C39- DEMASIADO TARDE.Odette no supo qué la golpeó más fuerte: si la sonrisa en los labios de Kendra o el tono casual con el que pronunció esas palabras.—Zayden siempre ha confiado en mí —dijo, encogiéndose de hombros—. Después de todo, hemos compartido tantas cosas que... sería imposible que confiara más en alguien que en mí.Odette parpadeó. Y una punzada helada le recorrió el pecho, y por un segundo, no pudo respirar.—¿Compartido...? —murmuró, más para sí que para la otra.—Claro —Kendra sostuvo su mirada, como si saboreara cada palabra—. Me lo contó todo. Incluso lo del contrato. Supongo que necesitaba hablar con alguien en quien confiara de verdad.Odette tragó saliva.Esa frase fue como un puñal. Incluso Kendra tenía un lugar especial en la vida de Zayden. Uno del que ella, por más Luna que fuera, parecía estar excluida.Mientras tanto, al otro lado del castillo, Zayden estaba en su estudio, con la mirada fija en el fuego que chisporroteaba en la chimenea. Las sombras danzaban
C40- TÚ ERES LA INDICADA.El arroyo brillaba bajo la luz dorada del atardecer. El lugar tenía una belleza tranquila, casi mágica, como si la naturaleza entera respirara en paz.Pero Odette no sentía paz.Estaba sentada en una roca plana, con los pies en el agua, su cuerpo presente, pero su mente muy lejos. Aunque el paisaje parecía sacado de un sueño, ella apenas lo notaba.Willow nadaba un poco más allá, disfrutando del agua fría, hasta que se giró hacia ella con el ceño levemente fruncido.—¿Vas a decirme qué te pasa?Las dos mujeres habían ido a bañarse a ese rincón del territorio, un manantial que muchos en la manada consideraban sagrado. Era un lugar para relajarse, para recargar energías. Pero para Odette, esa tarde, no tenía ningún encanto.«¿Por qué se lo dijo a Kendra?» se preguntaba una y otra vez.Zayden había confiado en ella, le había contado algo importante, aun cuando sabía lo hostil que era con ella desde que llegó a la manada. Respiró hondo, intentando despejar la gar
C41-MIRADAS.Zayden estaba de pie junto a Noah en la entrada del castillo, los brazos cruzados, la mirada fija en el bosque que se extendía frente a ellos. —¿El Alfa de la manada Corazón de Plata ya cruzó los límites? —preguntó el beta, echando un vistazo hacia el camino de tierra que llevaba al corazón del territorio. Zayden asintió sin apartar la vista. —Sí. Le di la orden a los centinelas de que lo dejaran pasar sin resistencia. Y justo entonces, lo sintió. Ese cambio en el ambiente. Como un escalofrío que corría por la columna. Un séquito se acercaba. Zayden y Noah alzaron la mirada al mismo tiempo. Leonard emergió del sendero como si el bosque se hubiera abierto solo para él. Imponente, de porte firme y pasos seguros. Llevaba una chaqueta oscura de tela gruesa que moldeaba sus hombros anchos y caminaba como si el mundo le debiera algo. Pero lo que más llamaba la atención era su cabello: corto, bien peinado, completamente plateado. Noah frunció el ceño. —¿Plateado? Pero… Nin
C42-MI LUNA.Noah no dijo nada… pero su mandíbula se tensó apenas cuando vio cómo Rylan sostenía la mano de Willow por un segundo más de lo necesario. Fingió ajustar la manga de su chaqueta, un gesto pequeño, casi imperceptible, pero su mirada no se despegó ni un segundo de los dedos del Beta rozando la piel de su amiga. No eran celos… o al menos eso se dijo. Solo era precaución. ¿Eso no era normal, no? ¿Tocar así a alguien que acababas de conocer?Rylan notó la tensión, y aunque no entendió del todo por qué, soltó la mano de Willow con una sonrisa más neutral. Ella, sin embargo, parecía estar ajena a todo.—Deben ser familiares de Nina —comentó, mirando con curiosidad a los recién llegados.Odette parpadeó, como si la chispa de un recuerdo acabara de encenderse en su mente.—¡Oh, lo había olvidado! ¡Qué tonta! —exclamó, llevándose una mano a la frente mientras sus ojos se iluminaban.Leonard, al verla tan genuina y emocionada, no pudo evitar sonreír. Sin pensarlo, dio un paso al fren
