¡Mis lobas! 🐺✨ Tu opinión es como un rayo de luna en una noche oscura. ¿Qué te parece lo que he escrito hasta ahora? 🌙📝 Tu apoyo significa el mundo para mí y siempre logra inspirarme. ¡No puedo esperar a escuchar tus comentarios! 🎉💬 ¡Beso lobuno! 💖
C55- EL MEDALLÓN CORRECTO.Zayden estaba junto al viejo Irgil, de pie sobre el círculo de piedras sagradas. Todo era solemne. Espiritual. Y él… estaba desesperado.El viejo Irgil levantó los brazos al cielo con una lentitud irritante y empezó a recitar la oración a la Diosa. Palabra por palabra. Sílaba por sílaba. Como si cada letra le costara el alma.Zayden hizo una mueca de desesperación. —¿Quieres darte prisa, Irgil? —gruñó, con los dientes apretados.El anciano ni se inmutó. Siguió con su cántico, como si no lo hubiera escuchado. —La paciencia es una virtud, Alfa —murmuró sin abrir los ojos.Zayden rodó los suyos con fuerza. —Una que yo no tengo —siseó, y justo en ese momento giró la cabeza. Y se congeló.Odette. Leonard. Demasiado cerca.El estómago se le tensó como una trampa de hierro. El bastardo estaba sonriendo. Y estirando la mano hacia ella.«¿De verdad? ¿Vas a intentar tocar lo que es mío con esa sonrisa de diplomático barato?» «Por la Diosa, si su dedo roza uno s
C56- RYLAND PUEDE ESPERAR.La noche estaba viva. Risas que flotaban como mariposas entre los árboles, música tribal que retumbaba en los pechos, y antorchas que parpadeaban al ritmo de la fiesta. Todo era luz y alegría… excepto para Noah.Apoyado en una de las columnas de madera que rodeaban el claro, la copa temblando en su mano, tenía la mirada clavada al otro lado del festival.Allí estaba Willow.Con el maldito vestido que le ceñía la cintura y brillaba con el fuego como si estuviera hecho de estrellas. Su sonrisa... tan fácil, tan entregada. Y sus dedos enredados con los de Ryland.El beta la tenía del brazo y le susurraba algo al oído que la hizo reír con la cabeza echada hacia atrás.Noah apretó la copa.El metal crujió entre sus dedos. Pero de repente la voz alegre de Nina lo sobresaltó, rompiendo su burbuja de tormenta.—¡Noah! ¿Viste a Willow? ¡Ese vestido la hace brillar más que la luna!Él no la miró. Pero su tono fue tan helado que contrastó con el calor de la noche.—Sí.
C57- DEMASIADO TARDE.Entre los árboles, el mundo parecía más oscuro. Solo algunas luces del claro llegaban hasta allí, filtrándose a través del follaje. Se oía la música a lo lejos, distante, como un eco de una alegría que ya no les pertenecía.Willow se giró apenas cuando Noah la empujó suavemente contra el tronco de un árbol. No fue brusco, pero sí lo bastante firme como para dejar claro que no iba a dejarla ir. Sus cuerpos apenas separados, su aliento cálido, su furia latente.—¿En serio vas a hacer esto? —susurró él. Su voz era un filo áspero, cargado de algo más hondo que celos. Sus ojos brillaban en la penumbra como los de una fiera herida.Willow sintió un temblor bajo la piel. Y el corazón se le apretó contra el pecho.—¿De qué estás hablando? ¿Hacer qué? —balbuceó, aunque sabía exactamente a qué se refería. Miró de reojo hacia la fiesta, buscando a Ryland, como si pudiera salvarla del fuego que había en los ojos de Noah.Él la siguió con la mirada y, como si le doliera que p
C58- MENTIRSE.Noah, regresó a la fiesta con el ceño fruncido y el pecho ardiendo. Caminó directo hacia la mesa del hidromiel y no tardó en hacerse amigo de la bebida. Copa tras copa, tragó sin mirar a nadie. El sabor dulce no lograba borrar el nudo que tenía en la garganta.A su lado, Nina lo miraba con los ojos llenos de luz. No entendía su comportamiento, pero no preguntó. Tenía a Noah, y eso bastaba. Era todo lo que había soñado. Atractivo, fuerte, con ese aire oscuro que la hacía estremecer. Era suyo. Completamente suyo.—Estoy cansada —dijo con una sonrisa tímida, inclinándose para besarle la mejilla—. ¿Me acompañas a mi habitación?Noah se puso de pie sin decir nada y le tendió la mano. Nina la tomó, feliz, entrelazando sus dedos con los de él. En su interior, las mariposas revoloteaban de pura emoción.Noah, en cambio, buscó con la mirada. Inconscientemente. Automáticamente. Pero Willow no estaba. No la veía por ninguna parte.—¿Nico? —repitió Nina con dulzura—. Vamos…Él asint
