Ver a Dylan de aquella manera me devastó por completo, y más aún ver la manera como me había tratado. Sus ojos rojos apunto de llorar, su mirada fría sin esperanzas y sus venas marcadas por la rabia, me dolía y me dolía mucho.Cuando llegue a la casona, me acosté en el sillón a llorar, preguntándome donde estaba y cómo se sentía en aquel momento, comencé a llorar preguntándome el porqué le resultaba tan difícil entender que lo amaba así, sin necesidad de que caminara, yo lo aceptaba así y se lo había demostrado.Encendí mi móvil, que desde que llegué a Dublín no lo había encendido, porque quería tener paz y no recordar a mi padre y la decisión qué tenía que tomar sobre Alejandro, que claro esta ya la había tomado, aunque tenía que aclarar toda esta situación con el, esperaba que entendiera, que me había enamorado del hombre que me había comprado, aunque sonara absurdo era cierto, y no pensaba separarme de su lado.Miles de mensajes comenzaron a llegarme, Alejandro en ellos me decía qu
Cuando llegamos a la mansión lo primero que hizo Dylan fue irse a la empresa, sabía que estaba mal, y que quería llenarse de trabajo para no pensar tanto en lo que había pasado, por mi parte yo subí a mi habitación para cambiarme, para después salir corriendo a casa de mi madre a llevarle los regalos que había traído, y también ver cómo estaba.Le indiqué a Margarita y a María que subieran las maletas a mi habitación, a ellas también les había traído un regalo.—¿Cómo le fue en el viaje señora?—preguntó María quien era muy conversadora.—¿Qué pasa niña? respeta porque debes de estar preguntando la vida privada de la señora Helen —la regaño Margarita a lo que está hizo un puchero..—Déjala quieta Margarita —mire a Margarita que estaba con el ceño fruncido—.Me ha ido de maravilla, Dylan y yo estamos enamorados —dije con entusiasmo.—¡Bendito sea a Dios! Yo sabía hija que lo amabas era cuestión de tiempo para que te dieras cuenta de eso —dijo Margarita notoriamente contenta, quitándose c
Abrí los ojos, tratando de percatarme dónde me encontraba, parpadeo varias veces para ver la habitación dónde estaba, y pues estaba en mi antigua casa. Habían pasado ya varias semanas que vivía de nuevo con mi madre, y todas las mañanas al despertar sentía esa sensación de que no estabas dónde quería estar, o simplemente no estaba con el.Cada día de mi vida, esperaba con paciencia la hora de que él fuera a mi encuentro, para decirme que lo que había visto era una confusión, y que el me amaba solo a mi, pero por más que pasaba los días, y que buscaba en mi móvil un mensaje o una llamada, el simplemente no me buscaba, así que poco a poco fui perdiendo las esperanza.Me levanto con pesadez. Los últimos días había estado muy cansada, como si corriera un maratón, además de que mi apetito aumentaba cada día más.Entro al baño para asearme, para luego salir a la cocina. Mi madre había montado un pequeño negocio en la casa, con la liquidación de Arturo había comenzado a vender desayunos, jugo
Después de terminar mi día laboral, salgo corriendo a mi casa. Todos los días realizo la misma operación, y aunque estoy agotada, lo hago con felicidad, porque la razón de mis sacrificios tiene la sonrisa más hermosa del mundo, y es mi gran amor, Dylan junior.Han pasado ya cinco años, cinco desde el día que Dylan y yo nos separamos, y todo este tiempo he sacado sola a mi hijo adelante, siendo la mujer más feliz y a la vez la más desdichada del mundo, porque no he logrado olvidarlo ni un solo momento de mi vida, y la razón es que está metido en lo más profundo de mi corazón.Con esa frase toco el collar que él me regaló, deseando algún día cumplir mi promesa y quitarlo de mi cuello, pero como mi corazón aun lo ama, sigue siendo la cruz de mis más grandes deseos, volver a verlo.Por muchos tiempo mantuve las esperanzas de volver a estar con él, de que me buscara para hablar y que aún pudiéramos estar juntos, pero todo se derrumbó cuando recibí la solicitud de que mi matrimonio estaba c
