—Señora, ¿cómo explica que la muerte del señor Peña haya sido asesinado justamente al haber dado su voto para que usted ganara?Salomé sonrió. Y aunque por dentro sentía terror, por fuera solo mostraba tranquilidad.— ¡Ustedes no tienen derecho a hacer ese tipo de pregun… —Maximiliano levantó al voz al momento que la mano de Salomé lo hacía detener.—Por favor, Max, déjame contestar a mí —susurró —. Bueno, viendo que esa es la única pregunta que los ha traído hasta aquí, estoy dispuesta a contestar todas sus dudas. Ese voto nunca existió, señores. Ese voto simplemente fue una manera para hacer a un único culpable o sospechoso en esa celebración. ¡Ese voto no existe! Acaso, ¿no les parece extraño que solo una persona haya modelado los propios vestidos de una sola empresa cuando todas las demás modelaron vestidos diferentes?Y de pronto, todo se quedó en silencio. En el despacho de Gertrudis, Emma no pudo creer lo que estaba escuchando. ¿Ahora resultaba que la maldita de Salom
— ¿Estás segura de lo que estás haciendo? —Preguntó Max yendo detrás de ella.A Salomé solo se le veía ir de un lugar a otro, queriendo llevarse lo que más podía de su armario ya que no sabía por cuánto tiempo iba a estar lejos. Como se lo había dicho el abogado izquierdo, ella tenía que cuidar de su padre incluso por mucho que sintiera que no podía estar frente a él debido a la mujer en la que se había convertido.—Es mi padre, Max —, dijo ella —, ya deberías de saberlo.Justamente en el momento en que ella le había pedido que no lo dejara a la deriva al mismo tiempo que le pedía que se quedara, ella marchaba.— ¿Y qué es lo que pretendes hacer? ¿No te parece que si en verdad no quieres permanecer cerca de ellos y que te descuban, no deberías de ir? —Preguntó Max.—Es mi padre, Maximiliano. Por un momento no me va a importar nada cuando se trate de él.— ¿Y quién piensa en mí? ¿Tú sabes acaso lo preocupado que voy estar sin ti en este tiempo, sabiendo que si das un paso en falso, ell
Lo que ninguno de los dos sabían es que detrás de aquella puerta que estaba media abierta, un hombre había captado la escena tomando una foto con su celular de manera discreta, o eso fue lo que pensó pued una enfermera que lo vio haciendo eso, fue hasta él teniendo la intención de reclamarle. — ¡Hey, hey, señor, señor, ¿qué es lo que está haciendo?! —Llamó una enfermera al ver al hombre tomar fotos, queriendo parecer discreto.El hombre solo volteó a ver a la enfermera para después, echarse a correr lejos de ella. Lo más importante es que tenía un poco de la información que le iba a ayudar a Humberto para moverse como se lo había pedido su patrona. Y de esa manera, la enfermera se quedó atrás al darse cuenta que no había nada que pudiera hacer. Fumando uno de sus cigarrillos, tomándose el cabello mientras entre sus piernas tenía aquella revista de espectáculos, Emma parecía cansada y harta de lo que estaba leyendo. No sabía cuánto más iba a resistir. Todo eso ten
Salomé ya no era el tipo de persona que se iba a permitir sentir débil frente a alguien que no le debía de interesar. Emma lo había logrado cuando creyó ser ella mejor que nadie, pero esta vez tenía que saber que ningún hombre sobre la tierra iba a ser tan importante para ella como lo había sido en el pasado Alejandro. Y si Emma quería jugar, ella estaba lista para hacerlo.— ¿Interrumpo algo? —Preguntó sintiéndose tan capaz como siempre.Inmediatamente Emma se hizo a un lado al igual que Maximiliano. Emma queriéndose mostrar inocente mientras Maximiliano no sabía qué hacer y mucho conocía la razón por la que él se sentían tan culpable al que Salomé los hubiera encontrado así.— ¡Salomé, me da mucho gusto que llegues! —Habló Manuel para alejar lo que sea que los estaba consumiendo.— ¡Gracias, Manuel, tú siempre tan leal!— ¡Oh! Señora Sorín, lo siento, lo siento, sé que esto que vio, no fue mi intención que… que —habló Emma haciéndose la víctima.Salomé avanzó hasta ella con pa
