El restaurante donde Hasan había reservado la mesa, se encontraba ligeramente concurrido para fortuna de ambos ya que de esa manera iba a lograr encontrar un ambiente más calmado y privado. Se sentía satisfecha por estar allí junto a él, definitivamente sería una noche diferente a las anteriores, además de que Hasan se veía más relajado. Un mesero se les acercó para tomar sus órdenes, ella se decidió por la misma elección que hizo Hasan. Sinceramente el platillo qué objeto era una elección acertada. Aunque estando embarazada cualquier cosa de aquel menú, era apetecible. —Este lugar me encanta, incluso puedo respirar tranquilidad. —Por eso no le elegí, suele ser también un sitio en dónde hago negocios. Pero esta noche no tiene nada que ver con el trabajo Sarah. —Yo creo que sí. Él arrugó el entrecejo, no entendía por qué le decía eso. —¿Esto es trabajo? —¿Acaso tiene algún otro significado? Al final solo estoy aquí haciendo mi trabajo y desempeñando un papel que no es cierto.
Por petición de ella se quedaron también para el postre y luego de eso caminaron un rato por las calles de Nueva York, el clima ayudaba un poco, los transeúntes pasaban de un lado al otro. Cuando menos se lo pensó, Sarah sintió el roce de los dedos de Hasan, entonces, por primera vez el árabe le tomó la mano. Ella sintió que aquella sensación extraordinaria la embargó de los pies a la cabeza. Más que extraordinario, se sentía mágico estar así con él. —Hasan, ¿por qué me tomas de la mano?Ambos se detuvieron, bajo la oscuridad de los faroles, en medio de la multitud al paso ligero. A Sarah le brillaban los ojos. —¿Por qué no podría hacerlo? —Vale, solo fingimos. ¿No es así? —emitió bajito. Él suspiró y acarició su mejilla. —No todo se trata de eso, Sarah —le dejó saber mientras se le quedaba mirando a los ojos y también a sus labios, indicando que en cualquier momento ocurriría un beso. Eso esperaba Sarah. —¿Por qué dices todo eso? Creo que solo buscas confundirme y jugar conmigo
En toda esa situación, el hombre la veía muy preocupada, él estaba profundamente angustiado por Sarah, qué aún no dejaba de llorar, se encontraba sobre la cama y seguía sufriendo, pero Hasan no sabía la razón de aquel dolor. No la dejaría sola y seguiría intentando hasta que le expresara por qué estaba así. —Sarah. No me gusta verte de esta manera. Por favor, dime qué es lo que ha sucedido, no entiendo la razón por la que de pronto te has puesto así. ¿Acaso has recibido alguna amenaza y no me lo has comentado? —averiguó sentado al borde de la cama. Ella negó con la cabeza y luego al fin, después de tanto tiempo de estar, evadiendo sus ojos, se atrevió a mirarlo. —Lo que sucede es que acabo de recibir una llamada y me han informado que mi padre ha muerto. El magnate abrió los ojos de par en par, era increíble que le estuviera comentando sobre fallecimiento de su progenitor cuando meses atrás de había mencionado que no le conocía. Por lo que entró en un estado de confusión e incredu
—Mi padre, es cierto que era un criminal, una persona muy mala pero a pesar de que apenas lo conocí en persona ya siendo una adulta, comprendí que realmente a mí no me haría ningún daño. De hecho me confesó que nunca estuvo presente en mi infancia para no ponerme en peligro. Y yo le creí, no sé, pero pude leer en sus ojos que me estaba diciendo toda la verdad. Él, de seguro me buscó porque sabía que ya no había reversa, la enfermedad lo estaba matando poco a poco y su deseo era pasar tiempo conmigo, nos encontramos en varias ocasiones durante este tiempo, sé que si te lo decía, entonces todo habría sido más complicado por eso opté por guardar silencio y no decirte nada. El hombre se llevó ambas manos a la cara, completamente estupefacto y sin poder creer que en todo ese tiempo Sarah se había encontrado con un hombre tan peligroso. —¡Dios mío, Sarah! ¿En qué estabas pensando? Me enoja mucho que no me lo hayas comentado antes, pero tienes razón en decir que yo no te hubiera permitido
