Era imposible no caer rendido ante la belleza de Rebeca, y más cuando el que tuvo que separarse de inmediato fue Adriano y no Rebeca, la miró fijamente a los ojos, y sonrió, sonrisa que se le borró a sentir la mano de Rebeca estamparse en su mejilla.—Es un bruto, que piensa que todo gira a su rededor, no se crea tan importante Connor, porque créeme que no va a lograr nada tratando de seducirme, a y le prohíbo que vuelva a colocar un solo dedo encima de mi —hablo Rebeca totalmente furiosa.Adriano la miró con bastante picardía, en verdad esta mujer era candela pura, pero se quedaría quieto por ahora la dejaría marcharse.Rebeca prefirió marcharse, no está dispuesta a seguir discutiendo más con Álex, subió a su auto y aceleró como alma que lleva el diablo, no podía ocultar su disgusto, y más cuando en el rostro de Alex había satisfacción.Rebeca nunca se había enamorado de alguien, y no estaba dispuesta a sentir cosas por Alex, un ser cobarde y poco hombre como se decía en su mente.Al
Vaya que se venían problemas más grandes y más con la nueva orden de Oliver Davis. La noticia rápidamente se propagó como una ola.Adriano quien todavía se encontraba en las bodegas terminando de revisar casi todos los documentos, levantó su mirada al ver a uno de los empleados justo de pie mirándolo con bastante desesperación.—¿Qué haces ahí parado?, ¿Acaso no tienes trabajo que hacer? —vociferó Adriano con su arrogancia.—Sí, señor solo quería decirle que el señor Oliver acaba de comunicarnos por medio de unos de los empleados que no debemos hacerle caso —hablo el pobre hombre quien temblaba ante la apariencia firme de Adriano Una apariencia que nunca antes le había visto pero que ahora le aterraba.—Así que Davis quiere seguir fastidiando la vida —habló mientras caminaba hacia donde el hombre lo miraba de arriba a abajo.Camino justo detrás de él, para después colocar sus manos en el hombro de aquel hombre que pegó un brinco.—¡Señor Connor no me vaya a despedir!, en verdad yo ne
Los días para Jack al lado de Alex eran lo más anhelado para el, y como no si llevaba años soñando con tener a su hijo de nuevo junto a él.—Alex, sé que quieres marcharte cuanto antes de este país, y más por todo lo que hizo Caruso —habló Jack sacando de sus pensamientos a Alex, quien miraba como entrenaban todos los guardaespaldas de la casa.—Disculpa no prestaba atención —le respondió cómo siempre Alex, con gentileza.—Que me gustaría que te quedarás por un tiempo aquí en Italia conmigo —habló Jack moviendo sus dedos.—La verdad me preocupa mis empresas, usted sabe que los negocios no se pueden abandonar por mucho tiempo —respondió sinceramente.—No deberías preocuparte, Adriano es muy bueno en los negocios, y más cuando se trata de administrar, el lleva mucho tiempo a cargo de este gran imperio y estoy seguro que hará un buen trabajo —hablo Jack, con la firme esperanza de que aceptará.—Está bien señor, la verdad me gustaría saber un poco más de este mundo, solo pido una sola con
ItaliaEstos días en casa de Caruso no iban para nada bien, sus ánimos no estaban para buenos, pues su humor estaba de los mil demonios después que Charlotte había dejado escapar a Di Santis.Por eso Charlotte había decidido salir a respirar un poco de aire, y dejar a un lado las quejas y reclamos de su padre.—¡Señorita Charlotte!, Si su padre se llega enterar que usted salió sin escoltas nos mata —habla uno de los guardaespaldas totalmente nervioso.—Tranquilo yo me hago cargo de las consecuencias —le respondió.Acto seguido puso el pie en el acelerador, condujo por más de una hora, pero nada le llamaba la atención, así que prefirió ir a su café favorito y sentarse a leer, hace mucho que no lo hacía así que prefiero hacerlo.Una camioneta se había estacionado varios metros adelante de ella, el conductor la observaba con bastante inquietud, no sabía si debía bajarse, o marcharse.Solo que optó por la primera, quitó el seguro de su camioneta y bajo de ella ante la mirada atónica de un
