Narra Dylan.Abro los ojos de golpe, y lo primero que viene a mi mente es Helen y mi bebé en sus entrañas. Miró a mi lado, y ahí está ella, su cuerpo frágil está golpeado; yo solo puedo pensar en si está viva. Tocó su pulsó desesperado, y aún está con vida, salgo del auto que toda la parte delantera está hecha añicos para sacar a mi mujer, que sangra de su frente. Desesperado por saber que está bien la tomó entre mis brazos. Trato de despertarla pero no reacciona; en estos momentos siento mi corazón latir a mil por horas.Es una vía solitaria, y como era de esperarse el carro que nos atropelló se ha ido.Camino con ella en mis brazos, desesperado porque la vea un doctor, hasta que un auto se apiada de mí y nos lleva a una clínica.Todo el camino a la clínica me la paso pidiéndole a Dios porque ella y mi hijo estén bien. Revisó su cuerpo desesperado buscando si tiene algún hueso roto o un hematoma, pero no, solo veo el golpe en su frente y que no reacciona.—¡Un doctor por favor mi esp
Narra Dylan.La voz de Margarita llamándome me saca de mis pensamientos—¡Señor Dylan, señor Dylan la señora acaba de despertar!Siento como mi cuerpo se tensa. Quiero salir corriendo pero estoy ahí sentado sin poder moverme por la impresión. Después de sobrellevar la situación me levanto para salir corriendo, corro tan fuerte como si me estuvieran siguiendo. Tengo la respiración agitada y siento como lágrimas de felicidad brotan de mis ojos.Cuando llegó a la habitación ya todos estaban afuera. Veo a mi hijo Dylan llorando y Andrea jipiando. Todos me miran con una cara de terror que me preocupa, y en esos momentos veo a Gonzalo hablando con el médico.Los miro a todos incrédulos sin poder comprender nada, cuando entro a la habitación y veo la razón.Helen está acurrucada en posición fetal, mientras está llorando, se arrancó todas las vías que le permite ser monitoreada, y tiene la mirada perdida a la nada.—Helen mi amor, mi reina ¿cómo te sientes? —me acerco para besarla, abrazarla.
Narra DylanA pesar de que me quedé dormido tarde, siento que dormí bastante. Me siento complacido con eso, así que abro los ojos y me estiro para ver a la hermosa mujer que tengo a mi lado, Helen sin duda es hermosa, su silueta a pesar que ya no es de una niña es frágil.Me levanto con cuidado para no despertarla y me meto al baño para ducharme, cuando salgo envuelto en una toalla la veo sentada en la cama, intentando tapar sus ojos por la impresión que le causo verme desnudo, si solo recordara cuántas veces le he hecho el amor hasta cansarme.—¿Por qué te tapas los ojos?, acaso no sabes quién te hizo ese bebé que llevas ahí —le señaló su vientre abultado.Ella sonríe y quita las manos de sus rostro.—Es solo que aún no me acostumbro —baja la mirada tímidamente, y juro que quiero follarla, no lo hago por la sencilla razón de que no quiero asustarla.Quito la toalla de mi cuerpo y enseguida ella abre la boca sorprendida, un poco asustada. Eso me causa mucha risa, y con un poco de grac
…..Narra Helen.No recuerdo nada, es cierto, pero se que tengo dos hijos, uno en mi vientre, y uno que es tan idéntico a este hombre que está en frente de mi que no podría estar más segura que es su padre.Y no solo eso, este hombre causa en mí una sensación extraña, hay momentos en que quisiera besarlo con toda la lujuria que pueda existir, y otras que solo quiero llorar en su pecho. Es como si él puede darme todo lo que necesito, es la perfección en persona, tanto que me siento segura, es como cuando vas por la calle y te topas con un desconocido pero confían absolutamente en esa persona como si la conocieras de toda la vida, o cuando dices te he visto en alguna parte y no lo recuerdas, así me pasa con el, siento un profundo deseo de acostarme con este extraño, con este extraño que siento que amo y deseo con locura.Me quedo observando como se quitaba su ropa. Él me está viendo pero yo estoy estática admirando su hermosa silueta varonil, sus piernas gruesas que estoy segura que una