—Lo siento de nuevo, me siento pésima por no haberte dicho la verdad. —Ya deja el asunto, Sarah. No quiero que sigamos viviendo en el pasado, todo eso queda atrás, es allí donde pertenecen cada una de las cosas que no vienen al caso y pueden convertirse en bolas curvas si se les da mucha importancia —le aconsejó —. La de tu padre, lo que hacía y le lo que significa para ti, todo eso no debe ser un obstáculo en nuestras vida, piensa en nuestro hijo, necesita a sus padres. ¿No lo crees? —Sí, yo también quiero dejar todo atrás. No hay razón para que nada de eso me atormente —se trató de convencer y él le volvió a sonríe. Nunca le había gustado ver esa versión de Sarah triste, nunca. —Entonces hagámoslo, Sarah. —Vale. Pero, no dejaré de estar triste, todo esto me tiene apagada. Tal vez sean días así, no podré evitarlo. —Estaré apoyándote en cada uno de esos días difíciles, Sarah —le aseguró y la envolvió entre sus brazos. Se sentía bien allí. Sabía que ese era su lugar. —Gracias po
Poco después llegó Marylin. Se veía un poco agotada y eso era obvio tomando en cuenta todo lo que tenía que hacer en la universidad. Era muy entregada a sus estudios y más ahora que estaba en la parte culminante y le faltaba poco para poder graduarse y ser una profesional. —Disculpa la tardanza. Aunque ya sabes la razón. ¿Tienes mucho tiempo aquí? —le cuestionó, a lo que ella asintió. —Pero no te preocupes, ya sé que estás muy ocupada con la universidad. Espero que haya salido todo bien. La muchacha hizo una mueca, sabía que se esforzaba a lo máximo para obtener una buena calificación siempre, no dejó dejaba de ser una etapa complicada, estudiar y estudiar sin parar, más con los desvelos que a veces pasaba para estudiar y poder sacar una buena nota. Pero sabía que todo ese esfuerzo se iba a recompensar una vez obtuviera su título y alcanzara el objetivo que soñó desde siempre. Por lo que no se iba a rendir. —Vale. Está bien también tuve que cancelar una cita con Arthur este vierne
—Cami, de verdad que eres una chica muy directa. No debería contarte mis cosas personales, pero solo para satisfacer esa curiosidad que tienes, te lo diré. Pasa que antes de que llegaras a mi vida ya tenía mucho tiempo separado de mi pareja. Las cosas no funcionaron entre nosotros y decidimos ponerle fin a nuestra relación, es todo. Ahora estoy enfocado en mi trabajo y en ayudarte a ti, ya más adelante pensaré en eso. A la muchacha la expresión le cambió, no se lo imaginaba con alguien a su lado y de solo pensarlo sentía esa puntada en su pecho. Sí, celos. Así se llamaba lo que estaba experimentando, era como un fuego que quemaba su interior. —¿Es decir que te estoy robando el tiempo y por eso no consigues una novia? —se atrevió a decir. Steven negó rápidamente con la cabeza y tomó su mano sobre la isla de la cocina. Camila no pudo evitar sentir aquel cosquilleo en en su palma, la electricidad de solo sentir su roce. Y también se contuvo de suspirar una y otra vez. —No, jamás pien
Candace había muerto lamentablemente tras una hemorragia, así lo dio a conocer el doctor. Marylin estaba devastada con la noticia. Sabía que sería un reto quedarse con la pequeña Kelly, pero estaba dispuesta a asumir aquel desafío. Por el momento su cabeza era un completo lío. Tenía el corazón roto, sufría, porque jamás imaginó que algo así pasaría. No sabía qué hacer. Todo era muy confuso. Tal vez era bueno llamar a Arthur y decirle sobre lo ocurrido. No tenía a nadie más a dónde acudir. Se encontraba entre la espada y la pared. Sinceramente tenía mucho miedo a lo desconocido. Seguía sin creer que Candace, de momento a otro ya no estaba con ella. Le dolía mucho aceptar que la pequeña Kelly crecería sin su madre. Ojalá todo fuera una tremenda pesadilla. Lamentablemente está viviendo una realidad que le partía el alma en dos mitades, no sería la misma de antes. Ya nada sería igual. Todo había cambiado para peor. —Arthur —se abalanzó a sus brazos para que la consolara. Cuánto necesit