InglaterraAdriano revisa cautelosamente unos documentos, donde sus ojos no dejan de iluminarse al notar ciertas oportunidades que se le están presentando, muchas locuras pasan constantemente por su cabeza, sobre todo por ser un usurpador de una vida ajena, y desde luego todo lo que le va a sacar provecho, en verdad la vida le estaba dando una nueva oportunidad para hacer crecer más sus negocios.Absolutamente todo lo que está planeando, le ayudará a tener un acercamiento con Rebeca, esa chica tan rebelde y presumida, empezará rendirse ante sus pies; claramente todo será sin que ella note como la boca de Adriano se enlaguna cada vez que la ve, un gesto involuntario difícil de detener de Adriano.Adriano impulsivamente toma su teléfono, para enviarle un mensaje a Rebeca, sabe que ella por más de que se niegue no podrá resistirse, ya que su compañía es lo que más le produce adrenalina. —Te necesito ya mismo en mi oficina, no acepto un no como respuesta, entendemos que son cosas que nos
Rebeca abre la puerta y ella se va, dejándolo a él completamente solo, él corazón de ella está que explota prácticamente de la adrenalina, por más de que escucha que los empleados la llaman, ella se siente sucia, por el hecho de llamarle la atención el hombre que más a detestado. —Señorita Rebeca —dice la secretaria caminando a la par de con ella. —¡Que! —Rebeca exclama bastante irritada. —No es mi intención molestarla, solo que el señor Alex está bastante ocupado; él dice que no tiene tiempo para absolutamente nada —aquella mujer termina por dar una queja, todo sin querer hacerla.—Es que él es un bueno para nada, esto mucho más me lo comprueba; ¿dígame cómo todos pueden confiar en él? —ella está esperando que continúen, para sentirse como la mejor.—Señorita Rebeca, todos sabemos muy bien el esfuerzo que el señor ha hecho, antes su cambio ha sido tan extremo por mantener carácter con algunas personas, para nosotros el señor Alex siempre tendrá nuestra admiración —dice la mujer.
ItaliaCharlotte se separó de Alex con una sonrisa dibujada en su rostro, y como no, este hombre en verdad le estaba removiendo todo su ser.—Creo que es mejor que me vaya, mi padre se pondrá furioso si sabe que salí sin su ejercicio de guardaespaldas —habló Charlotte sonriendo.—Está bien Cenicienta, solo espero que la próxima vez sí dejes caer la zapatilla —habló sonriendo Alex, lo que ocasionó que Charlotte también sonriera.Después de despedirse y de dejar a Alex justo en el lugar que lo había encontrado.Alex camino hacia la camioneta en dónde sus dos guardaespaldas se habían quedado dormidos esperando a su jefe—¡Listo muchachos!, Nos vamos —dijo Alex golpeando el vidrio del auto.Los guardaespaldas abrieron sus ojos de inmediato, para después llevar sus manos las manos a su rostro, pues no veían a Charlotte por ningún lado.—¡Jefe!, ¿Cómo se deshizo de ella? —habló uno de los guardaespaldas claramente confundido, pues lo ideal era que Adriano la llevase a su fortaleza y ahí tor
ItaliaLos días seguían su curso y Alex se volvía cada vez mejor con las armas pues tenía el mejor maestro, el mismo que en algún momento tuvo Adriano a Josué y Jack, cada uno se encargaba de enseñarle una nueva técnica a Alex, quien aprecia papel absorbente, captaba todo al pie de la letra.Era un mundo que le encantaba y que quería seguir conociendo.El teléfono le sonó con bastante insistencia a Alex, así que dejó el arma a un lugar seguro y caminó hacia la mesa en dónde tenía su celular.—¡Hola bonita! —le hablo al ver quién era.—Mañana podemos vernos en nuestro lugar, así que por favor no faltes —dijo Charlotte al otro lado de la línea.Josué y Jack miraban con atención mientras negaban, pero no podían hacer absolutamente nada, claramente Alex se estaba enamorado, y contra el amor no había poder humano que hiciera recapacitar a un hombre, pero aún así Jack seguiría intentando, no desfallecerá.—No me mires así, prefiero hablarte con la verdad y sabes que no la pienso dejar de ve