CONTRATO; INFIERNO TENTADOR
CAPÍTULO 3: El chef—CLAUDIA—Resoplo y salgo de la habitación, debo estar en la sala para cuando venga el señor Betancourt, mis papás fueron tan astutos que me dejaron sola en la casa para cuando venga él podamos estar solos, ni siquiera pensaron en lo incómodo que iba a ser el momento.Pasa casi una hora y todavía no ha llegado, encima de que es un viejo aprovechado también se da el lujo de ser impuntual. Estoy por irme a la habitación y escucho el timbre sonar, me dirijo hasta ahí y al abrir la puerta me encuentro con un chico que luce un par de años mayor que yo, viene vestido con ropa clásica y a pesar de su expresión seria puedo ver que no está nada mal. No disimula su mirada y puedo sentir cómo recorre mi rostro y baja hasta mi cuerpo. Parece que su mirada traspasara la fina tela de mi vestido negro.—¿Qué necesitas? —hablo, logrando que me ponga atención—. Me imagino que eres el chef que dijeron mis padres que vendría, y, de hecho, vienes tarde.Noto una expresión de confusión en su rostro y asiente con una leve sonrisa. Me hago a un lado para que pase y no evito mirar su trasero en cuanto pasa por mi lado, este hombre huele delicioso. Le muestro cuál es la cocina y asiente a todo lo que le digo, no porque parezca intimidado, sino porque parece concentrado en los detalles de mi rostro.—¿La comida es para alguien especial? —murmura sin mirarme, está prendiendo la estufa y puedo darme cuenta de que tiene bastante destreza en la cocina. Por algo es chef.—No es para nadie especial, puedes hacer lo que quieras —me acomodo en un taburete—. Te agradezco si le pones tres gotas de veneno a un plato para librarme del que será mi esposo —suelto una risita y noto la sonrisa que se le forma—. Es broma, no quiero ser viuda antes de casarme.—No te quieres casar, ¿verdad?Empieza a picar verduras, puede estar concentrado en nuestra pequeña conversación y en lo que hace.—No, no me quiero casar, lo hago por mis papás.—¿No te agrada tu futuro esposo o no estás lo suficientemente enamorada para casarte?—Ni siquiera lo conozco, y se supone que debería estar aquí —resoplo, mirando la hora en el reloj de la pared—. Odio tener que casarme con un desconocido que debe tener una mente suicida, debe ser un viejo cochino con ganas de coger con una chica joven —se queda callado y reacciono—. ¡Ay, perdón! Debes de estar aburrido escuchándome hablar de cosas sin sentido.—Es muy interesante escucharte hablar de tu futuro esposo que seguramente debe ser una pesadilla —me sonríe de manera divertida.—Te aseguro que sí.Nos reímos.Sigo quejándome de mi desastrosa vida y de vez en cuando nos reímos por sus comentarios fuera de lugar. Creo que es el chef que mejor me ha caído durante muchísimo tiempo, no solo es guapo, también me parece un chico con buen sentido del humor. Pasan los minutos y parece que mi supuesto prometido no llegará, ya es tarde, me hace arreglarme para no aparecer. Qué estúpido.La cena está lista, la he probado y está deliciosa. Me quedo callada viendo al chef recoger todo lo que ha usado.—¿Te quedarías a comer conmigo? Creo que la persona que espero no vendrá —me acerco, se gira a verme—. Prometo darte más dinero del que te pagarán mis papás, pero quédate a comer conmigo.—Si sigues sonriendo como hasta ahora por supuesto que me quedo.Una sonrisa se forma en mis labios y lo jalo de la mano para que se siente a mi lado. Pensará que soy una loca confianzuda, pero no me comeré toda esta comida yo sola. Empezamos a comer, todo está delicioso, él no deja de reírse por mis comentarios estúpidos sobre mi supuesto prometido y me agrada que no me juzgue por las estupideces que debo estar diciendo.—¿Cuándo te casas? —se mete un bocado de comida, sus manos son grandes y muy finas. Siento que come con demasiado cuidado para no ensuciar nada.—El viernes.—Apuesto que serías feliz si lo dejas plantado.Asiento y me burlo.—Oh, sí, la más feliz. Amaría ver su cara arrugada esperando por mí y yo riéndome de lejos, es cruel, lo sé, pero prácticamente me está comprando.—Es cruel, pero divertido.Nos seguimos riendo.—Llevo horas hablando como parlanchina y no te he dado la oportunidad de decirme cómo te llamas. Quiero saber tu nombre.