, es lo que no logro asimilar, lo peor es que — se quedó callada, tardaría meses en volver a poder quedar embarazada. Jean Carlo, tenía investigada a la doctora, al parecer la mujer había salido del páis, primero partió con dirección a Europa, pero no podía hacer nada ahí, tenía la idea que alguien había actuado comprando a esa mujer. Anabella tenía el rostro triste y pálido, pero sabía que todo pasaba por algún motivo, en los íltimos eventos en los cuales había salido con Jean Carlo, había tomado muchos tragos o se había mal pasado a la hora de la comida, su bebé hubiera sufrido algo y