En el apartamento de Diego—¡Y yo! ¡Yo también, te amo! —confesó Angélica, envuelta en el vorágine del amor y deseo, que había reprimido por todos estos años, separada de él.Diego, salvaje y tierno, la excitó y desató en ella esa pasión que muy bien conocía. Esta, era solo de él y eso muy bien lo sabía. Hubo muchas personas que al irse al extranjero, le escribieron sobre lo mal que se veía los primeros meses e incluso los primeros años de su separación.Después, recibió noticias de como andaba sola con su hermana y con Lila a quienes muchos consideraban una mala influencia para ella. Nunca la vieron salir con alguien del sexo opuesto, pareciera que los odiaba porque apenas se le acercaban, los espantaba.—¡Te prometo, que no te arrepentirás de haberme aceptado! —prometió él, con una voz ronca y seductora. Comiéndose el cuerpo de ella, a besos, literalmente hablando. No hubo centímetro del mismo, que no recorriera con sus manos, labios, su boca y su lengua.—¡Por favor, Diego! No me v
En la mansión González - LeónMateo, al llegar, consiguió a Adriana aun revisando el menú, el cual sin ponerse de acuerdo con sus hermanas, era el mismo, en honor a sus ascendientes. Ella, dejó todo de lado y subió con él a la recámara para que descanse.—¿Llamaste al restaurante, amor? —preguntó él.—Si mi amor, en cinco horas aproximadamente envían todo el menú. E incluso, contraté dos personas para que se encarguen de la atención aquí en la casa. Pedí lo mismo para nuestro personal. A ellos, les preparé una mesa en el comedor auxiliar.—¡Perfecto! —comentó él, ciñéndola por la cintura.—¿Sabes si Francisco viene con alguien? ¿Le dijiste que podía traer un invitado? —preguntó ella pegándose más a él, inhalando totalmente el olor que emana de su cuerpo, el cual le embriaga, excita y despierta todos sus sentidos.—Sí, mi amor. No me comentó nada, solo me aseguró que vendrá —respondió él sonriendo al observar como ella aspiraba el olor de su cuerpo. No me digas que esta cena tendrá com
En CabimasPosteriormente, llegó el asistente de Mateo con una amiga, a quien se le iban los ojos con este y Marcos. Ellos, eran muy parecidos, solo que había una diferencia de edad entre estos de cinco años, la cual no se notaba mucho.Francisco, observó, que cometió un error llevando a su amiga, quien se había empeñado en acompañarlo. Finalmente, llegó don Kelvin quien, al entrar al salón y mirar a Adriana, se sentía aún avergonzado y cohibido. No lo presentó Mateo, él pensaba que quien debía hacer esto era su mujer y así fue. Adriana tomando la palabra, dijo: —Familia, amigos y amigas, necesito su atención, para presentarles a mi padre... Kelvin Fuenmayor.Todos quedaron como en shock, pues la mayoría conocía a don Kelvin, sabían que era el hombre más rico de toda la región y dueño de casi todos los comercios de Cabimas. Él, de inmediato, fue presentándose a cada uno de los invitados, salvo a Marcos, con quien trabajó en el rescate de Mateo.Luego, se acercó a Adriana a quien le a
En el DoradoDespués, de ponerse de acuerdo en la división de la mansión, estos se retiraron al salón de fiesta. En este, se divirtieron bailando, escuchando música y conversando entre ellos. Mauricio a pesar de sentirse muy atraído por Arantza, prefirió dejar para otro momento, su declaración.—¿Cómo te sientes? —Interrogó Arantza— Cuando estés cansado, me avisas para llevarte a tu habitación. Ordené que te prepararán una alcoba para que te quedes a dormir aquí. Prefiero, que no salgas a la calle, después que hemos pasado una noche tan espectacular.—Gracias Arantza, aunque no me gustaría darte tantas molestias —aseguró él con firmeza— ¡Me siento muy bien! En gran parte, gracias a ti.—¡Te la debía! Fui muy grosera la primera vez que te molestaste en venir a mi casa, y no lo agradecí ¡Disculpa, por favor! —suplicó ella llevándose sus dos manos al rostro avergonzada.—¡No tengo nada que disculparte! —Respondió él, sonriendo con ella— Al contrario, estoy agradecido por tu interés en mí
