—¡Hermano, qué alegría! —Exclamó Marcos— ¡Felicitaciones! Me emociona mucho, saber que tendrás tu segundo hijo y es obvio que estás bien y feliz —comentó este.—¡Sí, estoy muy feliz! Adriana es mi felicidad, la mujer de mi vida. Ella definitivamente es mi alma gemela, mi complemento —confirmó Mateo.—¡Qué bueno! ¿Sabes? Te estoy llamando porque voy a celebrar mañana una sesión extraordinaria para modificar algunas cláusulas de los estatutos sociales de la Corporación, entre ellas, la que establece las condiciones para ser CEO. Obviamente, necesito tu apoyo.—¡Cuenta conmigo! Tú sabes que siempre estaré de tu lado, hermanito —expresó Mateo con agrado.—¡Perfecto! Entonces te espero mañana, nos reuniremos a las once de la mañana ¿Por qué no aprovechas y traes a Adriana? Los invitó a almorzar en mi casa.—¡Me parece excelente, Marcos! Le consultó a Adriana y te paso un mensaje.—¡Ok!Así, los dos hermanos se pusieron de acuerdo y se organizaron para apoyarse mutuamente en los cambios que
Mateo, después de dejar instalados en el Penthouse, a su mujer y su hijo, salió hacia la oficina. Puesto que, estaba por comenzar la sesión extraordinaria, en la cual no participaran sus dos hermanas. Marcos se aseguró que no se enteraran, debido precisamente a la noche de farra que habían pasado con su amiga Lila.Una vez instalada la sesión, las decisiones aprobadas fueron la salida del grupo Rojas, su disolución y la solicitud del pago de la cláusula penal. Cumpliendo lo prometido, le dieron el descuento del cincuenta por ciento con lo cual estuvo de acuerdo el padre de Lila. Además, se fijaron las nuevas condiciones para ser CEO.Con estas nuevas condiciones, Arantza y Angélica nunca podrán llegar al puesto de CEO, quedaron excluidas. En tanto, en el camposanto, Adriana observó que en la tumba de su madre había ciertas modificaciones recientes.Al buscar al cuidador, este le refirió el encargo que recibió de un detective para mantener la tumba limpia y en extraordinarias condicion
Al final, Mateo accedió a lo que ella le había solicitado y al día siguiente, la llevó él mismo a casa de Raquel y Rosa. Sus amigas, estaban asombradas de los cambios de Adriana, como de lo grande que ya estaba el bebé.Por cuestiones de seguridad estuvieron muy poco tiempo. Ella les hizo entrega de los regalos y les invitó, para la fiesta del bebé en un mes. Estas serán las madrinas de bautizo de Mateo, lo cual celebraran en su cumpleaños y a quienes su esposo transportará en su avión o en el de su hermano.Al finalizar esa semana, Adriana y Mateo partieron nuevamente hacia Cabimas para continuar su vida. Ella se dedicó a la organización y preparación del cumpleaños del bebé, en la misma mansión y él, a su consorcio, el cual crece cada vez más.Una semana despuésA la semana de haber regresado de El Dorado, Mateo recibió un mensaje de WhatsApp de parte de Conchita. Él, no sabía nada de ella, desde hace casi dos meses; precisamente, el día anterior al que regresó a Cabimas y se enteró
Mateo estaba en su Penthouse muy preocupado. Ahora que estaba tan bien con Adriana, que la había vuelto a enamorar y conquistar, no podía arriesgar su matrimonio y menos el embarazo de su segundo hijo.No obstante, primero enfrentaría a Conchita porque a pesar de no recordar lo que ocurrió aquella noche, no creía haber tenido relaciones con ella. Él se aguantó un año y medio de celibato mientras buscaba a Adriana.«No puede ser, que ahora por una simple desavenencia entre nosotros haya caído en los brazos de otra mujer y menos de Conchita» pensó él, cerrando los ojos tratando de recordar pero su mente quedó en blanco, cuando buscó esos recuerdos.Sin embargo, reflexionando bien la situación, se dio cuenta de que se precipitó en su decisión de volver a El Dorado, pues ella en ningún momento le ha informado que el hijo que espera sea de él.«He sido un estúpido ¿Cómo me dejé llevar por los nervios? Al imaginar lo que esto pudiera afectar a Adriana» reflexionó él, con arrepentimiento.«A
