Capítulo 272
Aunque no fuera una gran chef, al menos sería comida familiar.

—Está bien —aceptó Ricardo, quien, con poco apetito, comió un par de bocados antes de retirarse a descansar.

Un rato después, volvió a salir de su habitación y le dijo:

—Si vas a salir, fíjate si encuentras ropa interior para hombre. Olvidé traerla.

—Oh, claro.

Luciana asintió, terminando de comer lentamente. Luego revisó en su teléfono los alrededores y encontró un supermercado cercano, bastante grande.

Después de tomarse un momento para cambiarse de ropa y prepararse, salió del hotel.

El día estaba hermoso, con un cielo despejado y el sol brillando cálidamente. Luciana decidió caminar tranquilamente hasta el supermercado, disfrutando el paseo.

El supermercado era amplio y encontró todo lo que necesitaba. Compró ingredientes y, finalmente, se dirigió a la sección de ropa masculina, donde eligió un par de prendas básicas y funcionales.

Con las bolsas en la mano, regresó al hotel a paso lento, como si fuera un paseo relajant
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