InglaterraAdriano la mira, la desesperación por no perderla es mucho más grande. La toma de la mano mientras ella lo observa con sus radiantes ojos.—Rebeca, eres lo mejor que me ha pasado en la vida… En verdad lo eres, Por eso ahora quiero poder confiar, poder decirte la verdad y esperar que no me odies.—¿Qué no te odie? ¿Por qué debería odiarte Alex? Te has portado maravillosamente conmigo, me has dado eso que no sabía que necesitaba… Alex has hecho mi vida mejor. —Es que por eso mismo quiero decirte la verdad. Tener que perderte me aterra, no podría vivir sin ti, te lo juro que ya no podría. —No vas a vivir sin mí, porque sencillamente no quiero vivir sin ti. Alex, quiero pasar mucho tiempo contigo, no hablo de ahora, Adriano la acerca a él y la abraza como si fuese a perderla, antes de poder decir las cosas simplemente quiere sentirla una vez más, con la entrega total que siempre ha tenido. —La verdad es que te he mentido, no solo te he mentido a ti. Rebeca te amo, solo quie
Adriano se va en un avión privado para Italia, en el fondo extraña mucho sentir que es el hombre más temido de Italia y no un empresario al que todos desean manipular, pero gracias a él nadie podrá. William está al lado de Adriano, pues eso lo tranquiliza saber que absolutamente nada le pasará, es tanto el aprecio que le tiene que hasta su vida no le importa sí alcanza a correr peligro. —Señor yo entiendo que todo debe ser muy complicado, pero usted más que nunca debe estar concentrado —William le habla a Adriano, necesita hacer lo posible por regresarle las ganas de continuar.—No creas que se me olvida la misión que tengo, por obvias razones le haré tragar cada palabra a ese imbécil; sabes que terminar con Caruso será mi única oportunidad para recuperar a Rebeca. —Adriano no deja de ver una imagen de ella en su teléfono. —Efectivamente a ustedes se les nota lo enamorados que están, nosotros llegamos para mejorar su vida, créame que no me arrepiento de los delitos que voy a comete
Charlotte escuchaba la conversación de los dos hermanos, y aunque para ella era difícil estar frente al verdadero Adriano, el mismo que fue su enemigo por tantos años, ella estaba dispuesta a llevar la fiesta en paz, todo por Alex. Ella no dejo que los dos hermanos terminaron de hablar y decidió entrar.—Yo quiero ayudar —hablo Charlotte interrumpiendo.Adriano y Alex se giran al mismo tiempo, Alex caminó hacia ella y la besó en los labios.—¡Bonita!, ¿Qué haces aquí? —le cuestiono Alex, pues él sabía que Adriano era un hombre difícil y todavía no procesaba todo.—No te preocupes, por favor déjame a solas con tu hermano —habló Charlotte.Alex se giró y miró a Adriano, quien no podía disimular del todo tenerla a ella en su propia casa.—Esta bien, los espero afuera —dijo Alex, mientras caminaba hacia la salida.Adriano, quien tenía su cabeza grande por lo que estaba pasando con Rebeca, estaba furioso, su cara lo expresaba claramente todo.Charlotte respiró profundo y caminó hacia él,
Caruso un hombre muy astuto sabe que los dos hermanos llegarán pronto por él así que a su cabeza llegan ideas retorcidas.—Traigalas frente a mí —dijo Caruso a uno de los hombres, el hombre salió corriendo para los calabozos y ahí abrió las celdas y apuntó mujeres quienes lo miraban asustadas.—¿Dónde nos llevan? Suéltame —gritó Rebeca.Elena que ya sabía quien era Rebeca, pues las dos habían hablado durante tiempo en la celda.—Tranquila mi niña, no tengas miedo, ellos vendrán por nosotras —habló Elena.Las dos caminaron hasta el centro de la casa, donde estaba Caruso sentado con una enorme sonrisa dibujada en su cara.Él sabía muy bien que Adriano era un hombre igual o peor que él, y no se iba a detener por nada en este día, él debía tener un as sobre la manga.Así que decidió atar a las dos mujeres y colocarles una bomba en medio de ellas.Varias camionetas llegan a la fortaleza de caruso, de donde varios hombres descienden de ellas, Adriano le hace señas a Alex para que vaya j