—Me llamo…—¡Harrison!La voz de mi padre llega a mis oídos y no entiendo nada de lo que dice o de lo que hace, él le está hablando al chef con toda la confianza del mundo como si fueran grandes amigos. Créanme, mi papá no es así con los empleados.—¿Ya se conocían?Los interrogo con toda la curiosidad posible.—Por Dios, hija, él es el señor Harrison Betancourt; tu futuro esposo.CONTRATO; INFIERNO TENTADOR.CAPÍTULO 4; Futura esposa.—CLAUDIA—Aparto la mirada de mi padre para mirarlo y tiene una sonrisa descarada, me escuchó hablar mal casi toda la noche del que yo creía que no había venido y resulta que es él. ¡Es un puto loco! Hubiera sido más fácil que me dijera que él no era el chef cuando lo confundí, pero él me siguió la corriente. Trato de disimular mi enojo.—¿Cómo la pasaron?—Divinamente, papá, el… señor Betancourt cocinó, aunque todo estaba medio feíto y crudo, pero aceptable —finjo una sonrisa—. ¿Puedo irme a mi habitación? Estoy cansada.—Claro que sí, despídete de Harrison.Aprieto mis labios para no renegar.—Nos vemos, cuídate.Estoy por irme y me toma del brazo.—Esa no son maneras de despedirte, en dos días vamos a vivir juntos —me pega a su cuerpo y le doy un pisotón con toda la intención—. ¿Sigues pensando en dejarme plantado para ver mi cara arrugada mientras te ríes? Qué cruel eres, Claudia —me susurra en medio del abrazo para que mi pa
CONTRATO; INFIERNO TENTADORCAPÍTULO 5; Condiciones—CLAUDIA—Saco de mi clóset el vestido que me pondré, es de color blanco y su cuello es redondo, es holgado y a medida que baja forma especie de unas capas en forma de campana que le dan un toque fino. Es hermoso, lástima que sea para una ocasión que no vale la pena. Saco las zapatillas que también son de color blanco y las dejo en la cama.Para este punto ya pasado una hora, ya me he dado una ducha y me he arreglado, los accesorios hacen que el vestido se vea más elegante y mi cabello recogido hacia atrás lo hace lucir mucho mejor, las ondas caen de manera ligera y el toque que le da a la vestimenta es sutil y al mismo tiempo hermoso. Me apliqué una cantidad mínima de maquillaje para no verme tan simple y que parezca que estoy feliz porque me voy a casar.Miro por el espejo y me doy cuenta de que no estoy sola, creí que no vendría hablar conmigo, se negó cuando lo llamé. Detallo su cuerpo dentro del traje blanco que está usando y de
CONTRATO; INFIERNO TENTADORCAPÍTULO 6; Primer beso—CLAUDIA—Le digo entre dientes, sin borrar la sonrisa para que nadie sospeche que le estoy haciendo el feo.—Es una lástima que me dé igual lo que me estás diciendo ahora.—He dicho que…Sus manos se deslizan por mi cuello logrando que mis palabras se pierdan en el aire. Aprieta ligeramente mi garganta con sus pulgares, siento la presión de sus labios contra los míos, con tal fuerza que logra que no quiera seguir diciendo nada. Sus manos bajan hasta mis hombros, acaricia mis brazos y se detienen en mi región lumbar. Puedo sentir ligeros escalofríos de nervios y una sensación confusa. Intenta pegarme más a su cuerpo que se siente bien contra el mío, y yo le muerdo el labio logrando que se separe.Estoy por empezar a quejarme por su beso y no me da tiempo porque se nos acercan a felicitarnos. La felicidad de mis papás se puede ver desde lejos, ojalá la que estuviera así de feliz fuera yo por aceptar esta mentira. Mi prima me abraza y
CONTRATO; INFIERNO TENTADOR CAPÍTULO 7; ¡Habla más duro!—HARRISON—Sabía que pretender estar con Claudia iba a ser fácil, su padre necesitaba el dinero para sus empresas y yo podía dárselo, así que aproveché la oportunidad en cuanto la tuve y todo salió como yo esperaba. Lo que no esperaba era que todo iba a ser tan complicado con ella, todo le molesta y, prácticamente, en las dos semanas que llevamos viviendo juntos no hemos hablado, a menos que sea para discutir. A veces siento que quiero explotar con todas sus actitudes, pero lo que tengo claro es que no la quiero dejar ir.Conocí a Claudia hace un par de años atrás cuando vivía en otra ciudad, me gustaba, pero nunca tuve la oportunidad de decírselo porque estaba enamorada de un chico que para mi pensar era insoportable. Todo el tiempo la veía desde lejos, me parecía una chica muy inteligente y agradable, pero un día desapareció y durante cuatro años no supe nada de ella, le preguntaba a los que eran sus amigos y ninguno tenía id
