CONTRATO; INFIERNO TENTADOR CAPÍTULO 135; Te extrañé [Final]—CLAUDIA——Arréglate, tenemos que irnos.La puerta de mi habitación se abre, es Samir que ha llegado. Ayer pasé toda la tarde con él y con las chicas, estaban felices porque me quedaré por un tiempo.—Pudiste encontrarme desnuda —le lanzo una almohada—. Apenas tengo dos días acá y ya empezaste a estar encima de mí, Dios, pero ¿a dónde me llevarás?—Es una sorpresa.—No me gustan las sorpresas.—Esta te gustará, te lo prometo —se me acerca, me da un pequeño beso en la mejilla—. Ayer ya no lo dije, pero me encanta que hayas regresado y que te veas tan tranquila, que hayas podido construir la vida que querías.Le doy una sonrisa, sé que es sincero con lo que dice.—Me voy a arreglar y nos vamos.Camina hasta la puerta y aparece con una caja. Me la entrega y la reviso, hay un vestido de color blanco, unos tacones negros y un labial rojo, pero no es cualquier labial, es el labial que le di a Harrison antes de irme. No digo nada,
CONTRATO; INFIERNO TENTADOR EPÍLOGO —CLAUDIA—Ha pasado tanto tiempo desde que me casé con Harrison, los dos decidimos que la boda fuera en el faro «ahí empezó nuestra verdadera historia de amor» y que solo fueran nuestros amigos, mi prima y mi madre. Puedo decir que no me arrepiento de nada de lo que ha pasado en todo el tiempo que llevamos casados, aunque a veces me estresa porque me lleva la contraria. Tenemos una hija de cuatro años, quería morirme de los nervios cuando supe que estaba embarazada, pero esta vez todo salió como yo esperaba. Es una niña preciosa que se parece a Harrison, y la adoramos. Nos quedamos con Matías que también se convirtió en un hijo para nosotros, lleva nuestros apellidos, y nos llevamos bien. Hace algún tiempo su papá Rodrigo salió de prisión, fui a esperarlo afuera como se lo prometí hace unos años, pero decidió que su hijo se quedara a vivir con nosotros y que fuera con él los fines de semana. Tenemos una bonita familia y no hemos permitido que nad
CONTRATO; INFIERNO TENTADOR CAPÍTULO EXTRA —HARRISON—Dicen que los hombres no solemos estar con una sola mujer, y es verdad, la mayoría de los hombres sienten la necesidad de estar con varias mujeres para saciar sus ganas, pero siempre hay una que nos descontrola la vida, que aparece y nos hace sentir que no existe nadie más. Puede desaparecer toda una vida, pero cuando regresa nos hacen sentir que valió la pena la espera.Aunque parezca una mentira hay quienes nunca queremos que se vayan, en mi caso, me pasa con Claudia, llevamos tanto tiempo de casados y puedo decir que es la mujer de mi vida, que no hay momento en el que diga que no quiero estar a su lado. Nunca me he arrepentido de nada de lo que ha pasado entre nosotros, porque hemos tratado de no tener una relación monótona.Hemos visto a nuestros hijos crecer, hemos visto sus cambios y hemos estado en todos sus momentos importantes, y puedo decir que somos felices, no ha sido fácil, pero entre todos tratamos de no dañarnos.