Rebeca corría junto con William, pero el disparo que acaba de sonar hizo que ella se detuviera de inmediato.—Wiliam, yo no puedo ir, cuida a la señora Elena, yo debo ir con Adriano y Alex, ellos me necesitan—hablo Rebeca.—¡Espere! señorita Davis, ¡Espere! —gritó williamWillian al ver que Rebeca se devolvía de nuevo, decidió darle a Elena a uno de los hombres el cual la subió a uno de los autos.Wiliian corrió detrás de Rebeca quien buscaba desesperadamente a Adriano, y a Alex, Rebeca abrió sus ojos al segundo que Alex estaba tirando en el piso, así que corrió rápidamente a ayudarle.—!Alex estás bien! Responde, por favor —suplicaba Rebeca.Alex abrió los ojos, pues la bala había rozado su oído, y lo había hecho desmayar por el ruido tan profundo.—¿Rebeca qué haces aquí?, Te dije que te fueras —hablo Alex con un poco de esfuerzo.—Yo no me iba a ir cuando sé que me nesecitan —dijo en medio de lágrimas.El hombre que había disparado a Alex, sonrió y tocio fuertemente para que ellos
Las sirenas de las ambulancias suenan, varias llegan al lugar, los médicos caminan por el suelo que está manchado de sangre, sobre la entrada están tirados los hombres que custodiaban, era tanta la fidelidad que mantenían que terminaron perdiendo hasta su vida, por más de que les toman los signos vitales ellos están helados ya que murieron.Sacan de bien adentro a Caruso, los ojos de él prácticamente se quieren cerrar, por primera vez la maldad lo está terminando por vencer, por eso mismo es que de manos cruzadas no se quedará, Caruso solamente se habla dentro de su cabeza, que necesita una oportunidad para despejar del todo a sus enemigos. —¡Señor! Necesitamos que nos hable ¿Cómo es su nombre? —un médico le repite varias veces a Caruso. —Yo —Caruso hace un esfuerzo enorme para contestar, pero no alcanza a avanzar más cuando termina desmayado, el doctor le pega unas cuantas palmadas en las mejillas, pero ni así funciona.—¡Abran la puerta ya mismo! este hombre necesita con urgencia
Estar todos reunidos en familia, era algo diferente para Adriano, ver a Alex con Charlotte disfrutando de su amor, ver por fin a Jack junto a su madre, era un sentimiento único, el cual se estaba acostumbrado a sentir.—¡Listo!, Eso es todo —habló Rebeca sacando de sus pensamientos a Adriano, quien miraba con atención a todos.—¿Ya es hora? —dijo Adriano, mientras se giraba, para encontrarse con la mirada de Rebeca.—Sí, es hora, espero verte pronto en Inglaterra —dijo ella, mientras lo abrazaba con fuerza.Adriano levantó el mentón de ella y depositó un suave beso, no quería que se fuera, pero debía dejarla ir.—Sí, te prometo que iré pronto, por ahora debo quedarme a solucionar alguno pendientes que quedaron faltando, pero te prometo que volveré por ti. —Adriano la besó por última vez y se giró, él no quería ir con ella al aeropuerto sabía que no resistirá dejarla ir.—¡Bueno! Vamos primita que me tocó llevarte al aeropuerto, espero que cuides muy bien de las empresas, y también esp
AdrianoSiempre he dicho que las cosas del destino pasan por algo, y que la vida nos tiene preparado grandes cosas que nos cambian la vida de un momento a otro, y si me preguntan que si estoy agradecido, claro que sí.Por qué ese día en el que me subí a ese avión, hubiese sabido todo lo que iba a pasar, de seguro y me subo las veces que sean necesarias, pero bueno ya todo eso quedó atrás, los días de batalla, las guerras, ahora somos dos hombres viejos y retirados del negocio jajaja.Bajo las escaleras y la veo sentada, hermosa como siempre mi bella y hermosa Rebeca, la cual cada día me enamora más, y que nunca me cansaré de agradecer a la vida por ella, porque ella siempre ha sido mi luz en mi camino.—¡Gracias, por las flores amor! —habla Rebeca, aún no sé cómo hace para notar mi presencia, bueno debe ser mi loción, la cual dice que la enamoró el día que bailamos por primera vez en aquel bar, dónde ella cayó desmayada de lo ebria que estaba.—Esa era la idea amor, que te gustarán, a