Mateo estaba en su Penthouse muy preocupado. Ahora que estaba tan bien con Adriana, que la había vuelto a enamorar y conquistar, no podía arriesgar su matrimonio y menos el embarazo de su segundo hijo.No obstante, primero enfrentaría a Conchita porque a pesar de no recordar lo que ocurrió aquella noche, no creía haber tenido relaciones con ella. Él se aguantó un año y medio de celibato mientras buscaba a Adriana.«No puede ser, que ahora por una simple desavenencia entre nosotros haya caído en los brazos de otra mujer y menos de Conchita» pensó él, cerrando los ojos tratando de recordar pero su mente quedó en blanco, cuando buscó esos recuerdos.Sin embargo, reflexionando bien la situación, se dio cuenta de que se precipitó en su decisión de volver a El Dorado, pues ella en ningún momento le ha informado que el hijo que espera sea de él.«He sido un estúpido ¿Cómo me dejé llevar por los nervios? Al imaginar lo que esto pudiera afectar a Adriana» reflexionó él, con arrepentimiento.«A
Él pudo observar pequeños gestos de incomodidad y hasta como de temor en ella, pero esto fue momentáneo. En ese momento, llegó la comida y se dedicaron a comer sin conversación alguna. Ella lo observaba, preguntándose ¿Qué estará pensando?Al terminar de comer, Mateo pidió la cuenta y antes de despedirse le hizo una advertencia a Conchita.—Siempre te he respetado y he sentido por ti un cariño muy especial. Hasta ahora me has parecido una mujer excepcional, única y sin complicaciones. Pero esto, ha cambiado ese concepto que tenía de ti.—¡O sea…! Solo he sido todo eso que tú acabas de mencionar, porque nunca te he solicitado nada. Porque me he entregado y he compartido parte de mi vida contigo sin pedir nada a cambio.»Y ahora, justo cuando más te necesito, te sacudes de tu responsabilidad dando la espalda a tu propio hijo —gruñó ella, con mucha rabia, interrumpiéndolo.—En el supuesto caso, que esto llegue a ser cierto, ten la seguridad que nunca evadiré mi responsabilidad, pero sepa
Después, de un prolongado beso de recibimiento, Adriana le recordó a Mateo que quería su opinión para la fiesta del bebé. De inmediato, él la sentó en su regazo y junto con ella revisó los álbumes que les envió, la persona contratada para la organización, decoración y animación del cumpleaños. Todo con la tendencia del gusto del bebé.Una vez que Mateo se involucró en esto, se olvidó momentáneamente de lo que estaba viviendo por culpa de Conchita. Así que junto con Adriana y la diseñadora, preparó todo para celebrar el bautismo y el primer año de vida de su primogénito.El día anterior al cumpleaños del bebé El detective Nava, llamó a Mateo, para informar algo que le urge comentar, pero que no le podía hacer tele
En el salón de estar, donde Adriana, estaba reunida con la encargada de organizar la fiesta de su hijo, escuchó el grito de Mateo y sintió que su cuerpo se estremeció. Fue un grito como desgarrador. No obstante, no se atrevió a entrar, esperará a que él, le cuente lo que pasó.Entretanto, en el Despacho, Mateo tomando otra vez el control de la situación, interrogó al detective...—¿Estás seguro, Nava? —Inquirió con asombro e incertidumbre— ¡Recuerda que hay muchos nombres idénticos! —afirmó él, pensando que esto era un error o se trataba de otra persona.—Cuando leí la sentencia observé que era tu identificación exacta y la de la señora Adriana —aseguró el detective.—¡Imposible! ¡Imposible! Nunca pasó por mi mente, separarme de mi mujer —confesó Mateo— Tú mejor que nadie, sabes cómo la busqué —ratificó él.—Según la sentencia, fuiste tú, quien lo solicitó e incluso se hace mención a tu firma electrónica. Para que salgas de dudas, entra directamente al buscador e indaga para que leas