C43- SOBRE MI CADÁVER.El salón vibraba con risas, copas tintineando y conversaciones cruzadas, pero para algunos, la noche cargaba un peso distinto. Entre los aromas del vino y la carne asada, las emociones flotaban como electricidad invisible, rozando la piel y tensando los corazones.—Ya que la Diosa ha decidido —dijo Leonard, levantando su copa y mirando directo a Noah—, entonces yo no me opongo.Su tono era sereno, pero firme, y había una chispa de algo más en su mirada. No desconfianza… pero sí advertencia.—Bienvenido a la familia, beta Noah.Nina soltó una risita emocionada, como si contuviera la respiración desde hacía horas. Corrió hacia su hermano, lo abrazó fuerte y lo besó en la mejilla.—¡Eres el mejor, Leo! ¡El mejor!Noah, por su parte, sonrió con esa mezcla de alivio y gratitud que solo los enamorados conocen.—Gracias, Leonard. En serio. La felicidad de tu hermana es todo lo que importa…—Solo prométeme algo —dijo el Alfa, bajando su copa lentamente, los ojos clavado
C44-SU ALMA.Odette dio un paso hacia atrás, sin dejar de mirarlo. Su corazón latía con fuerza, pero su rostro se mantenía firme.—¿Qué dices? ¿Por qué dijiste eso? —preguntó con la voz cargada de confusión—. ¿Qué te pasa, Zayden?La miró como si su sola existencia lo enfureciera y lo desarmara al mismo tiempo. Su pecho subía y bajaba de forma irregular. Cuando habló, lo hizo con la voz ronca, casi grave, como si cada palabra viniera desde lo más hondo de su lobo.—No irás a la manada Corazón de Plata —dio otro paso y Odette retrocedió—. No irás… porque eres mi Luna —se detuvo mirándola fijamente—. Y deberás respetarlo.La habitación se congeló. Por un segundo, solo se escuchó el silencio entre ellos, denso como niebla espesa.Pero de repente, Odette soltó una risa corta, incrédula, antes de cruzarse de brazos y levantar el mentón.—Eso es estúpido.Zayden apretó la mandíbula sin apartar la mirada de ella. Su presencia era sofocante, peligrosa… adictiva.—¿Te gusta que otros Alfas te
C45-BESO EN EL JÁRDIN.El jardín trasero del castillo dormía bajo un cielo salpicado de estrellas. Las luciérnagas revoloteaban entre los arbustos como diminutas llamas danzantes, y el aroma de las flores nocturnas flotaba en el aire, dulce y sofocante. Pero Willow caminaba sin rumbo, abrazándose a sí misma, como si intentara impedir que algo dentro de ella se desmoronara.Las palabras de Noah aún giraban en su cabeza, clavándose como espinas suaves pero constantes.«Mi compañera, Nina...»Amigos.Ella y Noah solo eran amigos. Siempre lo habían sido. Desde pequeños, él no solo había sido el mejor amigo de Zayden, había sido como un hermano para ella. Habían compartido risas, batallas, secretos. Jamás, en todos esos años, lo había mirado con otros ojos. Hasta ahora. Hasta que él encontró a su alma gemela.Y eso la hacía sentirse... cruel. Malvada. Despiadada.Porque en su corazón —aunque le doliera admitirlo, aunque se odiara por pensarlo siquiera— no quería que fuera verdad.No quería
C46-CÁSATE RÁPIDO.Noah cerró la puerta de su habitación con un golpe sordo, apoyó la espalda contra la madera y exhaló con fuerza, como si hubiera corrido una batalla que no recordaba haber empezado.El pecho subía y bajaba rápido, como si le faltara aire. Se llevó las manos a la cabeza y las enredó en su cabello, tratando de borrarse una imagen que lo estaba volviendo loco.El beso.El maldito beso.El recuerdo lo asaltó de nuevo, implacable. Los labios de ella rozando los de ese maldito imbécil. La forma en que sus dedos se aferraron a su camisa, como si... como si quisiera más.Las manos de Noah se apretaron hasta que los nudillos se pusieron blancos. Sus ojos se oscurecieron y un gruñido tembló en su garganta.«Ella no es tuya», murmuró su lobo con voz grave, desde el rincón más primitivo de su mente. «No es tu compañera. No es para ti.»—Lo sé —susurró él, apretando la mandíbula con fuerza—. Lo sé.Pero no podía evitarlo.No podía evitar que la rabia lo devorara por dentro cada