Capítulo 375
Apenas hubo tiempo de reaccionar. De pronto, un brazo se interpuso velozmente para desviar a Pedro y la brasera se volcó, soltando trozos de carbón al rojo vivo. Algunos fueron a parar directamente al brazo que protegía al chico.

—¡Ah…! —De Alejandro escapó un breve quejido de dolor.

Por un par de segundos, la mente de Luciana se quedó en blanco.

—¡Alex! —exclamó, tomada por el pánico. Rápidamente tomó su brazo para revisarlo—. Déjame ver.

Tan solo un vistazo bastó para darse cuenta de la gravedad. La piel presentaba señales de quemadura por el contacto con el carbón hirviente.

—¡Vengan rápido! —ordenó, pero sin esperar a nadie. A jalones, se llevó a Alejandro hacia la habitación.

Una vez allí, abrió la llave de agua fría y colocó el brazo de Alejandro bajo el chorro.

—Espera un segundo —dijo, corriendo al baño para buscar un recipiente. Luego fue a la nevera y sacó cubos de hielo, llenando la palangana.

—¡Mete el brazo aquí!

Alejandro la miró, pero se quedó quieto un instante.

—¿Qué t
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