En el salón de estar, donde Adriana, estaba reunida con la encargada de organizar la fiesta de su hijo, escuchó el grito de Mateo y sintió que su cuerpo se estremeció. Fue un grito como desgarrador. No obstante, no se atrevió a entrar, esperará a que él, le cuente lo que pasó.Entretanto, en el Despacho, Mateo tomando otra vez el control de la situación, interrogó al detective...—¿Estás seguro, Nava? —Inquirió con asombro e incertidumbre— ¡Recuerda que hay muchos nombres idénticos! —afirmó él, pensando que esto era un error o se trataba de otra persona.—Cuando leí la sentencia observé que era tu identificación exacta y la de la señora Adriana —aseguró el detective.—¡Imposible! ¡Imposible! Nunca pasó por mi mente, separarme de mi mujer —confesó Mateo— Tú mejor que nadie, sabes cómo la busqué —ratificó él.—Según la sentencia, fuiste tú, quien lo solicitó e incluso se hace mención a tu firma electrónica. Para que salgas de dudas, entra directamente al buscador e indaga para que leas
Unas semanas antes…Después de las noticias en las que salían Mateo con su esposa y su hijo, Conchita fue contactada por Lila Rojas, a la salida de su propio apartamento...—Buenas tardes, ¿tú eres Conchita? —interrogó Lila.—Sí, ¿para qué me buscas? ¿Quién eres? —respondió Conchita.—Soy Lila Rojas, de los dueños de la inmobiliaria Rojas, ¿me imagino que habrás escuchado hablar de mi empresa?—Sí —respondió con desconfianza, Conchita— Pero, ¿para qué me buscas?—Para proponerte un negocio —contestó Lila.—¿Qué tipo de negocio? —inquirió Conchita.—No te diré nada aquí en la calle, vamos a hablar, pero en otro lugar —expresó aquella.—A dos cuadras de aquí hay una cafetería, si quieres me esperas ahí. En diez o quince minutos, debo estar en ese lugar desayunando —fue la respuesta de Conchita, quien tenía una mirada fuerte y de desconfianza con ella, puesto que la mujer le parecía conocida, pero no recordaba de dónde.—¡Perfecto! Ahí te espero —expresó Lila.Al cabo de unos minutos, la
La celebración del segundo aniversario de Bodas de Mateo y Adriana, duró más allá de dos horas, de las que había pedido inicialmente. Fue a medianoche, que todos los invitados se despidieron y los huéspedes se retiraron a sus respectivas habitaciones.Ellos, a pesar de estar cansados por todo el trajín que han tenido durante este día, al subir a su habitación, celebraron íntimamente su aniversario. Él, la llevó con los ojos cerrados a la terraza, donde había planificado una cena para dos, a la luz de las velas.—¡Mi amor! ¿Contrataste hasta la luna para regalármela hoy? —Preguntó ella feliz, contemplando con admiración la enorme luna que podía observar desde la terraza de su habitación.—¡Ja, ja, ja! Sí, fue contratada para estar aquí con nosotros —respondió el enamorado, abrazándola por detrás.Después de la cena y de un nuevo brindis, Mateo amó a Adriana, recompensando todo el daño que le hizo cuando se separaron. Aunado, al que le pueda hacer con estos nuevos acontecimientos en su
Mateo se quedó mudo, sacó su celular y llamó a su abogado, dando la dirección de donde se encontraba. Ahí, lo espero por casi veinte minutos, no se quiso ir para que no se le escapara Conchita. Cuando terminó de hablar, ella le comentó…—Me quería ir del país, pero la tóxica me quitó el pasaporte, para asegurarse que no me iría —confesó ella—. Por esta razón, estoy haciendo los trámites a escondidas, para obtener este, e irme.—¿Tú sabías que en el antro ese, donde me pediste que te llevara, nos drogaron? —preguntó él, para conseguir más información de parte de ella.—¡Sí! Me di cuenta al día siguiente cuando volví y uno de los tipos que nos drogó, se acercó para devolverme mis papeles, que supuestamente los había encontrado fuera del local tirado —contó ella.»Como no le creí, comencé a preguntar y una de las chicas que trabaja ahí, la cual conozco desde hace años, me lo corroboró —añadió.—Me robaron dos tarjetas de créditos y con eso quinientos mil dólares, una portátil, donde teng