C59- ME GUSTASTE DESDE QUE TE VÍ.El murmullo de la manada se mezclaba con el crepitar del fuego central. En la mesa principal, todos los ojos estaban puestos en ellos: Odette, con las manos heladas sobre el regazo, y Zayden, tan tranquilo, con esa expresión indescifrable que a veces la volvía loca.Odette sentía el peso del medallón colgando de su cuello, frío al tacto, pesado como las dudas que llevaba dentro. Bajó un poco la cabeza, intentando que nadie notara su incomodidad, y se inclinó hacia él con cautela.—Te lo devolveré en cuanto termine la ceremonia —murmuró sin mirarlo, creyendo que había sido solo una muestra para impresionar a la manada. Un gesto simbólico. Un cumplido por el contrato. Nada más.Zayden giró la cabeza despacio, como si no tuviera prisa en corregirla. Y sus ojos, de un azul profundo y afilado como hielo quebrado, se clavaron en los de ella.Se inclinó hasta que su aliento le rozó el oído y murmuró con esa voz baja y rasposa que le recorría la piel como una
C60- EL CORAZÓN POR DELANTE.La noche estaba húmeda y pesada, como si la oscuridad misma respirara. Las ramas crujían bajo sus pies mientras ella lo seguía, manteniendo la distancia, pero sin apartar la vista de su espalda. Algo no andaba bien. Lo sentía en el aire, lo presentía en la forma en que él caminaba: tenso, demasiado rápido, como si huyera de algo.Entonces, él se detuvo en seco.Ella apenas alcanzó a frenar a tiempo para no chocar contra él. Lo vio llevarse una mano al pecho, luego a la cabeza, los dedos clavándose como si quisiera arrancarse el dolor. Su cuerpo entero se tensó, los músculos marcándose bajo la ropa como cuerdas a punto de romperse.—No... —murmuró él, apenas un susurro rasgado por la angustia—. No…Su voz no sonaba humana, y sus rodillas cedieron. Cayó al suelo con un gemido ahogado. Las venas de su cuello se hincharon, y su espalda se arqueó con violencia.Ella dio un paso atrás, alarmada.Sus ojos, que hasta hacía un segundo habían sido de un azul frío,
C61- LA DISTANCIA CORRECTA.El bosque se extendía como una mancha oscura bajo el cielo del amanecer.Y Willow corría. No como mujer. Como loba.Su forma lupina emergió con un latido, con un grito silente de desesperación. Las patas golpeaban la tierra húmeda, las ramas se rompían a su paso, el viento no era lo bastante rápido para borrar lo que acababa de ver. Lo que acababa de sentir.Noah.Nina.Sus cuerpos, juntos. La escena marcada en su mente como una quemadura.Y aun así, su pecho latía por él.«¡Maldito corazón necio!»Pero detrás de ella, se escuchó un crujido. Otro lobo.Noah.Willow corrió más rápido, pero el peso del dolor la hacía torpe. Un lamento gutural salió de su garganta mientras sus patas tropezaban con la maleza.Él la alcanzó.Y en un instante, su cuerpo se lanzó sobre el suyo, no para detenerla con fuerza, sino para abrazarla.Fuerte.Desesperado.Como si el contacto pudiera arreglar algo.La rodeó con sus brazos, y ambos cayeron al suelo, envueltos en la humedad
C62-SOY TU AMIGA, ¿RECUERDAS?El dolor fue lo primero que sintió.Zayden abrió los ojos de golpe, jadeando como si hubiera sido arrancado de las garras de una pesadilla… o de algo mucho peor. Su cuerpo ardía. Cada músculo latía con un fuego sordo y cruel. Las cadenas de plata incrustadas en su piel brillaban débilmente en la oscuridad húmeda, y el metal ardía como brasas vivas contra su carne.El olor a sangre y sudor impregnaba el aire.Se retorció apenas, y los eslabones chirriaron con un sonido áspero, metálico.Se había escondido en ese lugar —una antigua mazmorra oculta entre la maleza, olvidada por el tiempo y por los hombres— por una razón. No quería arriesgarse a lastimar a nadie. No quería… volver a mirarla a los ojos mientras acababa con su vida.Odette.Su nombre cruzó su mente como un susurro lleno de culpa. La había dejado atrás. La había apartado con la excusa de protegerla, cuando en realidad era él quien se estaba desmoronando. Ella no debía ver esto. No debía verlo as