Kelvin, al llegar al estacionamiento de la mansión, observó cuando el chófer de su hija, acompañaba a Luisa, para llevar a esta a su apartamento. En vista de esto, él ofreció llevarla. Ella, subió a su camioneta y de camino a su vivienda mantuvo una agradable conversación con este.—Aún estoy sorprendida con el anuncio que hizo Adriana, de que eres su padre —comentó Luisa, porque si alguien conocía de la riqueza y abundancia de este hombre, era precisamente ella.—¡Para mí también lo fue! —Expresó él— Me costó mucho, decir a Adriana que era su padre —confesó, apuñando sus manos en el volante— Mateo ya estaba al tanto de todo, por lo que fue un gran apoyo para mí.—¡Ah, qué bien! Yo particularmente lo respeto y admiro mucho, es un hombre excepcional que le ama y protege. No creo que haya algo en su vida, más importante que su mujer y sus hijos —afirmó esta, con una sonrisa, mirando a Kelvin de frente.—¡Sí! Definitivamente, Mateo ama sinceramente a mi hija y da su vida por ella, como p
En la casa de los padres de DiegoAngélica, mirando por el rabillo del ojo, observó como la prima de este no les quitaba la mirada de encima. Además, de integrarse a un grupo, en el cual comentó algo y todos sonrieron. Ella, respiró profundo y prefirió ignorar a esta.Cuando le fue servido un cóctel, ella lo tomó entre sus manos, pero dudando de la prima de este, ni siquiera lo probó. Ana Teresa, al observar que no conseguiría lo que deseaba, se acercó a ellos. Esta, haló a su primo de la mano, para que bailara con ella.No obstante, Angélica, no lo permitió, porque se aferró fuertemente a su prometido. Este, presintiendo que a ella no le agradaba lo que hacía su prima, le indicó:—Lo siento Ana Teresa, pero me siento muy cómodo junto a mi prometida, para levantarme. Además, debo aprovechar cualquier oportunidad con ella, para recuperar el tiempo perdido, que estuve separado —manifestó él, besando suavemente los labios de su novia.—¡Gracias, amor! Y yo feliz de tenerte de nuevo a mi
En CabimasTodos se levantaron temprano para abrir los regalos, especialmente los hijos de Marcos, quienes estaban muy emocionados tratando de adivinar que les habrán comprado sus tíos. Como estaba previsto, cada uno recibió de regalo lo que deseaba.—¡GRACIAS, TÍO! ¡Eres el mejor! —Gritaron los dos al unísono. Emocionados al recibir justo lo que anhelaban.Ellos, corrieron a abrazar a Mateo y a Adriana para agradecer los obsequios. Luego, Adriana sonriendo ayudó a su bebé Mateo a destapar sus regalos, que eran muchos. Por último, intercambiaron entre los adultos regalos, recibiendo Adriana de parte de su esposo una joya preciosa valorada en diez millones de dólares.Por su parte, Marcos también regaló una valiosa joya a su amada Claudia, quien estaba muy emocionada con esta, porque la había visto en un desfile de moda en la Ciudad de los Rascacielos. En tanto, ellas también obsequiaron a sus esposos, joyas que sumarían a su colección.Al día siguiente, salieron todos de paseo en el y
Diez días después… Mateo, comenzó a recibir mensajes en donde le reclamaban haber sido selectivo en el trato con los asistentes, en la cámara de comercio. Él, se comunicó con miembros de esta, quienes le informaron que si accedía a sus peticiones se convertiría en esclavos de ellos y sumiso, por lo tanto, que ignorara estos mensajes.Al hablar con su suegro éste le respondió:—¡No es tan fácil como ellos dicen, Mateo! Debes extremar tus cuidados y los de tu familia, es en este momento que debes dejar bien claro, lo poderoso que eres.—¡Vale! —contestó Mateo, acatando los consejos de su suegro de inmediato.—Redobla la vigilancia y seguridad en la mansión, en tus oficinas y no salgas, con menos de tres guardaespaldas —agregó preocupado Kelvin, pensando en Adriana y los niños.—No puedes bajar la guardia al menos por unos meses recuerda que ellos saben quién eres tú y lamentablemente también identifican a Adriana. Sin embargo, tú no sabes quienes son ellos, por lo tanto, no la dejes s