Él pudo observar pequeños gestos de incomodidad y hasta como de temor en ella, pero esto fue momentáneo. En ese momento, llegó la comida y se dedicaron a comer sin conversación alguna. Ella lo observaba, preguntándose ¿Qué estará pensando?Al terminar de comer, Mateo pidió la cuenta y antes de despedirse le hizo una advertencia a Conchita.—Siempre te he respetado y he sentido por ti un cariño muy especial. Hasta ahora me has parecido una mujer excepcional, única y sin complicaciones. Pero esto, ha cambiado ese concepto que tenía de ti.—¡O sea…! Solo he sido todo eso que tú acabas de mencionar, porque nunca te he solicitado nada. Porque me he entregado y he compartido parte de mi vida contigo sin pedir nada a cambio.»Y ahora, justo cuando más te necesito, te sacudes de tu responsabilidad dando la espalda a tu propio hijo —gruñó ella, con mucha rabia, interrumpiéndolo.—En el supuesto caso, que esto llegue a ser cierto, ten la seguridad que nunca evadiré mi responsabilidad, pero sepa
Después, de un prolongado beso de recibimiento, Adriana le recordó a Mateo que quería su opinión para la fiesta del bebé. De inmediato, él la sentó en su regazo y junto con ella revisó los álbumes que les envió, la persona contratada para la organización, decoración y animación del cumpleaños. Todo con la tendencia del gusto del bebé.Una vez que Mateo se involucró en esto, se olvidó momentáneamente de lo que estaba viviendo por culpa de Conchita. Así que junto con Adriana y la diseñadora, preparó todo para celebrar el bautismo y el primer año de vida de su primogénito.El día anterior al cumpleaños del bebé El detective Nava, llamó a Mateo, para informar algo que le urge comentar, pero que no le podía hacer tele
En el salón de estar, donde Adriana, estaba reunida con la encargada de organizar la fiesta de su hijo, escuchó el grito de Mateo y sintió que su cuerpo se estremeció. Fue un grito como desgarrador. No obstante, no se atrevió a entrar, esperará a que él, le cuente lo que pasó.Entretanto, en el Despacho, Mateo tomando otra vez el control de la situación, interrogó al detective...—¿Estás seguro, Nava? —Inquirió con asombro e incertidumbre— ¡Recuerda que hay muchos nombres idénticos! —afirmó él, pensando que esto era un error o se trataba de otra persona.—Cuando leí la sentencia observé que era tu identificación exacta y la de la señora Adriana —aseguró el detective.—¡Imposible! ¡Imposible! Nunca pasó por mi mente, separarme de mi mujer —confesó Mateo— Tú mejor que nadie, sabes cómo la busqué —ratificó él.—Según la sentencia, fuiste tú, quien lo solicitó e incluso se hace mención a tu firma electrónica. Para que salgas de dudas, entra directamente al buscador e indaga para que leas
Unas semanas antes…Después de las noticias en las que salían Mateo con su esposa y su hijo, Conchita fue contactada por Lila Rojas, a la salida de su propio apartamento...—Buenas tardes, ¿tú eres Conchita? —interrogó Lila.—Sí, ¿para qué me buscas? ¿Quién eres? —respondió Conchita.—Soy Lila Rojas, de los dueños de la inmobiliaria Rojas, ¿me imagino que habrás escuchado hablar de mi empresa?—Sí —respondió con desconfianza, Conchita— Pero, ¿para qué me buscas?—Para proponerte un negocio —contestó Lila.—¿Qué tipo de negocio? —inquirió Conchita.—No te diré nada aquí en la calle, vamos a hablar, pero en otro lugar —expresó aquella.—A dos cuadras de aquí hay una cafetería, si quieres me esperas ahí. En diez o quince minutos, debo estar en ese lugar desayunando —fue la respuesta de Conchita, quien tenía una mirada fuerte y de desconfianza con ella, puesto que la mujer le parecía conocida, pero no recordaba de dónde.—¡Perfecto! Ahí te espero —expresó Lila.Al cabo de unos minutos, la