Hay quienes son el propio infierno, hay quienes se quedan tan clavados dentro de nosotros que es imposible borrarlos de nuestra alma, incluso cuando han pasado los años y no los hemos visto. Y Harrison lo sabe; lleva años enamorado de la misma chica. Tanto, que es capaz de hacer un contrato de matrimonio que la obliga a estar a su lado durante un año. Un contrato que será el desenlace de una pesadilla que los hará darse cuenta del porqué los huracanes también tienen nombre de personas.Harrison y Claudia son tan imperfectos, son como pequeños alfileres que van dejando marcas hasta romper, son su propio castigo y lo disfrutan. Están hechos para destruirse con cada palabra que sale de su boca, y aún así, los dos caen en su propio juego; un juego que construirá un infierno tentador. Los dos son la destrucción convertida en belleza, los dos son su propia arma para destruirse y los dos serán su perdición…
CONTRATO; INFIERNO TENTADORCAPÍTULO 1; Me casaré —CLAUDIA— Me asomo por la ventana y me doy cuenta de que mi padre viene llegando, lo veo caminar a la entrada y su rostro luce contraído, todo el tiempo está muy serio. Ignoro que ha llegado y me vuelvo a tirar a la cama, mi madre aparece después de unos minutos, también tiene la misma expresión de mi padre, le doy una sonrisa y ella sonríe con cierto pesar en su mirada. —Tu padre necesita hablar contigo. —¿Tiene que ser ahora? Quiero seguir durmiendo. —Sí, ve al estudio —me recorre con su mirada—. Ponte algo más decente, no tienes que estar en pijama todo el día. —Ya sé que a mi papá le molesta verme en pijama, pero no me cambiaré, mamá, estoy muy cómoda así. Salgo de la habitación antes de que pueda decir otra cosa, y no me molesto en ponerme chanclas, me gusta estar descalza cuando estoy en casa. Entro al estudio, mi padre tiene sus codos afirmados en su escritorio y su cara la cubre con sus manos. Está preocupado. Levanta la
CONTRATO; INFIERNO TENTADOR CAPÍTULO 2; Llegó el momento—CLAUDIA— —¿No? ¿Te recuerdo lo que sucedió? —me agarra con mucha más fuerza del brazo—. Dime si quieres que te recuerde lo manipuladora que fuiste, y que fuiste capaz de quitarle la vida a un ser humano por tu estupidez. Le arruinaste la vida a una familia entera y de paso a nosotros, así que no vengas aquí a hacerte la hija modelo que puede ser un ejemplo a seguir porque no te queda.—Tú tampoco eres un ejemplo a seguir, papá, no eres la mejor persona del mundo, y te recuerdo que no tengo porqué hacer lo que me pidas —le quito la mano con brusquedad—. ¿Quieres una boda? Hazla y te casas tú con ese viejo, pero no pretendas vestirme de blanco y casarme a mí, el papel de hipócrita te lo dejo a ti. No soy una niña a la que puedes controlar.—No, no eres una niña porque sobre ti pesa la culpa de haber matado al chico que, según tú amabas.Su mirada y la mía son tan retadoras que ninguno de los dos da un paso atrás.—Basta, Silfre
CONTRATO; INFIERNO TENTADORCAPÍTULO 3: El chef —CLAUDIA—Resoplo y salgo de la habitación, debo estar en la sala para cuando venga el señor Betancourt, mis papás fueron tan astutos que me dejaron sola en la casa para cuando venga él podamos estar solos, ni siquiera pensaron en lo incómodo que iba a ser el momento.Pasa casi una hora y todavía no ha llegado, encima de que es un viejo aprovechado también se da el lujo de ser impuntual. Estoy por irme a la habitación y escucho el timbre sonar, me dirijo hasta ahí y al abrir la puerta me encuentro con un chico que luce un par de años mayor que yo, viene vestido con ropa clásica y a pesar de su expresión seria puedo ver que no está nada mal. No disimula su mirada y puedo sentir cómo recorre mi rostro y baja hasta mi cuerpo. Parece que su mirada traspasara la fina tela de mi vestido negro.—¿Qué necesitas? —hablo, logrando que me ponga atención—. Me imagino que eres el chef que dijeron mis padres que vendría, y, de hecho, vienes tarde.No
CONTRATO; INFIERNO TENTADOR.CAPÍTULO 4; Futura esposa.—CLAUDIA—Aparto la mirada de mi padre para mirarlo y tiene una sonrisa descarada, me escuchó hablar mal casi toda la noche del que yo creía que no había venido y resulta que es él. ¡Es un puto loco! Hubiera sido más fácil que me dijera que él no era el chef cuando lo confundí, pero él me siguió la corriente. Trato de disimular mi enojo.—¿Cómo la pasaron?—Divinamente, papá, el… señor Betancourt cocinó, aunque todo estaba medio feíto y crudo, pero aceptable —finjo una sonrisa—. ¿Puedo irme a mi habitación? Estoy cansada.—Claro que sí, despídete de Harrison.Aprieto mis labios para no renegar.—Nos vemos, cuídate.Estoy por irme y me toma del brazo.—Esa no son maneras de despedirte, en dos días vamos a vivir juntos —me pega a su cuerpo y le doy un pisotón con toda la intención—. ¿Sigues pensando en dejarme plantado para ver mi cara arrugada mientras te ríes? Qué cruel eres, Claudia —me susurra en medio del abrazo para que mi pa