ItaliaCharlotte se giró lentamente para después llevar su mano al pecho y respirar profundo, y como no acaba de llevarse el susto de su vida.—¡Hola bonita! —le susurró Alex al oído de Charlotte.—¿Tu qué haces aquí?, ¿No sé supone que nos vamos a ver en otro lugar? —habló en voz baja Charlotte tratando de no llamar la atención de los dos hombres que su padre había enviado a seguirla.—Sí y precisamente hacía ya me dirigía, pero me detuve a comprar esto para ti —Charlotte bajó la mirada directo a las manos de Alex, quien sostenía un pequeño gatito en sus manos.Pues los dos habían entrado en una tienda de mascotas.Charlotte no supo qué decir, solo sonrió y se abalanzó sobre Alex para abrazarlo fuertemente, lo cual tomó por sorpresa a Alex.Bajo su cabeza y sonrió, sabía que a ella le iba a gustar el gato, solo que no pensó recibir tanta efusividad por parte de ella.Charlotte se separa rápidamente de Alex al sentir que su teléfono vibra constantemente, así que toma su celular y mira
InglaterraRebeca llega hasta el salón completamente estresada por todo lo que está pasando con Alex completamente haga lo que quiera con todo y la empresa, es algo demandante tratar de adivinar cuál será su siguiente movimiento.Lo que más se preocupa en verdad es ver como su papá se ve afectado con todo esto, él es bueno sin duda es el mejor hombre existe.—Hija, ¿Estás libre? —dice Oliver dando unos pequeños pasos ya hecha y abrazándola.—Sí papá cuéntame qué pasó, no esperaba que vinieras. Te notas bastante tenso ya fuiste al médico. Porque si deseas yo te puedo acompañar para que el médico nos diga que todo está bien y que solamente son alucinaciones mías. —Ay Rebeca sabes a la perfección porque estoy así y es que es el principio pensé que harías algo, pero no ha hecho nada y ese hombre se la pasa paseándose una y otra vez. Sin contar que toma decisiones un tanto estúpidas que me afectan directamente —habla o libre bastante indignado.Oliver se sirve un trago mientras se exhala
Rebeca camina moviendo sus caderas y se sienta a su lado, Adriano pasa saliva, ella se ve completamente deslumbrante, se ve completamente despampanante y la verdad a él le es imposible no admirarla. —Entonces, señor Connor, cuénteme. ¿No estás seguro de mis capacidades y por eso tiene que estar pendiente de lo que hago o de lo que no hago —dice ella con una sonrisa. —Fue una casualidad, simplemente fue eso pero fue una casualidad que debemos aprovechar no lo cree. —¿Aprovechar? Señor Connor no puedo creer este malinterpretando absolutamente todo. Le recomiendo que ponga los pies en la tierra y se dé cuenta como son las cosas en realidad —ella asegura, Adriano baja la mirada y le recorre todo su rostro.—¿Cómo son las cosas en realidad? —El control de la empresa lo voy a tener yo tarde que temprano, así que todo esto es algo innecesario, le recomiendo que mantenga su lugar y no asuma que puede meterse en mis asuntos solamente porque es usted —ella le dice, mientras tienen una batal
Adriano acaba de llegar a la ciudad, él sin desviarse ni un solo metro llega directo a su casa, no puede dejar de pensar en el rechazo que vivió por parte de Rebeca, es la primera mujer que lo ha hecho padecer, algo que lo hace creer que es porque la vida de ese hombre llamado Alex es un fracaso.Entra con unos pasos que buscan omitir todo el ruido posible, lo menos que necesita estando tan alterado es una compañía, a menos de que sea de Rebeca, la única mujer que lo está hundiendo en un dilema. Adriano analiza cada retrato que está colgado en la pared, donde aparentemente siempre existe una sonrisa, algo que precisamente a él se le olvidó demostrar, aunque se modifico todo hasta que conoció a Rebeca. Él solo puede pensar, que es como si hubieran cogido su rostro para pegarlo en esos marcos, su parecido es tan evidente, que solo lo hace creer que las diferencias serían en su manera de ser, por eso mismo a todos les ha sorprendido. Él continúa llenando las copas de alcohol, su cue