—Mateo me da mucha tristeza y vergüenza lo que han hecho nuestras hermanas. Lamentablemente, has pagado las consecuencias de sus actos inmorales, junto a Adriana —recitó Marcos, con una mirada desaprobadora.—¡Sí, hermano! De ahí la necesidad de dar una lección a estas, porque ellas deben respetar el libre albedrío de los demás —respondió este muy decepcionado.—Te apoyo en todo lo que hagas, siempre contaras conmigo, eso no lo dudes —afirmó su hermano con mucha tristeza.—A veces mentalmente hago un análisis buscando el origen del odio que ellas sienten por mí, creo que algo debí hacer para merecer este rechazo o animadversión de parte de ellas —expresó él con tristeza.»¡Sin embargo, no lo encuentro! ¡No sabes cómo me duele esto! —confesó Mateo muy dolido.—Te comprendo, hermano. Yo también he tratado de descubrir, ¿el porqué de tanto odio hacia ti y hacia Adriana? Sin embargo, no doy con esa respuesta. Aunque, ellas se han dejado influenciar mucho por Lila —agregó su hermano, con p
Adriana se levantó, abrió la nevera ejecutiva que había en su habitación y sacó agua. Después de tomar esta, se volvió a acostar. Ella tenía ganas de llamar a Mateo. Al ver la hora, optó por dejarlo así. Luego, fue a la habitación del bebé, para ver cómo estaba.El niño estaba bien, no obstante, ella tenía un sobresalto, un susto. Al volver a su habitación, decidió ponerse a orar, hasta que se calmó y se quedó nuevamente dormida.(***)Al día siguiente, en la mañana Adriana recibió un mensaje de WhatsApp de parte Mateo, donde le anunciaba que ya iban a despegar. El viaje duraba una hora y veinte minutos, así que se levantó, se aseó y se acostó nuevamente para esperar a su amado esposo.Habiendo transcurrido dos horas y media sin que llegara Mateo, ella le volvió a escribir al WhatsApp, pero los mensajes no le llegaban. Ella decidió esperar otra hora más, porque de repente había mucho tránsito. Ya desesperada, al ver que no llegaba decidió vestirse y salir de la recámara.En vista que
Entretanto, Alicia se comunicó con la doctora y le explicó el caso. Ella le solicitó llevar a esta de emergencia a la clínica. Por lo que, llamó al chófer y la llevó al centro médico, dejando a cargo del bebé a una de las muchachas del servicio.Al entrar a la clínica, la doctora estaba esperando en la emergencia a Adriana. Rápidamente, la ingresó a uno de los cubículos en donde le examinó y ella misma la llevó para hacer una ecografía.Aparentemente, todo estaba bien, al parecer esto se debió al estrés que está viviendo por la desaparición de Mateo. La doctora, ordenó su ingreso en la emergencia por unas horas para observar y evitar cualquier percance. En ese momento, ella recibió una llamada de Claudia.—¿Adriana, dónde estás? —Preguntó Claudia— llamé a la casa y me contó la chica del servicio que salieron contigo de emergencia.—¡Si, Claudia! Me tienen en la emergencia de la Clínica Metropolitana, porque comencé a manchar. La doctora piensa que sea por el estrés de lo que estoy viv
Ese día, el bebé llamaba constantemente a su papá, con lo cual Adriana dejaba correr sus lágrimas, reflexionando en la falta que Mateo, le hacía también a su hijo. Sentada, en la sala de juego de espaldas a la entrada, con el niño en su regazo, ella recibió el milagro más grande que Dios le pudo regalar…—¡Mi amor, aquí estoy! —expresó Mateo emocionado, al entrar al salón e inclinarse sobre ella, para besarla.—¡Diossss míoooo! —Exclamó ella, soltando un fuerte llanto de emoción— ¡Gracias, gracias! —repetía sin dejar hablar a Mateo— ¡Señor, gracias, por este milagro de vida!Adriana se levantó de la silla de un impulso con la ayuda de él, entregando a este, el bebé, quien comenzó a aplaudir gritando:—¡Pa-pa-pa-pa-pa! —dándole besos a Mateo. Él, los abrazó y se los comió literalmente a besos.Ella, estaba muy emocionada, lo tenía abrazado por la cintura y lo besaba como si dudará que esto fuera realidad. Después, ella agradeció a Marcos y a don Kelvin por haber devuelto a su vida, a