Capítulo 392
—¡Luciana…! —gritó Alejandro con rabia, los ojos encendidos.

—¿Me vas a matar? —dijo ella con un tono de desafío—. ¿Cuál es el problema? ¿Tú sí puedes ver a Mónica cuando se te antoja y yo no puedo tener contacto con Fernando?

—¡Exacto! —bramó Alejandro, con una furia que estremecía el ambiente—. Hay cosas que yo puedo hacer… y tú, no.

Por un segundo, todo pareció detenerse. Luciana sintió que el pecho se le oprimía. «Hay cosas que él puede… y yo, no». ¡Vaya descaro de doble rasero!

Sin mediar más, Luciana dio un tirón de la sábana y se bajó de la camilla, temblando de furia. Agarró su mochila de la silla y salió corriendo.

—¿A dónde vas? —se alarmó Simón, que estaba fuera, bloqueando la puerta de la sala de observación.

—¡Déjala! —gritó Alejandro, furioso, sin moverse de su sitio—. ¡Si ella ya no quiere estar conmigo, no hay nada más que hacer!

Un “¡vaya cinismo!” se dibujó en la cara de Luciana. Sin responderle, sorteó a Simón y salió casi corriendo.

Alejandro apretó los dientes al v
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