Estoy aquí sentada tomando un capuchino que me trajo Margarita mientras veo a Dylan y a Dylan junior jugar fútbol en el jardín. Es tan hermoso ver a mi hermosos hombres, que me llena de alegría, definitivamente estoy agradecida con Dios por mi familia.Desde el día que recupere la memoria, poco a poco han llegado a mi los demás recuerdos, y aunque a veces tengo pesadillas con el accidente, Dylan me abraza y se me calma.Ya tengo treinta y siete semanas cumplidas, y pues es cuestión de días para dar a luz. Mi madre me dice que seguramente no me lleve las cuarenta, porque ya no soy primeriza y por eso ya tengo todo listo. Con Dylan encima de mí es difícil no tenerlo, se la pasa asfixiando me a tal punto que quisiera salir corriendo.Acaricio mi panza mientras le doy un sorbo a mi café; está delicioso. Trato de levantarme pero está enorme panza no me deja, puesto que es tan grande que pareciera que fuera a tener cinco muchachos ahí metido, lo bueno es que es solo uno, el médico no ha dic
Narra Helen.Después de varios días de estar en la clínica, llegamos a casa. Iba entrando con Camila en mis brazos y Dylan a mi lado cuando escucho ¡sorpresa!, todos estaban reunidos en el salón de la mansión para recibir a Camila, todos los miraban con admiración y pasaba de brazo en brazo, hasta que la bebé comenzó a llorar y me fue entregada. Yo estaba ansiosa por tenerla entre mis brazos de nuevo, no quería jamás separarme de ella. Dylan junior estaba aún en su habitación, me pareció extraño, así que después de amamantar a Camila, fui corriendo a ver al amor de mi vida, tenía tantos días que no lo veía, que sentí que habían pasado años.Subí las escaleras con dificultad. Tenía miedo de subir el ascensor, no después de lo que ocurrió la última vez y aunque dure unos cuantos minutos llegué.Cuando entré en su habitación, mi corazón se partió en mil pedazos, estaba acostado llorando en posición fetal.—Dylan mi amor aquí está mamá, ¿qué tienes mi vida, por que lloras?—me senté a su l
Narra DylanCuando Helen me dijo que los niños no estaban con la payasa sentí que mi cuerpo comenzó a tensarse, mis manos comenzaron a temblar y las palpitaciones de mi corazón eran lentas.Salí corriendo al interior de la mansión para buscarlos por todas partes desesperado, mientras agarraba mi cabeza con frustración abrí a una a una las veintidós habitaciones que tenía mi casa y no estaban ahí, no estaban en ningún lado, mis hijos ¿Qué le diría Helen? Como la miraba a la cara para decirles que los habían secuestrado.Comencé a gritar como loco llamando al jefe de seguridad.—¡Los quiero a todos buscando a los niños, a todos, tienen que aparecer, no es posible que se los hayan llevado en sus malditas narices ¡por Dios! —grite al mismo tiempo que tomaba mi cabeza con frustración, escuchaba las voces lejos y un dolor en mi pecho no me dejaba respirar..—Dylan mis hijos, ¿Dylan dónde están?—su semblante está pálido, y a mí me parte el alma verla de aquella forma.Cómo le digo a mi mujer
Narra Dylan.Había una muñeca ensangrentada con pintura roja, y con múltiples cuchillos en su abdomen, era rubia como mi hija, y enseguida entré en pánico.—¡Gonzalo Marina es capaz de asesinarlos, es capaz hermano es capaz! —comencé a llorar al ver aquella escena.—Vamos a buscar solución Dylan, vamos a hacerlo, tranquilo hermano—Gonzalo trataba de calmarme, pero yo estaba tan desesperado que me parecía imposible.Junto aquella atrocidad, había una carpeta , con un documento limpiamente redactado, donde decía específicamente que yo me comprometía de forma limpia y legal a entregarle todos mis bienes. En ese momento no me importaba nada, estaba seguro de hacerlo, ni toda la fortuna que poseía podía pagar lo que valían mis hijos y su bienestar, de eso estaba totalmente seguro.Seguí leyendo la carpeta, había una nota que decía” firma y déjala ahí, no hables a las autoridades o mi adorables sobrinos van a pagarlo”Enseguida sentí como mi cuerpo comenzó a convulsionar, producto del miedo