Unas semanas antes…Después de las noticias en las que salían Mateo con su esposa y su hijo, Conchita fue contactada por Lila Rojas, a la salida de su propio apartamento...—Buenas tardes, ¿tú eres Conchita? —interrogó Lila.—Sí, ¿para qué me buscas? ¿Quién eres? —respondió Conchita.—Soy Lila Rojas, de los dueños de la inmobiliaria Rojas, ¿me imagino que habrás escuchado hablar de mi empresa?—Sí —respondió con desconfianza, Conchita— Pero, ¿para qué me buscas?—Para proponerte un negocio —contestó Lila.—¿Qué tipo de negocio? —inquirió Conchita.—No te diré nada aquí en la calle, vamos a hablar, pero en otro lugar —expresó aquella.—A dos cuadras de aquí hay una cafetería, si quieres me esperas ahí. En diez o quince minutos, debo estar en ese lugar desayunando —fue la respuesta de Conchita, quien tenía una mirada fuerte y de desconfianza con ella, puesto que la mujer le parecía conocida, pero no recordaba de dónde.—¡Perfecto! Ahí te espero —expresó Lila.Al cabo de unos minutos, la
La celebración del segundo aniversario de Bodas de Mateo y Adriana, duró más allá de dos horas, de las que había pedido inicialmente. Fue a medianoche, que todos los invitados se despidieron y los huéspedes se retiraron a sus respectivas habitaciones.Ellos, a pesar de estar cansados por todo el trajín que han tenido durante este día, al subir a su habitación, celebraron íntimamente su aniversario. Él, la llevó con los ojos cerrados a la terraza, donde había planificado una cena para dos, a la luz de las velas.—¡Mi amor! ¿Contrataste hasta la luna para regalármela hoy? —Preguntó ella feliz, contemplando con admiración la enorme luna que podía observar desde la terraza de su habitación.—¡Ja, ja, ja! Sí, fue contratada para estar aquí con nosotros —respondió el enamorado, abrazándola por detrás.Después de la cena y de un nuevo brindis, Mateo amó a Adriana, recompensando todo el daño que le hizo cuando se separaron. Aunado, al que le pueda hacer con estos nuevos acontecimientos en su
Mateo se quedó mudo, sacó su celular y llamó a su abogado, dando la dirección de donde se encontraba. Ahí, lo espero por casi veinte minutos, no se quiso ir para que no se le escapara Conchita. Cuando terminó de hablar, ella le comentó…—Me quería ir del país, pero la tóxica me quitó el pasaporte, para asegurarse que no me iría —confesó ella—. Por esta razón, estoy haciendo los trámites a escondidas, para obtener este, e irme.—¿Tú sabías que en el antro ese, donde me pediste que te llevara, nos drogaron? —preguntó él, para conseguir más información de parte de ella.—¡Sí! Me di cuenta al día siguiente cuando volví y uno de los tipos que nos drogó, se acercó para devolverme mis papeles, que supuestamente los había encontrado fuera del local tirado —contó ella.»Como no le creí, comencé a preguntar y una de las chicas que trabaja ahí, la cual conozco desde hace años, me lo corroboró —añadió.—Me robaron dos tarjetas de créditos y con eso quinientos mil dólares, una portátil, donde teng
—Mateo me da mucha tristeza y vergüenza lo que han hecho nuestras hermanas. Lamentablemente, has pagado las consecuencias de sus actos inmorales, junto a Adriana —recitó Marcos, con una mirada desaprobadora.—¡Sí, hermano! De ahí la necesidad de dar una lección a estas, porque ellas deben respetar el libre albedrío de los demás —respondió este muy decepcionado.—Te apoyo en todo lo que hagas, siempre contaras conmigo, eso no lo dudes —afirmó su hermano con mucha tristeza.—A veces mentalmente hago un análisis buscando el origen del odio que ellas sienten por mí, creo que algo debí hacer para merecer este rechazo o animadversión de parte de ellas —expresó él con tristeza.»¡Sin embargo, no lo encuentro! ¡No sabes cómo me duele esto! —confesó Mateo muy dolido.—Te comprendo, hermano. Yo también he tratado de descubrir, ¿el porqué de tanto odio hacia ti y hacia Adriana? Sin embargo, no doy con esa respuesta. Aunque, ellas se han dejado influenciar mucho por Lila —agregó su hermano, con p