InglaterraOliver llega hasta su casa y allí lanza algunas cosas, todo se le está saliendo de control y por más que intente que las cosas salgan bien no ha sido posible. Desde que Alex Connor cambió, todo ha sido un caos en su vida, ha tenido una cantidad de problemas innecesarios con su hija, sin contar que las cosas en la empresa no le han salido nada bien. Es bastante atrofiante observar como Alex está volviendo su vida una miseria.—¿Señor desea tomar algo? —dice la empleada mirándolo completamente asustada.—Traiga una botella completa, Espero que nadie me moleste porque de lo contrario usted será la responsable —él la grita menos que ella observa sin entender que es lo que le está sucediendo a él.—Señor entiendo, debo decirle que lo estuve llamando un hombre completamente alterado y pidió que usted lo llamara apenas llegara.—¿Algo más? —ella niega con su cabeza, completamente asustada por la actitud de su jefe—. Entonces porque sigue allí parada, ¿Qué hace allí? Tengo que re
William llegó a la gran mansión, para encontrarse con Adriano sentado en medio de la sala con una enorme botella de whisky en sus manos. Adriano tenía la mirada perdida, definitivamente a pesar de que quisiera tener el control de todo, no todas las veces lo podía tener.—Señor, pensé que estaba usted en la oficina, me hubiera dicho que estaba aquí y hubiese llegado más antes —le habló William sacando de sus pensamientos a Adriano quien lo miró algo confuso.Adriano, solo tiene metida a Rebeca en su cabeza, era lo único que últimamente le atormentaba, y más porque ahora se le había convertido en un reto. Se despertaba y la tenía en su mente, se acostaba y no podía dormir por imaginarla a su lado, algo que no le había pasado nunca en su vida y eso ahora lo estaba atormentando completamente, porque era imposible que las cosas se le fueran a salir de control solo por ella.—Simplemente no tuve ganas de verle la cara de ogro de Oliver, hoy no tuve ganas de discutir, quise tomarme un respir
InglaterraQuiso hablar, pero sus labios fueron callados por los labios de Adriano, quien la tomó de la cintura y la pegó a él, para después apoderarse por completo de sus labios.Las manos de Adriano suben y se enredan en el cabello de Rebeca, dejando salir solo un suspiro ahogado.Rebeca que no entendía por qué Adriano actuaba de esa manera, solo se dejó llevar, llevando sus manos a la enorme espalda de Adriano.El amigo de Adriano empieza a reaccionar a medida que aumenta el beso entre los dos, Adriano la pega más a él, para que ella pueda sentir lo que está provocando en ese momento.Rebeca quien tan pronto siente todo lo que está ocasionando ese beso solo dejo salir un gemido involuntario, pues ella también había mojado por completo sus bragas.Adriano, bajó sus manos lentamente por los muslos de ella y fue directo hacia su zona íntima, en dónde Rebeca solo arqueo su espalda y echó su cabeza hacia atrás, la boca de Adriano viajó directamente al cuello de ella, para apoderarse por
ItaliaEn Italia Charlotte miraba hacia el techo mientras llevaba sus manos a los labios mientras recordaba el beso con Alex, y como no si ese beso le había revuelto absolutamente todo.En la planta baja Caruso recibía una de las peores noticias, pues a pesar del gran golpe que les había dado a los negocios de los Di Santis, ellos mismos se estaban encargando de quitarle absolutamente todo, parte de sus negocios se estaban viniendo abajo, y eso no lo podía soportar.—¿Cómo es posible que un par de ineptos no se den cuenta que el maldito de Di Santis iba averiguar todo y tomar represalias? —habló Caruso evidentemente molesto.—Señor, tratamos, pero nos fue imposible, el señor Di Santis se quedó con esa gran compra —habló el encargado de bodegas que queda al sur del país.—Está bien, yo miraré que hago, por ahora vete, necesito hablar con mi hija. —Claramente Caruso no tenía cabeza para nada.Sus negocios estaban cayendo paulatinamente y más después del golpe que él le dió a la familia