Narra Dylan.El día que regresé del viaje de Irlanda, estaba desecho, no podía soportar que mis esperanzas de caminar se hubieran ido a la misma mierda, y tampoco podía ver a Helen a los ojos, me sentía un perdedor, así que me fui a la empresa a llenarme de trabajo. Tenía un montón de cosas atrasadas, aunque tenía un Gerente, había cosas que solo podía resolver yo, y firmar yo.Cuando entré en el edificio, lo primero que hice fue ponerme en contacto con el gerente, me reuní con él en una de las oficinas.—Señor Dylan, tengo una noticia que darle que no creo que le agrade mucho —lo mire curioso.—¿De qué se trata Cesar?, ya me tienes en ascuas —le pregunté realmente preocupado por su semblante.—Estuve revisando los estados de cuenta de la empresa y hay un desfalco de diez millones de dólares —si estuviera de pie en ese momento me hubiera caído por la impresión. Era una suma de dinero muy alta.—¿Y sabes quién ha sido la persona que ha tomado esa cantidad sin mi autorización? —respondí
Han pasado cuatro largos años sin Helen, cuatro años dónde día a día he intentado olvidarla, pero para mí maldita suerte no lo he logrado, se metió en lo más profundo de mi ser, haciendo que la recuerde cada día.Sabía que se había graduado de enfermera, y que estaba trabajando para una agencia reconocida. Todo esto me lo había dicho un investigador privado que había contratado, además de que tenía un hijo. Me dolió en el alma saber que había hecho su vida, pero ¿con quién? Siempre me preguntaba lo mismo, había mandado a investigar a su noviecito, y el muy imbécil se había ido a un pueblo en Texas, así, que, las dudas comenzaron a llegar a mi cabeza. ¿Por qué si se amaban tanto no se fue con el? ¿Por qué se separaron? No entendía una mierda, y tampoco quise forzarme en entenderlo.También supe que trabaja horas extras en una lonchería con su madre ¿Y todo el dinero que me robó? ¿Qué hizo con él? No tenía necesidad de matarse tanto, podía vivir tranquila todo el tiempo que ella quisier
Narra Helen.Cuando bajé del transporte, sentí que las piernas me temblaban como gelatina, y mis manos sudaban a gran magnitud. Acomode mi uniforme y me acerque al enrejado, siempre estaba abierto, por un momento pensé en devolverme en salir corriendo sin voltear a ver atrás, pero sabía que eso sería mi despido inmediato, y yo no podía darme el lujo de quedarme sin trabajo, así que tomé una bocanada de aire y seguí caminando.Todo estaba idéntico como lo había dejado, por lo menos el frente; caminé un poco más tratando de controlar la respiración y toque el timbre.No pasó ni un minuto, cuando mi querida Margarita apareció detrás de ella, con esa cara sería que la caracterizaba pero que solo era un camuflaje, porque era la persona más dulce del mundo.—Buenos días —dije apenas abrió la puerta, con una sonrisa de agrado. Había pasado tanto tiempo sin verla que me provocó abrazarla.Ella subió su mirada y sin percatarse de quién era me saludo.—Hola,¿usted es la nueva enfermera del patr
Narra Dylan.Me quedé detallando cada una de sus facciones. Sus ojos de color avellanas me miraban con curiosidad, su piel brillaba indicándome lo tersa que estaba. Su silueta era tan exquisitamente bien formada, que me parecía irreal. No podía creer que la estaba viendo, que después de tantos años la tenía cerca de mi. Por un instante pensé en lanzarme contra ella, abrazarla. Pero, ese sentimiento solo duró como dije un instante, porque su engaño llegó a mi mente poco después, trayendo con él, el más amargo de los recuerdos .—Adelanté señora —le dije con desdén, imitando que no recordaba su nombre para molestarla, porque sabía que eso la iba a irritar.Bajo la mirada. Estaba nerviosa, podía percibirlo , y en ese momento mi ego creció, dejándome saber que algo causaba en ella, y que era imposible que pudiera mentirme en eso.—Sino dice su nombre no sabré cómo llamarla señorita —levantó la mirada y me observó con odió, podía sentir sus afilados ojos clavarse en los míos con molestia.—