CONTRATO; INFIERNO TENTADOR CAPÍTULO 8; Acercamiento—HARRISON—Vuelvo a entrar a la habitación, Claudia está sentada en el sofá mientras ve una película, le apago el televisor ganándome su atención y pongo la bandeja de comida en la cama. —Ven, hay que comer —ignoro su mal genio y la agarro de la mano, aunque se suelta y se sienta en la cama—. Come.—¿No has envenenado la comida?La mira con desconfianza.—Tres gotas de veneno para librarme de ti no está mal. Es broma, no quiero ser viudo —repito lo que me dijo cuando creía que era el chef, pero en otras palabras y, por lo visto, lo entiende. Noto que aprieta sus labios para no reírse. Sin decir nada más comienza a comer, puedo notar su cara llena de placer al probar la comida. Cuando está callada es muy hermosa, y no digo que cuando está enojada no lo es, simplemente la chica sabe cómo sacar mis demonios.Los dos comemos en completo silencio, y la escucho hablar;—¿Por qué tus papás no asistieron a la boda?Levanto la mirada. Tie
CONTRATO; INFIERNO TENTADOR CAPÍTULO 9; ¿Celos?—CLAUDIA—Miro el reloj en mi mesita de noche, son las cinco de la mañana y Harrison no ha llegado, lleva horas en la calle, lo escuché cuando se fue y desde entonces no ha regresado, y lo sé porque fui a caminar con mi prima Maya y cuando regresamos no estaba por ningún lado, tampoco estaba el control del televisor en el sofá, cada vez que mira una serie o una película lo deja ahí. Es una mala costumbre que tiene.Escucho un auto y me asomo por la ventana, sí es Harrison, pero lo trae una chica por el brazo. ¿Quién será? La puerta se abre y la chica tiene que hacer fuerza para que Harrison no termine en el piso, está muy tomado. Alcohólico.—¿Podrías decirme dónde lo acuesto? Pesa muchísimo.Señalo mi habitación y no me muevo a ayudarla, si estaba con ella, pues que lo ayude, yo no soy su sirvienta. Espero que lo acueste y aparece, luce agitada, tiene los primeros botones de su blusa abiertos. «Es linda».—Please, no vayas a enojarte c
CONTRATO; INFIERNO TENTADORCAPÍTULO 10; Lágrimas.—CLAUDIA—«Respirar; eso debo hacer para no arrugarme de tanta rabia». Voy llegando a la habitación y suena el timbre. Es mi prima, no me avisó que venía.—¿Cómo está la prima más sexy y caliente del mundo entero? —me da un beso en la mejilla—. ¿Y tu hombre no está?—No te consta si soy caliente —sonrío llena de picardía. Caminamos hasta el jardín y nos sentamos cerca de la piscina. —¿Tu hombre no está? —vuelve a preguntar.—Harrison no es mi hombre. Y sí está, llegó a la cinco de la mañana muy borracho, lo trajo una chica que me pareció muy cansona. —¿No te pega ese olor? —empieza a oler. —¿Qué olor? No me llega nada.—Olor a celos.Suelta una risita y la empujo. —No estoy celosa, por Dios, únicamente te estoy contando que lo trajo una chica, eso es todo —me sirvo un vaso de limonada—. Eres la prima más pesada que tengo, y mira que eso es mucho. Y tendría que gustarme para estar celosa, y eso no pasará, estoy aquí porque me com
CONTRATO; INFIERNO TENTADOR.Capítulo 11; Soy su esposa.—HARRISON—La vida puede hacernos decidir nuestro camino, y nos da tantas opciones que es difícil decidirnos, pero al final nos vamos por lo más fácil porque pensamos que es lo mejor o porque es el camino que más nos conviene. Y no es malo, el problema es que no recordamos que a veces lo fácil se vuelve imposible, y que por más que busquemos una salida no la vemos por ningún lado, y tal vez eso es lo que me pasa con Claudia, que por más que busco hacerla sentir bien para que sea sincera conmigo, no pasa, ella sigue encerrada en sus pensamientos y prefiere quedarse callada.Que haya aceptado ir al baile conmigo fue una sorpresa para mí, no me lo esperaba. Es un buen comienzo. Estoy seguro de que algo le está pasando a Claudia, y puede que por eso sea tan complicada para abrirse con las personas, o más bien conmigo. Me gustaría saber lo que le pasa, y ojalá algún día sea capaz de decirme todo lo que hay dentro de su cabeza, sé que