Una sonrisa llena de victoria se hizo en su rostro al escuchar lo que Alejandro le estaba diciendo. Él estaba sufriendo demasiado, no sabía si se debía a lo que él estaba pasando con su hijo o que simplemente ya se había dado cuenta que el karma, todo el dolor que se provocó, no tenía ninguna otra meta más que regresa a la raí del mismo.— ¿Por qué hablas de ella de esa manera? ¿Fue tan mala como dices? Seguramente te debió de pagar muy mal para hacerte hablar de esta manera, ¿no lo crees?Alejandro bajó la mirada en el momento en que ella hacía ese tipo de preguntas con ese tono de voz. Parecí que no tenía ni una sola idea de lo que estaba pasando. Si tan solo supiera que él fue el que le hizo el daño más grande a ella, seguramente saldrían huyendo.—No, no, Salomé, ella no fue mala conmigo, por el contrario, fue una mujer muy buena, la mejor de todas, una mujer que en verdad sentía dolor por cada vez que yo lo sentía.—Mmm, me parece que no fuiste bueno con ella. Lo importante es qu
Con lágrimas en los ojos, no soportando ser más humillada de lo que lo estaba siendo en ese momento por su esposo y por su suegra, Emma salió corriendo del restaurante mientras Lucía solo se quedaba riendo. Por primera vez en su vida su hijo hacía algo bueno, incluso si eso podía significar arrancar a esa mujer de su matrimonio. No queriendo molestar, Lucía se dio la media vuelta y se fue con una gran sonrisa de victoria. —Lo siento, señora, lo siento, no fue mi intención —dijo Alejandro alejándose de ella.Salomé solo bajó la mirada mientras se llevaba los dedos a sus labios. Hubiera sido lo que hubiera sido ese beso, no podía ser nada comparado con los besos de Maximiliano. Simplemente era una manera totalmente diferente de sentir, los sentimientos y las emociones eran completamente diferentes.—Lo mejor será que me vaya —dijo Salomé tomando su bolsa.Alejandro no la intentó detener siquiera porque esta vez, si estaba arrepentido de haberla besado y no porque no lo
A Manuel y a Maximiliano la sorpresa los carcomió al ver cómo Emma golpeaba a Salomé. Ella no iba a permitir que eso pasara pero al aparecer, Emma ya no tenía intenciones de decirle nada a Maximiliano. Quizá le podía pagar con la misma moneda.Después de una mirada rápida, Emma salió de ahí dejando a Salomé con la furia carcomiendo todo su ser.— ¡Salomé, Salomé, ¿qué es lo que está pasando?! —Gritó Max mientras a ella la veía subir las escaleras.Inmediatamente Manuel le supo decir que ese no era el momento de hablar, tenía que ir él y ver qué era lo que estaba pasando.—Espera aquí, hijo, yo iré a ver qué es lo que tiene Salomé.— ¿Crees que debería ir detrás de Emma?—No, no te atrevas. Ya vengo, voy a ver a Salomé.Manuel subió a la habitación por donde la había visto correr. Decir que Maximiliano estaba sorprendido, estaba demás. La verdad era que nunca antes la había visto de esa manera, de pronto le pareció que a la que estaba viendo era a Paula. La mujer que Salomé mantenía oc
Con el pecho subiendo y bajando debido a lo que había pasado, sentada en la cama, teniendo frente a ella a Maximiliano, quien le preguntaba por lo que había pasado para que Emma saliera de aquel lugar después de haber golpeado a Paula, ella no tenía palabras.— ¡Ya te lo dije antes, Maximiliano, no tienes que meterte en lo que no te importa! —Levantó la voz Paula.—¡Por supuesto que me importa porque no sé qué es en lo que andas metida para que esa mujer haya venido hasta aquí y de esa manera haya intentado golpearte!— ¡Por favor, Max, sal de mi habitación antes de que se me ocurra pedirle a los hombres que te saquen!Fue justamente en ese momento en que a Maximiliano se le ocurrió una sola cosa. Si Emma había llegado hasta ahí en la posición en la que la había visto debía de ser por una sola razón, Emma sabía perfectamente que Salomé estaba intentando algo con Alejandro, el esposo de ella.— ¿Se trata de Alejandro, cierto? —Preguntó Maximiliano, ocultando que verdaderamente le estab