ItaliaLos días seguían su curso y Alex se volvía cada vez mejor con las armas pues tenía el mejor maestro, el mismo que en algún momento tuvo Adriano a Josué y Jack, cada uno se encargaba de enseñarle una nueva técnica a Alex, quien aprecia papel absorbente, captaba todo al pie de la letra.Era un mundo que le encantaba y que quería seguir conociendo.El teléfono le sonó con bastante insistencia a Alex, así que dejó el arma a un lugar seguro y caminó hacia la mesa en dónde tenía su celular.—¡Hola bonita! —le hablo al ver quién era.—Mañana podemos vernos en nuestro lugar, así que por favor no faltes —dijo Charlotte al otro lado de la línea.Josué y Jack miraban con atención mientras negaban, pero no podían hacer absolutamente nada, claramente Alex se estaba enamorado, y contra el amor no había poder humano que hiciera recapacitar a un hombre, pero aún así Jack seguiría intentando, no desfallecerá.—No me mires así, prefiero hablarte con la verdad y sabes que no la pienso dejar de ve
ItaliaEn la mansión de Caruso había fiesta, bueno no exactamente, solo que Caruso estaba más sonriente que nunca.—Aquí está la parte que te prometí, y una buena comisión por tu excelente trabajo, Fernández —le habló Caruso estirando una buena cantidad de dinero al oficial de policía, quien la recibió con gusto.—Es un placer hacer negocios con usted señor Taylor —habló sonriendo el oficial de policía.—Hubiera querido estar ahí para verle la cara al muy maldito, pero que se atenga esto es solo el comienzo de su grandiosa caída al infierno, en dónde nunca va a salir y eso lo juro —vociferó Caruso estirando su copa para brindar con Fernández el oficial de policía.Charlotte apenas había llegado a la biblioteca en dónde su papá festejaba cómo no todo un rey.—Hija ven a celebrar con nosotros —habló Caruso al ver a su hija.—¿Y qué es lo que está celebrando padre? —le preguntó Charlotte. Aunque ya había escuchado perfectamente toda la conversación que había sostenido su padre con el of
ItaliaCharlotte se giró lentamente para después llevar su mano al pecho y respirar profundo, y como no acaba de llevarse el susto de su vida.—¡Hola bonita! —le susurró Alex al oído de Charlotte.—¿Tu qué haces aquí?, ¿No sé supone que nos vamos a ver en otro lugar? —habló en voz baja Charlotte tratando de no llamar la atención de los dos hombres que su padre había enviado a seguirla.—Sí y precisamente hacía ya me dirigía, pero me detuve a comprar esto para ti —Charlotte bajó la mirada directo a las manos de Alex, quien sostenía un pequeño gatito en sus manos.Pues los dos habían entrado en una tienda de mascotas.Charlotte no supo qué decir, solo sonrió y se abalanzó sobre Alex para abrazarlo fuertemente, lo cual tomó por sorpresa a Alex.Bajo su cabeza y sonrió, sabía que a ella le iba a gustar el gato, solo que no pensó recibir tanta efusividad por parte de ella.Charlotte se separa rápidamente de Alex al sentir que su teléfono vibra constantemente, así que toma su celular y mira
InglaterraRebeca llega hasta el salón completamente estresada por todo lo que está pasando con Alex completamente haga lo que quiera con todo y la empresa, es algo demandante tratar de adivinar cuál será su siguiente movimiento.Lo que más se preocupa en verdad es ver como su papá se ve afectado con todo esto, él es bueno sin duda es el mejor hombre existe.—Hija, ¿Estás libre? —dice Oliver dando unos pequeños pasos ya hecha y abrazándola.—Sí papá cuéntame qué pasó, no esperaba que vinieras. Te notas bastante tenso ya fuiste al médico. Porque si deseas yo te puedo acompañar para que el médico nos diga que todo está bien y que solamente son alucinaciones mías. —Ay Rebeca sabes a la perfección porque estoy así y es que es el principio pensé que harías algo, pero no ha hecho nada y ese hombre se la pasa paseándose una y otra vez. Sin contar que toma decisiones un tanto estúpidas que me afectan directamente —habla o libre bastante indignado.Oliver se sirve un trago mientras se exhala
Rebeca camina moviendo sus caderas y se sienta a su lado, Adriano pasa saliva, ella se ve completamente deslumbrante, se ve completamente despampanante y la verdad a él le es imposible no admirarla. —Entonces, señor Connor, cuénteme. ¿No estás seguro de mis capacidades y por eso tiene que estar pendiente de lo que hago o de lo que no hago —dice ella con una sonrisa. —Fue una casualidad, simplemente fue eso pero fue una casualidad que debemos aprovechar no lo cree. —¿Aprovechar? Señor Connor no puedo creer este malinterpretando absolutamente todo. Le recomiendo que ponga los pies en la tierra y se dé cuenta como son las cosas en realidad —ella asegura, Adriano baja la mirada y le recorre todo su rostro.—¿Cómo son las cosas en realidad? —El control de la empresa lo voy a tener yo tarde que temprano, así que todo esto es algo innecesario, le recomiendo que mantenga su lugar y no asuma que puede meterse en mis asuntos solamente porque es usted —ella le dice, mientras tienen una batal
Adriano acaba de llegar a la ciudad, él sin desviarse ni un solo metro llega directo a su casa, no puede dejar de pensar en el rechazo que vivió por parte de Rebeca, es la primera mujer que lo ha hecho padecer, algo que lo hace creer que es porque la vida de ese hombre llamado Alex es un fracaso.Entra con unos pasos que buscan omitir todo el ruido posible, lo menos que necesita estando tan alterado es una compañía, a menos de que sea de Rebeca, la única mujer que lo está hundiendo en un dilema. Adriano analiza cada retrato que está colgado en la pared, donde aparentemente siempre existe una sonrisa, algo que precisamente a él se le olvidó demostrar, aunque se modifico todo hasta que conoció a Rebeca. Él solo puede pensar, que es como si hubieran cogido su rostro para pegarlo en esos marcos, su parecido es tan evidente, que solo lo hace creer que las diferencias serían en su manera de ser, por eso mismo a todos les ha sorprendido. Él continúa llenando las copas de alcohol, su cue
InglaterraOliver llega hasta su casa y allí lanza algunas cosas, todo se le está saliendo de control y por más que intente que las cosas salgan bien no ha sido posible. Desde que Alex Connor cambió, todo ha sido un caos en su vida, ha tenido una cantidad de problemas innecesarios con su hija, sin contar que las cosas en la empresa no le han salido nada bien. Es bastante atrofiante observar como Alex está volviendo su vida una miseria.—¿Señor desea tomar algo? —dice la empleada mirándolo completamente asustada.—Traiga una botella completa, Espero que nadie me moleste porque de lo contrario usted será la responsable —él la grita menos que ella observa sin entender que es lo que le está sucediendo a él.—Señor entiendo, debo decirle que lo estuve llamando un hombre completamente alterado y pidió que usted lo llamara apenas llegara.—¿Algo más? —ella niega con su cabeza, completamente asustada por la actitud de su jefe—. Entonces porque sigue allí parada, ¿Qué hace allí? Tengo que re
William llegó a la gran mansión, para encontrarse con Adriano sentado en medio de la sala con una enorme botella de whisky en sus manos. Adriano tenía la mirada perdida, definitivamente a pesar de que quisiera tener el control de todo, no todas las veces lo podía tener.—Señor, pensé que estaba usted en la oficina, me hubiera dicho que estaba aquí y hubiese llegado más antes —le habló William sacando de sus pensamientos a Adriano quien lo miró algo confuso.Adriano, solo tiene metida a Rebeca en su cabeza, era lo único que últimamente le atormentaba, y más porque ahora se le había convertido en un reto. Se despertaba y la tenía en su mente, se acostaba y no podía dormir por imaginarla a su lado, algo que no le había pasado nunca en su vida y eso ahora lo estaba atormentando completamente, porque era imposible que las cosas se le fueran a salir de control solo por ella.—Simplemente no tuve ganas de verle la cara de ogro de Oliver, hoy no tuve ganas de discutir, quise tomarme un respir